El escritor Eduardo Mendoza, autor de "La verdad sobre el caso Savolta" o "Sin noticias de Gurb", ha afirmado este lunes que ante la crisis de Cataluña los escritores han intervenido "un poco tarde" y "mal".
A punto de "entregar la banda" del Premio Cervantes, desenfadado y arrancando risas, Mendoza ha pronunciado hoy la conferencia "¿Leer adelgaza?" en un acto en Sevilla.
Allí ha desvelado que, aunque poco, ha escrito obras en catalán, si bien ha reconocido que, aunque aprendió a hablar castellano y catalán a la vez, su lengua literaria es el español porque entonces no se estudiaba catalán en la escuela.
Ha opinado que ante la crisis en Cataluña los escritores han "estado ausentes de todo lo que se estaba cociendo". "Cuando ya hemos intervenido era un poco tarde y lo hemos hecho posicionándonos a favor o en contra; un poco mal, porque lo nuestro es explicar las cosas", ha añadido.
Tras manifestarse contrario al independentismo, Mendoza ha defendido la "neutralidad" que, a su juicio, no supone no tener una posición, pero sí abordar el asunto dando "elementos de juicio para que cada uno llegue a una conclusión por su propio camino".
Con esa intención, y al ver el tratamiento que daban los medios británicos a la crisis (tiene fijada su residencia a medias en Londres), Mendoza ha contado su decisión de intervenir varias veces en la BBC porque "los ingleses, como muchos otros países, se han quedado con el franquismo que para ellos es muy reciente y para nosotros es agua pasada".
Sobre el título de su conferencia, el escritor ha defendido que la lectura "es un trabajo; no sé si adelgaza o no, pero cansa" y ha expresado su rechazo a reducirla a entretenimiento o información y al empeño en enseñarla en la escuela como algo divertido.
El escritor ha reivindicado la literatura de humor y ha alabado el reconocimiento del jurado del Premio Cervantes a un "género" en el que "también hay que buscar la excelencia" y de "gran tradición" en la literatura española, de la que además han aprendido otros países europeos. "Toda la literatura occidental" ha sacado el humor de la literatura española, ha subrayado.
Un humor que Mendoza no sólo cultiva en sus libros sino también al admitir que tras ganar el Cervantes consultó cuántos de sus antecesores estaban vivos y cuánto vivieron después de recibirlo, y descubrió que "la media era cuatro años". "Y ya llevo uno", ha señalado.
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