Quince días atrás, la presidenta Esperanza Aguirre hizo unas declaraciones a la emisora Onda cero en las que afirmaba, en relación a la crisis, no estar "segura" de que el "contribuyente tenga que subvencionar la ópera". Como en aquel entonces también hablaba la presidenta de suspender el partido de Copa del Rey, las palabras pasaron por debajo de la mesa, aunque no para todos.
Venía a decir Aguirre, a la sazón del gasto público –que en su Comunidad había resultado mucho mayor de lo previsto- que éste debía reducirse en "todo" aquellos que no fuesen servicios esenciales , es decir, la sanidad, la educación, los servicios sociales, y su caso, también el transporte, de ahí sus dudas sobre si el contribuyente tuviese la obligación de subvencionar la ópera.
Las afirmaciones de la presidenta tuvieron una respuesta casi inmediata del director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Miguel Ángel Recio, quien manifestó que la lírica necesitaba de la financiación pública, ya que, por tratarse de una actividad deficitaria, no podía asegurar por sí misma la continuidad de su actividad.
Y aunque Recio atajó la ocurrencia de Aguirre y aseguró la continuidad del apoyo de la Comunidad de Madrid a la ópera "en la medida de sus posibilidades", las declaraciones han dejado huella en el sector que dedica sus esfuerzos a continuar con el teatro.
Fuentes del teatro Real aseguran que, justamente tanto en esta temporada como la anterior, la institución ha hecho un esfuerzo por aumentar el número de patrocinantes privados, cercanos en 14% al total de los ingresos. La Comunidad de Madrid aporta el 9,6% del presupuesto del mayor teatro lírico de España, el Real, mientras que el Ayuntamiento aporta el 2,5% y el ministerio de Cultura el 29,6%.