La concejala del distrito IV de Hospitalet no puedo resistirse a contestar a Jordi Évole. Fue en su barrio donde entrevistó al rapero superventas Morad, adoptando la polémica decisión de no dar voz a los vecinos. Lola Ramos Zafra, que es la concejala, lo expresa así en Facebook: “Es una lástima que no haya querido preguntar a la mayoría de vecinos del entorno qué piensan de este señor y los que le acompañan”, lamenta. “Le podrían haber explicado las noches enteras sin dormir por el escándalo en la calle. La música a tope durante toda la noche, los contenedores quemados, y las llamadas que tienen que hacer a Guardia Urbana y Mossos, a escondidas, temerosos por las amenazas que les gritan”, explica. “Imagino que para Évole contrastar estas declaraciones no tiene interés periodístico. A su disposición la Concejalía del Distrito si quiere, en cualquier momento, para ofrecerle otra versión”, ofrecía Ramos Zafra.
El post se ha mantenido vivo toda la semana, cosechando casi seiscientos comentarios sobre el programa, la inmensa mayoría en desacuerdo con el enfoque. Los reproches se centran sobre todo en la decisión de Évole de no entrevistar a los vecinos, dejando sin réplica las declaraciones de Morad y de sus amigos. Esto aporta una vecina llamada Flor Correa: “Hay una romantización de la marginalidad en la entrevista con la que no estoy de acuerdo. A nadie le obligan a ser un delincuente. Ni la sociedad ni el racismo. Yo soy inmigrante y no me siento discriminada, porque trabajo, no robo, no tiro la basura ni orino en la calle, no voy a los gritos por la calle a las 3AM. Hospitalet ha sido copada por el incivismo. El respeto por el prójimo y por el espacio en que convivimos todos no es una cuestión de piel ni de clase social”, explica.
¿Otro punto caliente de la entrevista? Morad declara sentirse marroquí y no español, algo a lo que tiene todo el derecho. Évole le pregunta por los casos de Pablo Hasél y Valtonyc pero no sobre la situación de los raperos marroquíes bajo el régimen autoritario de Mohammed VI (por ejemplo, Gnawi fue condenado a un año de cárcel). Justo esto le reprocha un vecino: “Llamar la atención desde el victimismo a algunos le funciona. Esta claro que ya se ha hecho famoso por su rebeldía que es la de muchos jóvenes que necesitan escuchar estas letras, pero al periodista se le olvidó preguntar si este tipo de canciones y ese comportamiento sería capaz de cantar en Marruecos con la libertad que tienen allí”, destaca.
Las acusaciones de victimismo a Morad se centraron en cómo lamentaba el penoso trabajo de limpiadora de su madre pero protagonizaba fiestas con sus amigos que dejaban La Florida hecha un estercolero. Ramos Zafra amplío su post el pasado miércoles para abordar este asunto: “Cuando explicó la rabia que le daba que su madre tuviera que limpiar la basura y las palomitas que 'esos cabrones' (cito literalmente) dejaban en el cine en el que trabajaba, supongo que no piensa en los trabajadores de limpieza que tienen que recoger toda la basura que dejan a diario en la zona de Bloques”, señalaba.
Évole y la falta de réplica
Por momentos, el debate se volvió en contra el ayuntamiento por su falta de políticas sociales. Esto apuntaba la vecina Anica Garbo: “Mmmm. Que peligro hacer este post viniendo de alguien que está en el Ayuntamiento. Quiero decir: se podría hacer un poco de autocrítica porque el incivismo y los actos vandálicos no son cosa de la Florida, sino de toda Hospitalet. Somos una ciudad multicultural y las políticas sociales de ayuntamiento se quedan muy cortas. ¿Qué tal locales de ensayo? ¿Espacios de reunión? Desde el Ayuntamiento se podría haber hecho mucho antes de enviar a la policía. Faltan pisos de protección social, alquileres sociales, ayudas a personas y familias en riesgo de exclusión…Que sí, que es un problema y molesta a los vecinos pero lo mismo desde el Ayuntamiento tampoco se está haciendo mucho para buscarle una solución, más allá de llamar a la policía”, denunciaba.
Ha molestado bastante que Évole, que además creció en San Ildefonso, hablase de La Florida como un barrio marginal
La discusión en el post de Facebook de Ramos Zafra es rica y variada, mucho más que el programa de La Sexta. Uno de los puntos principales es si se podía llamar a La Florida barrio marginal o no. Escoció este calificativo y recordaron al comunicador que él proviene de un barrio con problemas iguales o parecidos. “El Évole creció en Cornellá y, más o menos, ha conocido la realidad social que se vive en estas zonas”, señala Santi Ballester, que luego le acusa de “sensacionalismo”. La entrevista al rapero cayó regular incluso entre algunas devotas del presentador de Atresmedia. “Mira que me gusta este programa, pero el blanqueo de Jordi Évole me decepcionó. La realidad es prismática y se han de mirar todos los enfoques y no blanquear a una persona porque ahora sea famosilla”, lamentaba Lola Escuer.
Desde Vozpópuli nos pusimos en contacto con fuentes cercanas a asociaciones de vecinos que valoraron de esta forma la polémica: “La realidad a veces es más compleja. Hay vecinos y entidades que sin ser pro Morad -por simplificar el debate- entienden que la problemática va más allá incluso del personaje público y que hay un trasfondo social, de falta de cohesión entre comunidades, pobreza, paro estructural, marginalidad y que en ese sentido la clase política también tiene su parte de responsabilidad. A la misma Lola Ramos desde las entidades sociales se le ha pedido en numerosas ocasiones la creación de una mesa de convivencia compuesta, aparte de los representantes políticos y vecinales, por mediadores, trabajadores sociales y colectivos juveniles. La concejala siempre se negó a la creación de esa mesa", recuerdan.
Y comtinúan: "Lo que queremos decir es que hay otras maneras de ver el problema sin necesidad de ser anti o pro Morad. Al final lo de personalizarlo en él es posible que también sea un error. Lo que sí es cierto es que la problemática existe y que hay que solucionarla, que se debe de respetar el descanso de los vecinos y trabajar por la cohesión. Esas serían las tareas más urgentes”, destacan. “Como verás también ha molestado bastante que Évole, que además creció en San Ildefonso, hablase de La Florida como un barrio marginal. Es decir, que de alguna manera reproduzca ese cliché y el estigma hacia los barrios de la clase trabajadora precarizada”, concluyen.
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