Cultura

Eslava Galán: “El comunismo no es una ideología, es una religión. Por eso fracasó”

El historiador y escritor Juan Eslava Galán vuelve a la carga. Como parte de su serie para descreídos, añade a su colección divulgativa el libro La Revolución Rusa contada para escépticos (Planeta).

La historia de España, la del mundo, la de la Primera Guerra Mundial… ¿qué no ha contado Juan Eslava Galán desde la perspectiva del escéptico? Prácticamente nada. A mitad de camino entre el ensayo divulgativo y el compendio de anécdotas ignoradas o sepultadas, el historiador y escritor coge la carrerilla de la serie editorial y avanza en una más de sus entregas históricas: La revolución rusa contada para escépticos (Planeta), un libro en el que, con ocasión de los cien años del asalto al Palacio de Invierno, relata los detalles de un tapiz lleno de reveses y conspiraciones.

Eslava Galán sirve en bandeja los pedacitos de una trituradora, la revolución comunista, aquella picadora que comenzó con los Romanov y que sigue escupiendo los huesos rotos de una ideología sin monumentos

El esplendor de la corte de los zares; las hambrunas que desataron canibalismo; el viaje de Lenin por Alemania en un tren sellado; la rebelión del acorazado Potemkin; la fascinación de las duquesas por el monje Rasputín e incluso la historia de un bailarín español que, huyendo de la Gran Guerra, terminó en medio de una revolución mucho más cruenta. En este libro, Juan Eslava Galán sirve en bandeja los pedacitos de una trituradora, la revolución comunista, aquella picadora que comenzó con los Romanov y que hoy sigue escupiendo los huesos rotos de una ideología sin monumentos.

Él, que escribió sobre la España en la que todo era pecado; que consiguió una Biblia atravesada por una bala, se mete en el Palacio de Invierno y en la Rusia de Lenin y Stalin

El fracaso del comunismo es el tema que jalona este libro y también esta conversación. Él, que escribió sobre la España en la que todo era pecado; que consiguió una Biblia atravesada por una bala o una pierna de jamón de 1914, no decepciona en este libro, tampoco en esta entrevista. Siempre bien dispuesto, generoso para la repregunta y hábil en la distancia corta de los que no se lo creen todo, Juan Eslava Galán cuenta como sólo él sabe.

-La serie para escépticos lleva ya unas cuantas entregas… ¿De qué nos sirve el escepticismo con estos hechos consumados?

-Hay que ser escépticos ante la visión que se nos ha dado de los hechos y cuestionarlos desde la perspectiva más actual que tenemos, que es la nuestra. La Revolución Rusa fue algo terrible que impuso el comunismo, pero no se tiene en cuenta cómo estaba el pueblo ruso antes de ella. Ha seguido estando en lo mismo, como consecuencia de que la Revolución ha sido fallida. Pero lo esencial está en el hecho de que, para el momento en que ocurre, aquello no se sostenía. La aristocracia rusa sí había tenido acceso a la cultura europea, era algo afrancesada. Pero el pueblo no. A mediados del siglo XIX seguían siendo siervos de la gleba, como en la edad media. No existía Ilustración, que permanecía en el pequeño núcleo de la aristocracia. Después de la guerra fallida con Japón, se intentó industrializar el país a toda costa. Pero eso era imposible en un país en el que los campesinos eran prácticamente esclavos. De ese choque entre esas dos concepciones surge la Revolución Rusa. Era inevitable.

"Hay que ser escépticos ante la visión que se nos ha dado de los hechos y cuestionarlos desde la perspectiva más actual que tenemos, que es la nuestra"

- Tanto en 1917 como en 1989 los oficiales no pudieron disparar para defender un régimen. Ocurrió con los Romanov y con Ceausescu. ¿Irónico, verdad?

-Se repite lo mismo. Es una situación tan inaguantable, que los mismos que tienen que contribuir para sostenerla no pueden. Es lo que pasa con el zarismo y con el comunismo.

-¿Por qué fracasó, como usted la llama, la religión del comunismo?

-Fracasa porque es inaplicable. Es una religión tan espiritual como el cristianismo, que es también inaplicable. El régimen comunista hace dos cosas: suprime una aristocracia y la sustituye por otra y, además, intenta exportar esa revolución. Lo hicieron durante toda la Guerra Fría. Para eso tuvieron que competir con los Estados Unidos, que era la cabeza visible del mundo liberal. Como no podían hacerlo económicamente, han tenido que sacrificar el bienestar del pueblo por las armas. Una causa directa del fracaso del comunismo ha sido esa. Si lo hubiesen interpretado de otra manera, quizá, se habría mantenido bastante tiempo.

"El comunismo fracasa porque es inaplicable. Es una religión tan espiritual como el cristianismo, que es también inaplicable"

-El comunismo tuvo sus réplicas en lugares cultural y socialmente distintos. Cuba, por ejemplo. Y mire lo que pasó.

-El comunismo ha fracasado también en Cuba. Durante la época en que convivió con Rusia se mantuvo gracias a las subvenciones que llegaban de la URSS. En el momento en que éstas fallaron, se vino abajo. La fábula moderna de George Orwell, La rebelión en la granja, refleja perfectamente cómo ha sido el comunismo en los países donde se ha implantado.

-Cita usted el viaje de Trotsky a España, que en 1916 encuentra a los españoles poco trabajadores. ¡Y lo dice él al llegar al País Vasco! ¡Caramba!

-Trotsky, que era una persona culta e inteligente, puede que él más de los de la primera oleada, trae la idea de España que se ha difundido en el extranjero. Él intenta encontrar al español típico. En el momento en el que pasa los Pirineos, ya quiere encontrarse al español indolente que se había difundido.

"En el momento en el que pasa los Pirineos, ya quiere encontrarse al español indolente que se había difundido"

-¿Qué hubiese pasado ideológicamente con la República Española, de haber vencido los mencheviques? ¿Habría cambiado el desenlace?

-La República la apoyó Stalin en su intento de exportar el comunismo. Desde el punto de vista estratégico era muy importante tener un país satélite y eso es lo que hubiese ocurrido si la República hubiese ganado la guerra. Para ese momento, los que prevalecen son los comunistas de la cepa estalinista, por ejemplo Negrín. Por eso Stalin quiere alargar la Guerra Civil Española, hasta que sea posible llegar a la Segunda Guerra Mundial. Eso sí. De haber ganado la República, España habría sido un satélite de Stalin. Sin duda.

"A las democracias occidentales no les interesaba que la República ganara la guerra, porque veían que estaba en manos de los comunistas. Y que por tanto sería un satélite de Stalin"

-¿Con los rusos estaba peor apoyada militarmente la República?

-La República se pierde, en primer lugar, por la desunión. No se puede hacer, al mismo tiempo, una guerra y una revolución. Ese es el problema de la República, una tremenda desunión interior. Pero también hay que decir que ni Estados Unidos ni Inglaterra estaban interesados en que ganara la República. Eso se dice poco. Alemania e Italia aportan material y hombres, pero los que aportan la gasolina son los americanos y los ingleses. Las grandes petroleras americanas le daban de fiado, pero se lo daban, el combustible a Franco. A las democracias occidentales no les interesaba que la República ganara la guerra, porque veían que estaba en manos de los comunistas. Y que por tanto sería un satélite de Stalin.

-¿Cómo influyó Rusia en el franquismo como régimen ya completamente asentado?

-En el franquismo hay dos etapas. Una primera autárquica, que dura hasta 1952, y que sólo genera hambre y miseria. Es decir, una política económica tan demencial y equivocada que trae hambre al pueblo español. Cuando eso es insostenible, Franco se echa en manos del Vaticano y de los americanos. Y a partir de entonces nos convertimos en satélite de EEUU. Incluso algo tan delicado como las bases americanas, que era una cesión de soberanía, pero no tiene otra opción porque la economía española es insostenible.

"En todos los partidos comunistas siempre hay una nomenclatura. No hay democracia interna ni ninguna sombra de tal cosa. Siempre son dictaduras"

-El Partido Comunista nunca ha podido admitir cuestionamiento. Ninguno soportó la primavera de Praga sin escindirse.

-En todos los partidos comunistas siempre hay una nomenclatura. No hay democracia interna ni ninguna sombra de tal cosa. Siempre son dictaduras o bien de un grupo o de una sola persona. Eso se remonta a Lenin. Ocurre desde Lenin. Es un autócrata, lo sucede otro autócrata, Stalin. Eso es lo que ocurrió en todos los partidos comunistas de Europa. De pronto alguien intenta sacar la cabeza, como Checoslovaquia, y se la cortan.

-Es una impronta. Una marca de origen. Ningún Partido Comunista ha conseguido repensarse, replantearse.

-Porque el comunismo es una religión. No es una ideología política, es una ideología religiosa. Como pasa en la jerarquía católica, que parte de una cabeza pensante que domina y los demás obedecen. No hay otra situación posible y es incompatible con la democracia liberal. Por eso el comunismo es la religión del siglo XX.

Un detalle de la portada de La Revolución Rusa contada para escépticos (Planeta)

-¿Por qué el comunismo, sus textos sagrados, jamás han podido hacer una exégesis?

-Los textos sagrados del comunismo son inaplicables y están hechos para otras épocas y otras sociedades. Es lo mismo que la Biblia. Pero claro, siguen siendo los textos sagrados. Y esta gente es incapaz de evolucionar de otra manera. Frente al comunismo lo que hay es el liberalismo. Y a pesar de los males del liberalismo, porque tiene una serie de males como el abuso del poder o la explotación del trabajo, pero ha podido arrastrarse del mundo moderno y coger algunos detalles del comunismo, como el Estado del Bienestar, que es la concesión que ha hecho el liberalismo al socialismo, pero el socialismo nunca ha hecho ninguna concesión y por eso ha fracasado.

"Porque (el comunismo) da muy buena imagen. En cuanto profundizan un poco y obtienen el poder, siempre son el extremo opuesto. No puede ser de otra manera"

- Y sin embargo, su retórica resulta atractiva para un sector de los políticos de nuevo cuño.

-Porque da muy buena imagen. En cuanto profundizan un poco y obtienen el poder, siempre son el extremo opuesto. No puede ser de otra manera. Por poner un ejemplo, en España: Pablo Iglesias comenzó fantásticamente. Lo que decía, cualquiera podía afirmarlo. Parecía alguien con sentido común, abierto en contra de la explotación, en cuanto ha obtenido una parcelita de poder, ya lo vemos como un dictadorzuelo.

-Dice en el libro que el concepto de patria para el ruso del siglo XX no existía: era un país enorme, rural.

-Y con una masa enorme de analfabetos con muchas carencias. La idea de patria se la da Stalin a los rusos durante la guerra patriótica. No habla de Rusia porque pierde el nombre, se convierte en la URSS. Así que agrupa todo eso alrededor de la idea de patria personificada en una mujer.

"Por poner un ejemplo, en España: Pablo Iglesias comenzó fantásticamente. Lo que decía, cualquiera podía afirmarlo. Parecía alguien con sentido común (...) Se convirtió en un dictadorzuelo"

-¿Y hoy qué, Putin? A la manera de un hombre fuerte, alude a esa idea.

-Después de la tremenda disolución tras el comunismo quieren volver a ser la Rusia tradicional. Recuperan la religión, que incluso había sido perseguida. De hecho, los Romanov asesinados son santos. Hay auténticas peregrinaciones a la tumba. El asunto con los rusos es que son europeos y a la vez son asiáticos. Hay una tradición en Rusia de la sobrevaloración del que manda y la deificación del líder, que es una tradición que viene de los emperadores basileos. Había una conexión directa con Dios. Eso se transmitió a los zares, que imitaban el estilo bizantino en todo. Por una parte son occidentales y hacen palacios occidentales como el de San Petersburgo, pero hacen cúpulas de cebolla bizantinas. Hay dos capitales: una asiática y una europea. Hay que tener eso en cuenta. Putin hereda eso. Es un presidente europeo pero también conserva el estilo oriental. Es un autócrata. Es el nuevo zar.

Eslava Galán.

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