Desde que volvió de la baja por paternidad, Pablo Iglesias anda en modo Chomsky. Esta semana no más, en el programa Al rojo vivo, el líder de Podemos se hacía un lifting ante su electorado aprovechando que se había descubierto, vaya por Dios, que tanto él como su familia habían sido espiados por el comisario Villarejo. El asunto le vino como anillo al dedo a un Iglesias que ha decidido tirar del discurso contra los medios, uno de los argumentos que blandió allá por 2015 cuando él luchaba contra los poderosos en lugar de formar parte de ellos.
Cariacontecido, Iglesias hizo saber a Antonio García Ferreras, director y presentador del programa, que periodistas sin escrúpulos como Eduardo Inda formaban parte de las cloacas que lo espiaron. Cuando Ferreras salió en defensa del director de OkDiario aludiendo a su presunción de inocencia y sus exclusivas en el caso Bárcenas o el ático de Ignacio González, Iglesias redobló el enfado y amenazó con ser honesto. “Tú eres uno de los principales protectores de Eduardo Inda”, espetó a su valedor y hada madrina en la cadena de Roures, de la que Ferreras es directivo desde su lanzamiento en 2006, con Mediapro, hasta la actualidad tras la compra de Atresmedia.
Iglesias ha decidido tirar del discurso contra los medios, uno de los argumentos que blandió cuando él luchaba contra los poderosos en lugar de formar parte de ellos
La discusión entre el periodista y el líder de Podemos llegó a un punto no demasiado álgido, lo suficiente como para declarar una guerra con Albania a lo Dustin Hoffman y Robert De Niro en Wag the Dog. “Nosotros fuimos dique de contención de muchas informaciones contra vosotros”, le recordó Ferreras. Para estar envalentonado, Pablo Iglesias se quedó corto en las réplicas al periodista, un veterano con años suficientes para tener rabo de paja. Una cosa es que Iglesias se haya dedicado a exhumar el argumentario del 15M y otra muy distinta que vaya a creérselo. Meterle el dedo en el ojo a Ferreras en su programa y su cadena habría sido lo más parecido a cortarse la coleta.
Podemos es una creación de Ferreras. Encontró en aquel partido un revulsivo de audiencia para La Sexta, que creció como la espuma echando mano de los entonces benjamines. Ya sabe usted, lector, más sabe el diablo por viejo. Responsable de Comunicación de la Expo 92 y directivo de la Cadena SER -etapa de la que algunos recuerdan su anuncio de Ángel Acebes como sucesor de José María Aznar-, Ferreras dejó su puesto directivo en el Grupo Prisa y entró a trabajar para Florentino Pérez en Real Madrid TV, entonces recién creado brazo mediático de la era galáctica.
Para el Iglesias que ejerce de telonero de Sánchez, meterle de verdad el dedo en el ojo a Ferreras, en su programa y su cadena, habría sido lo más parecido a cortarse la coleta
Tras fungir como director de Comunicación y Contenidos del Real Madrid en aquella primera era galáctica de Florentino, García Ferreras hizo lo que un personaje de Tolstoi en San Petersburgo: sin darse de baja del florentiniato, el periodista pasó de trabajar junto al magnate de ACS a ser ficha del empresario trotskista, como llaman algunos a Jaume Roures, y no con demasiado cariño, luego de que el catalán se hiciera con los favores políticos de la Moncloa de Zapatero primero y de la de Soraya Sáez de Santamaría del PP, después.
Nada de eso lo dice Pablo Iglesias ante las cámaras de Al Rojo Vivo cuando exige a los medios decir la verdad, tampoco cuando cambia pañales en El Hormiguero. El libérrimo Iglesias hace lo que sabe, de telonero. Se queda atascado no en lo que dice, sino en lo que calla. Ferreras sube unos puntos más en la audiencia, prepara el ambiente. El viejo truco de declarar una guerra en Albania antes de entrevistar a Pedro Sánchez y anunciar al día siguiente que, al fin, participaría el presidente en el debate de Atresmedia.
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