Mauro Ezequiel Combarro regresaba del trabajo escuchando hip-hop. Probablemente en aquellos días la música sólo era una afición más. De familia humilde formada en el barrio porteño de Almagro (Argentina), Duki nunca destacó por sus estudios, lo que le obligó a ponerse a trabajar pronto para ayudar a su madre con las facturas de la casa. Diez años después de conducir motos entregando paquetes de domicilio en domicilio, el rapero argentino ha actuado por primera vez en el Santiago Bernabéu ante casi 70.000 personas y con un cartel sold out desde hace cuatro meses. "El concierto de mi vida".
Duki se ha convertido en el máximo exponente de la música urbana en castellano y en el impulsor de toda una escena argentina que ha alcanzado límites internacionales impensables. Prueba de ello ha sido su puesta en escena en el feudo blanco este sábado 8 de junio.
Después de los dos históricos espectáculos ofrecidos por Taylor Swift, 'The show must go on', como reza el himno inmortal acuñado en homenaje al gran Freddie Mercury. Incluso antes de la gran cita, la estación de metro 'Santiago Bernabéu' cambió su nombre a 'Estación Duko' durante una semana. Todo agradecido será bien retribuido.
Porque si hay algo que siempre ha aplaudido Duki -y lo volvió a hacer este sábado- es todo el cariño y el apoyo que los españoles le regalan constantemente. "España es mi segunda casa", afirmaba el propio argentino durante su show. Madrid le dio réplica de la mejor forma posible. Techo abierto en el feudo blanco para que los truenos de la capital despertaran al diablo, camisetas de la 'Albiceleste' por todos lados y el nuevo marcador 360 anunciando la cuenta atrás para el despegue. Porque este evento ha sido todo un viaje por el espacio.
Duki enamoró al Bernabéu desde el inicio
Las piedras sobre el escenario -simulando asteroides perdidos por la galaxia- ya daban pista de ello. Se apagaron las luces en el Bernabéu y las pantallas revelaron el primero de los destinos: el origen de todo. Un planeta deshabitado donde Duki llegaba para desatar la locura. 'Rockstar' fue la elegida para descorchar su show madrileño y entregarse así a quienes en cuestión de segundos empezarían a derramar las primeras gotas de sudor. Pero la fiesta también repartió invitaciones a otros artistas queridos. Estos no se hicieron de rogar.
El primero en acompañar a Duki fue YSY A, haciendo saltar a todo el mundo al ritmo de 'Pintao'. Pero que no se nos engañe. Más allá del show, este primer intervalo lucía una tónica más romántica de lo que se percataba en el estadio. Emilia llegó para corregirlo. La actual pareja de Duki, también estrella de la música urbana, fue testigo de cómo el público, al borde del llanto, se dejó la garganta cantando 'Como si no importara'. La guinda vino después. El protagonista de la noche besó emocionado a Emilia y acto seguido su rostro relató algo destacable. Duki aún no era consciente del todo de su repercusión.
Empezó a darse algo más de cuenta cuando el resto de invitados, al finalizar sus respectivas actuaciones, exigían al público ruido para el rapero argentino. Nicki Nicole, Jhayco o incluso Neo Pistea impartieron también justicia en el Bernabéu en un segundo tramo donde el cohete de Duki viajaba hasta un planeta donde aún existían los dinosaurios. En tierras con claros dominantes, 'YaMeFui', 'Si quieren frontear', o 'Top5' también tuvieron su hueco. El concierto empezaba a acalorarse -literalmente-. Es más, Duki tuvo que frenar varias veces para que los asistentes atendieran a personas que sufrían mareos a pie de pista. Eso también es de valorar y agradecer.
El cóctel de emociones más que perfecto
Pero cuando todo parecía indicar que el caos reinaría en el nuevo planeta donde Duki aterrizaba -el tercer set de la noche-, el rey de la música urbana quiso sorprender combinando éxitos de diferentes estilos como 'Hello Cotto', 'Sin Frenos', 'Goteo' o 'Si te sentís sola'. Un vocalista versátil, muy ágil y efectivo en los momentos de fluir más melódico. "Cuando somos chiquitos todos nos queremos comer el mundo", pronunciaba el argentino. "Lo importante es andar el camino con buena compañía. Por ello estoy agradecido a la vida".
No lo decía por cumplido. Rozando la recta final del show, salían al escenario los ya mencionados YSY A y Neo Pistea, sus compas del colectivo 'Modo Diablo'. Con ellos empezó todo. La ovación fue de escándalo -de las mayores de la noche- y en su dilatado "mini concierto" de cuatro canciones -'No da más' (solo con el primero), 'Quavo', 'Trap.N.Export' y 'Vuelta a la luna'- nadie permaneció sentado. Las emociones a flor de piel. Unos lloraban, otros gritaban y había incluso quienes hacían videollamada con familiares, amigos o parejas para inmortalizar el momento. El Bernabéu disfrutaba al unísono a través de la batuta de Duki. Tras ello, La Tierra explotaba.
Duki volvía a estar solo ante el peligro ante la última media hora de su show. Portando chaqueta roja -en homenaje al demonio- y a capella, la estrella de 27 años volvía a mostrarse emocionado al ofrecer trocitos de su último álbum, 'Antes de Ameri'. La temática espacial contrastaba con un Duki extremadamente terrenal y tierno, al borde del llanto durante varios tramos de la actuación, pero nunca anulado por toda la masa de gente que se reunió sobre el rectángulo de juego.
Bizarrap y el fin de una noche especial
Pero poco duró la tranquilidad. "Y lo mejor para el final". Sonando la inconfundible introducción de 'Malbec', Duki anunciaba que al concierto no le quedaban más de diez minutos. Pero vaya colofón. La gente empezaba a vibrar y de entre los asteroides aparecía un tío con gorra negra y unas gafas de sol. Quién sino para despedir a Madrid. Bizarrap convertía a su compatriota en el verdadero "boss" festejando por todo lo alto su éxito en Madrid. Tampoco faltó su reciente sesión, con la banderas de Argentina y España a la espalda.
El Bernabéu volvía a ser una caldera y, para colmo, a eso de las doce de la noche, Duki anunciaba el final del concierto. Quedaba una por compartir. 70.000 almas gritando con emoción a pleno pulmón los famosos versos de 'She don't give a fo', el tema con el que muchos de los presentes empezaron a seguir más de cerca a Duki. Tras casi tres horas de locura, la aclamada versión producida junto a KHEA culminó un show que permanecerá perenne durante muchos años.
"Empezamos tocando pa' treinta personas y ahora te llenamos los estadios", canta en su sesión #50 con Bizarrap. Duki cumplió su profecía; pero su éxito no es nuevo ni fugaz. Hace poco más de un año también llenó -por partida doble. el WiZink Center de Madrid y el Palau Sant Jordi de Barcelona. Ahora, tras triunfar también en estadios de fútbol argentinos, como el de Vélez o el del River Plate, Duki también puede presumir de ser uno de los primeros artistas en coronarse en el renovado Santiago Bernabéu. No fue para menos.
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