A mitad de camino entre certamen y evento, entre el espectáculo y la literatura, es uno de los premios más antiguos de España. Acumula ya 65 ediciones. Desde su creación, en 1952, del Premio Planeta se ha dicho de todo y en él ha pasado de todo. Ya lo dijo Fernando Savater: sospechar del Planeta es como sospechar de los Reyes Magos. Lo han ganado escritores de la talla de Mario Vargas Llosa, Juan Marsé, Manuel Vázquez Montalbán o Rosa Regàs y de sus filas han salido novelas memorables pero también libros fallidos. Este año, se activa otra vez esa enorme máquina empresarial y editorial. En el circo del Planeta, la pista nunca carece de contendores: leones y gacelas se dan prisa por llegar a la meta. En sus marcas, listos, fuera. Un año más. Y no cualquiera; el número 65.
En el circo del Planeta, la pista nunca carece de contendores: leones y gacelas se dan prisa por llegar a la meta. En sus marcas, listos, fuera.
Como cada año, la víspera del premio, cuyo veredicto se anuncia en una cena celebrada el 15 de octubre –el día de Santa Teresa, onomástica de la esposa del fundador, María Teresa Bosch-, los responsables del jurado y del Grupo ofrecen un encuentro con la prensa, seguido de una comida. Nacionalismo catalán, propiedad intelectual, viabilidad de la industria del libro. Esos han sido los temas clave. Lo fueron cuando José Manuel Lara vivía –esta es la segunda edición del premio sin el fallecido y mítico empresario y editor, hijo de su fundador- y lo son ahora.
En la tradicional rueda de prensa de la víspera hay de todo: el humor metálico de los periodistas gallegos –¡Ay, cómo son!- que juegan a las apuestas alucinadas –han vaticinado como ganador a Fernando Alonso o Sergio Ramos- pero también la afirmación pública de un discurso empresarial. En los últimos cinco años, el ímpetu nacionalista ha sufrido una escalada en Barcelona, la ciudad donde se entrega el premio. Este año tampoco remite: una posible declaración unilateral, el juicio a Artur Mas. Una vez más, el nuevo presidente del grupo Planeta, José Creuheras, ha optado por una intervención discreta pero consecuente con las líneas generales del grupo. Adhesión a España, lucha contra la piratería y fomento de la lectura. José Manuel Lara, -hijo del fallecido Lara Bosch- consejero delegado, también se ha posicionado en los temas políticos.
Este año, en ocasión del aniversario número 65 del galardón literario, los reyes Felipe VI y Letizia acudirán a la gala del sábado. Hace ya más de cinco años que la corona no acude al evento, al que está previsto que asistan las autoridades catalanas, desde el presidente Puigdemont hasta la alcaldesa Ada Colau, quien el año pasado dio plantón a los organizadores al enviar en su representación a un teniente de alcalde. Además, acudirán varios ministros del gobierno en funciones cuya confirmación definitiva se dará a conocer en el transcurso del día.
El Jurado del premio de este año lo integran Alberto Blecua Perdices, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Emili Rosales, secretario con voto. Los diez títulos y autores (o sus seudónimos) finalistas y que lucharán por llevarse el premio y su mención finalista son: El marido de la gitanilla, Ñau (seudónimo); Sol de Tebas, Jim Hawkins (seudónimo); 7 LR (Siete lágrimas rojas); Blanco Dálmata (seudónimo); Tinta corrida, Mariano Negri; Sardinas coloradas, Luis Escalante Galán; El nacimiento, Óscar García (seudónimo); Con un par de alas, Hope (seudónimo); El camino de Santiago, Maestro Mateo (seudónimo); El reposo de la tierra durante el invierno, María Mercedes Irigaray (seudónimo); Nada impide, Anxo Novoa (seudónimo).
En los últimos años, el Premio Planeta ha tenido un abanico de voces. Sin embargo, tras el relumbrón de Lorenzo Silva en 2012, el premio ha tenido un registro más o menos previsible. Tras ser concedido en los últimos años a autores españoles -incluyendo entre sus finalistas a una ex ministra de cultura, Ángeles González Sinde-, el Planeta de 2014 se lo llevó el periodista mexicano Jorge Zepeda con una con Milena o el fémur más bello del mundo, una historia que retrata el mundo de la prostitución y las bandas mafiosas ucranianas, con Marbella y México como telón de fondo. En aquella edición , la periodista Pilar Eyre quedó finalista con una historia autobiográfica de amor: Mi color favorito es verte. Le siguió Alicia Giménez Bartlett con Hombres desnudos, historia de la relación fatal de una pareja surgida en el entorno de la prostitución masculina.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación