Hace pocos días, el novelista Daniel Gascón publicaba una viñeta donde una distinguida pareja brindaba con champán mientras uno de ellos decía "Por un pluralismo sin gente de derecha". Se trata de un enfoque cada vez más habitual en el progresismo, cuyo último capítulo ha sido una tormenta de reproches a la joven influencer Roro, de solo 22 años, que muestra cada día su vida cotidiana, con especial hincapié en lo que cocina para su novio.
Las mismas feministas que piden que se deje escoger su estilo de vida a cada mujer se vuelven implacables cuando ese estilo de vida no encaja en ningún molde de izquierda. En los últimos, muchos la han calificado de sumisa, reaccionaria o de promover el fenómeno tradwife, que alude a las esposas que prefieren mantener los roles tradicionales en las parejas.
El vídeo que desató la actual polémica viral se publicó en marzo. Dura 81 segundos y en él se ve a RoRo preparando a su novio un plato francés: pappardelle con ragoût de pato a la naranja. Con más de 47 millones de visualizaciones (y subiendo), al vídeo sobre el pappardelle le han seguido otros muchos en los que vemos a RoRo tejer vestidos, encuadernar, preparar su propio maquillaje y -sobre todo- cocinar. Tras recibir críticas por cocinar para Pablo, subió un vídeo haciendo aperitivos para que él y sus amigos picoteasen durante la Eurocopa.
Voces de ultraderecha
La crítica más dura ha llegado desde Infobae, en forma de reportaje firmado por la periodista Elena L. Villalvilla, que llega incluso a relacionar el tono de voz de Roro con el extremismo religioso. “El tono de voz suave y dulce que las mujeres que forman parte de este movimiento utilizan, y que en inglés tiene nombre: fundie baby voice. Los expertos la relacionan con comunidades cristianas fundamentalistas, movimiento ultraconservador surgido entre los cristianos protestantes en Estados Unidos, y con la ultraderecha estadounidense, cuyo inicios se remontan a la autora Helen Andelin en el libro Fascinating Womanhood. Publicado en 1963, la obra se centra en que las mujeres desarrollen relaciones románticas profundas con sus maridos y consigan hogares estables, en contra de la corriente de la “segunda ola” feminista de los años 60.
Acusan a Roro Bueno de esposa tradicional pero ni tiene hijos ni está casada ni se encarga de la limpieza que corresponde a su novio
“A ningún hombre le gusta un tono grosero, fuerte o vulgar en una mujer, así como a una mujer no le gusta un tono afeminado en un hombre”, decía el texto de Andelin. “Este libro alienta a las mujeres cristianas fundamentalistas a sonar ‘infantiles’ para transmitir sumisión a las figuras masculinas”, explicó a Huffington Post Kathryn Cunningham, vocóloga y profesora adjunta de teatro y jefa de interpretación en la Universidad de Tennessee, Knoxville”, advierte.
La propia Roro respondió a los cuestionamientos en una entrevista en el Huffington Post, donde confirman lo perdida que se encuentra el campo cultural progresista. "Yo obviamente no estoy ahí para servir a Pablo, si estoy haciendo esto es porque me encanta cocinar y bromeo mucho con que Pablo me pide cosas para tener la excusa de cocinarlas y que luego las disfrutemos los dos", señala la influencer.
También destaca lo errado de relacionarla con las llamadas tradwifes o esposas tradicionales. "Me hace gracia lo de ama de casa porque no vivimos juntos, yo no tengo hijos y limpiar, no limpio. Limpia Pablo porque es lo que se le da bien a él y a mí se me da bien la cocina", concluye.
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