El escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano ha fallecido este lunes, a los 74 años de edad, en Montevideo, como consecuencia de un cáncer de pulmón que le aquejaba desde 2008. Desde la publicación, en 1971, de Las venas abiertas de América Latina, Galeano se convirtió en un clásico de la literatura política latinoamericana. Nacido en Montevideo en 1940, el escritor y periodista escribió obras que terminaron convirtiéndose en catecismos, unos más sentimentales que otros, pero no menos entusiastas. Y ya se sabe que el tiempo corrige ciertas efusiones, sean ideológicas o afectivas. Y éste fue su caso.
Escribió obras que terminaron convirtiéndose en catecismos, unos más sentimentales que otros
Obrero de fábrica, dibujante, pintor, mensajero, mecanógrafo y cajero de banco antes de dedicarse por completo a escribir, Galeano alimentó una obra que se movía entre el panfletarismo y la candidez, algo que él mismo admitió sin empachos, al menos en lo que a su libro más conocido respecta. En las páginas Las venas abiertas de América Latina , Galeano analiza la historia del continente, víctima -a decir de él- de "la explotación económica y la dominación política" así como a "la colonización europea hasta los años setenta". El libro fue escrito en plenos años de la Guerra Fría y durante efervescencia de los movimientos armados en América Latina.
El libro fue prohibido en Argentina, Chile, Brasil y Uruguay. Tras el golpe de Estado de 1973, Galeano estuvo preso en su país y pasó posteriormente al exilio: primero en Argentina y después en España. Cuarenta años después de la publicación de su clásico, Galeano confesó que no quería volver a leer ese libro. “No sería capaz de leerlo de nuevo. Caería desmayado”, dijo en Brasilia durante 2014. “Para mí, esa prosa de la izquierda tradicional es aburridísima. Mi físico no aguantaría. Sería ingresado al hospital”, aseguró a los periodistas de Agencia Brasil en 2014.
"Para mí, esa prosa de la izquierda tradicional es aburridísima", dijo
Su obra, entre la que también destaca Memoria del fuego (1986), tiene sin embargo otra Biblia: El fútbol a sol y sombra (1995), volumen precedido por Su majestad el fútbol (1968), y en la que reúne brevísimos ensayos acerca de un deporte que en aquel entonces no eran abrazado con tanto entusiasmo por escritores e intelectuales. Lo suyo, claro, iba más allá.
Galeano, como Juan Carlos Onetti, era un hincha confeso del Peñarol, a decir de muchos, el mejor club de fútbol del siglo XX. Cada cuatro años en los primeros de junio, en total acuerdo con su mujer, Galeano colgaba un cartel en la puerta de su casa en el que aseguraba: "Cerrado por fútbol". No se dedicaba a nada más.
Su perfil público fue prolífico en lo que a opiniones y posicionamientos políticos respecta. Conocido fue el apoyo que dio Eduardo Galeano a gobiernos como el de Hugo Chávez, un entusiasta lector de su obra. En 2004, Galeano apoyó la victoria de la alianza Frente Amplio y de Tabaré Vázquez.
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