Cultura

Félix J. Palma en 'El gran timo de las hadas' en el que cayó Conan Doyle: "A veces necesitamos de la mentira para sobrellevar la existencia"

El escritor gaditano presenta su novela que mezcla criaturas mágicas y el contexto histórico de la Inglaterra de principios del siglo XX

En 1920 dos niñas, Elsie Wright y Frances Griffithsse, se fotografiaron jugando con hadas e hicieron creer a media Inglaterra que estas criaturas existían. Estas fotografías fueron publicadas en la revista ‘The Strand Magazine’, acompañadas por un artículo escrito por Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes. Doyle era un ferviente creyente de lo sobrenatural y utilizó las fotos como evidencias en un artículo titulado ‘Fairies Photographed – An Epoch-Making Event’. La publicación de estas imágenes dividió a la opinión pública. Algunos las consideraron una prueba irrefutable de la existencia de las hadas, mientras que otros las veían con escepticismo y sospecha. Sin embargo, a partir de esa primera publicación las redacciones se llenaron de cartas sobre supuestos avistamientos de hadas. 

Se realizaron varias investigaciones para determinar la autenticidad de las fotos. Varios expertos analizaron las imágenes, pero la tecnología de la época no permitió llegar a una conclusión definitiva. En 1980 las protagonistas confesaron que las imágenes eran un engaño. Elsie reveló que habían recortado figuras de hadas de un libro de cuentos. Explicaron que esta historia comenzó como una broma y para justificar ante sus padres el tiempo que pasaban cerca del arroyo. Aunque confesaron la falsificación de las primeras cuatro fotos, Frances mantuvo hasta su muerte que la quinta era auténtica. 

Frances en el arroyo, junto a sus amigas las hadas.

Con este contexto de fondo, y en una Inglaterra marcada por el interés en el espiritualismo y lo sobrenatural, especialmente tras las pérdidas humanas sufridas durante la Primera Guerra Mundial; el escritor gaditano Félix J. Palma cuenta la historia de Alan y Violet en ‘El gran timo de las hadas’ (Editorial Destino).

Los protagonistas de esta novela son los mayores especialistas en fotografía mágica de Inglaterra. Una pareja de pícaros que se aprovecha de la fiebre por retratar seres feéricos que se extendió por la sociedad londinense tras la Gran Guerra. Una novela que se puede definir como un cruce entre 'Peter Pan' y 'Peaky Blinders'.

En Vozpópuli hablamos con el autor sobre cómo la credulidad y el escepticismo coexisten y se enfrentan en la mente humana, especialmente en relación con fenómenos sobrenaturales.

Pregunta: ¿Qué se va a encontrar el lector en el ‘El gran timo de las hadas’?

Respuesta: La están definiendo como una novela multi genérica. No sé si la terminación es admisible, pero es cierto que no se puede describir en un solo género. Yo creo que mi nombre ya es como un estilo en sí mismo. El lector empieza leyendo una novela sin saber a ciencia cierta lo que va a leer. Es una novela fantástica, realista pero, en la que poco a poco, empiezan a suceder una serie de fenómenos extraños. Vas pasando las páginas sin tener muy claro lo que estás leyendo.

Pero si tengo que resumir, diría que es una mezcla entre relato negro, fantástico y novela romántica.

P: ¿Cómo llegó hasta usted la historia de las hadas de Cottingley?

R: Pues una de las cosas que más me está sorprendiendo es que la gente no conociera esta historia. Yo llevaba más de un año dándole vueltas. Pero claro, me gusta mucho la fantasía y la gente que me rodea es igual de friki que yo en ese sentido, y casi todos conocían este caso. Pero me fui dando cuenta de que fuera de ese mundillo nadie sabía de esto.

Yo me tropecé con la historia cuando me estaba documentando para mi anterior trilogía, estamos hablando de 2007. Cuando la descubrí me encantó y la guardé en ese “cajón” donde los escritores ponemos nuestras ideas para desarrollarlas en el futuro. Llevaba mucho tiempo intentando montar una novela con esta premisa. Le daba vueltas, pero nunca conseguía darle forma. Estaba muy centrado en el caso en sí, pero era ya una historia hecha donde poco podía aportar. Así que al final decidí usarlo como telón de fondo y centrarme, sobre todo, en los efectos que tuvo en Inglaterra dicho caso. Siempre lo comento, pero de repente parecía que Inglaterra estaba llena de locos, de mentirosos o de hadas.

P: Siendo el creador de la mente de ficción más lógica y empírica, ¿cómo es posible que Arthur Conan Doyle creyera esta historia?

R: Que comprara de cierta manera este caso es un poco paradójico. De los dos artículos que él escribió, en el primero narraba todo el caso de las fotografía de hadas, y en el segundo se decantaba hacia creer que era real. Lo tituló como ‘La evidencia de las hadas’. Hasta ese momento se creía que solo los niños eran capaces de ver a este tipo de criaturas. Una vez que se perdía la inocencia también se perdía ese don. Por lo que el hecho de que hubiera una fotografía era algo inédito.

Doyle ponía el ejemplo de los rayos X. No se veían, pero imprimían una fotografía. Así que pensaba que con las hadas pasaba igual, quedaban más allá de nuestra percepción, pero salían en las fotos. Y estaba encantado de que eso fuera así, porque decía que el siglo iba a recuperar por fin el misterio que había perdido con la ciencia y el materialismo.

Yo creo que muchas veces necesitamos un pequeño empujón para creer. Doyle había perdido a su hijo en la guerra, pero también había perdido a una hermana y a su madre en muy poco tiempo. Creo que debía de estar muy tocado interiormente y se agarró a eso.

P: ¿Va a ser este el comienzo de una nueva trilogía?

R: Sí, esa es mi intención. Tengo ya pensada una segunda parte, aunque tendré que pensar en un nuevo timo. La idea es que la trilogía tenga también, de alguna manera, un diálogo con este libro. Al final, la historia también habla sobre la necesidad de la mentira para sobrellevar la existencia.

"De repente parecía que Inglaterra estaba llena de locos, de mentirosos o de hadas" Félix J. Palma (Escritor)
Pregunta: Además, es una novela que retrata muy bien el contexto de la época: la guerra, el inicio de la casa Kodak o el boom de la obra de teatro de 'Peter Pan'

Respuesta: 'Peter Pan' tiene a la que yo creo que es el hada más famosa: Campanilla. Durante la guerra los teatros estaban cerrados, pero en la década anterior esta obra era una de las más famosas. Debía de ser brutal ir a verlo. En una de las escenas más icónicas Campanilla se bebe el veneno que estaba destinado a Peter Pan. Al estar el hada en peligro de muerte, Peter Pan pide a los espectadores que crean en las hadas para salvarla y que para ello aplaudan. Las crónicas narran que tanto los niños como los adultos se involucraban al máximo en este momento de la obra.

Esa mezcla de por un lado la magia de las hadas con esta obra y, por otro lado, la oscuridad de la Primera Guerra Mundial me parecían que eran dos elementos antagónicos pero que se podían mezclar. ¿Qué podría salir mal?

P: Aunque también se trata de una época de grandes avances científicos…

R: Es un poco como la mezcla perfecta, un cóctel un poco raro. Por un lado, la población estaba sumida en la miseria y se tenía que acoger a algo. Pero justo en ese momento la ciencia estaba en pleno desarrollo y, en cierto sentido, estaba delimitando el mundo. Sin embargo, la gente seguía creyendo en el espiritismo, en las hadas… Se negaban a que la ciencia estableciera esos límites.

P: ¿Por qué tenemos ese deseo de tener fe en lo mágico?

R: Porque a la mayoría de las personas les resulta insuficiente este mundo que nos obliga a tener los pies en la tierra. En cierta manera, les hace sentir que les convierte en personas egoístas y por eso se respaldan en los valores que representa el mundo feérico: vivir el presente, la despreocupación, la luz o la armonía con la naturaleza.

En la novela se reflexiona mucho sobre esto porque los protagonistas tienen que hacer creer en las hadas a un hombre escéptico. Ese era un tema que me interesaba mucho, porque yo creo que lo que nos impide creer en ciertas cosas es la razón.

P: ¿Cómo se hace para que alguien que es un absoluto escéptico crea en las hadas?

R: Pues esa es una de las cuestiones que abordo en el libro. Drake, que es el que podríamos decir el villano, es una persona totalmente escéptica. Aunque hay alguna que otra grieta, que es por donde los protagonistas, Alan y Violet intentan convencerle.

El personaje de Drake representa, de alguna manera, la razón. A veces es el corazón lo que nos incita a creer cosas por pura supervivencia. Y sin embargo es la razón la que nos frena. Pero cuando nos venden algo perfectamente urdido, una mentira muy elaborada… es ahí cuando esos cimientos tiemblan. Y hablo de las hadas como puede ser la religión, los espíritus o cualquier otra cosa. Al final, y es de lo que hablo en el libro, hay que dar un salto de fe para empezar a creer.

Pregunta: Otra de las líneas que trata la novela, y que está también muy relacionada con el mito de las hadas, es la del destino.

Respuesta: Al final está muy relacionado. A mi es un tema que me fascina y siempre lo intento sacar en mis novelas. De hecho tengo un libro dedicado exclusivamente a este tema.

Cuando me documenté para esta novela descubrí que hay muchos tipos de hadas, una de ellas son las hilanderas que son las encargadas del destino. En ese momento se me planteó la posibilidad de incluirlas en la novela y que pareciera que las decisiones que toman los protagonistas eran por puro azar o que estuviera la posibilidad de que las hilanderas estuvieran dirigiendo todo. Es verdad que a mi no me gusta darle un final cerrado a mis historias, aunque tampoco me gusta que se quede totalmente abierto, pero sí que intento proponerle al lector posibles conclusiones y que cada uno elija la que prefiera.

P: De hecho, tiene un estilo bastante peculiar

R: Creo que es una de las cosas que más me define. Esto lo aprendí porque estuve muchos años escribiendo relatos. Gané bastantes premios y concursos. Siempre intentaba darle una vuelta de tuerca para sorprender al lector, porque a mi también me gusta que me sorprendan.

Es verdad que cada vez me cuesta más porque mis lectores, los que llevan años siguiéndome, ya saben mis trucos. Saben que en mis novelas las cosas no son como parecen. A veces tengo que hacer auténticos malabarismos para engañarlos. En este caso me ha ayudado mucho el narrador, que cuenta las cosas de forma muy caprichosa. Rompe con lo que se llama “la cuarta pared” y le habla directamente al lector. Este recurso ya lo utilicé en mi otra trilogía. Hay quien lo ve un poco pesante, pero en general es muy celebrado. Aunque parezca una cosa muy original, es algo que ya utilizaban otros autores como Alejandro Dumas. En sus novelas el narrador hacía juicios morales sobre la conducta de los personajes. Yo lo único que he hecho ha sido actualizar ese recurso.

P: En esta ocasión vuelve a Londres, pero no al victoriano sino al de 1922, ¿qué conexión tiene con esta ciudad para que siempre sea protagonista de sus novelas?

R: Ha sido casualidad. De hecho, cuando escribí ‘El mapa sobre el tiempo’ no conocía Londres. Lo visité por primera vez cuando gané el Premio Ateneo. Así que la primera vez que escribí sobre la ciudad lo hice con bastante miedo, pero quería desarrollar una historia que solo se podía transcurrir ahí. Hasta ese momento no había escrito novelas de época. Todos mis libros se desarrollaban en España, aunque no se especificaba. Pero que haya vuelto a esa ciudad es pura casualidad. De hecho, creo que la segunda parte del libro se va a desarrollar fuera de Londres.

P: ¿Sigue habiendo ese fanatismo por el mundo feérico?

R: Una de las cosas que me ha resultado más curiosa en las presentaciones es encontrarme a gente que cree en las hadas. Es verdad que Inglaterra es un país con mucha cultura feérica. Desde pequeños conviven con muchos libros, ilustraciones…Sin embargo en España no tenemos esa tradición, por eso me resultaba tan curioso. Pero creo que sí sigue habiendo un interés, pero claro, yo siempre lo utilizo como interés literario, intento mantenerme al margen. Me interesa sobre todo las posibilidades literarias del tema

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