Pocas veces el mundo del jazz ha tenido tan claro quién era el mejor depositario de sus esperanzas artísticas. Kamasi Washington (Los Ángeles, 1981) es un joven maestro del saxo cuyas piezas rezuman la naturalidad de los grandes. Potencia y sutileza al servicio de un estilo tradicional, pero que suena como recién descubierto. Siendo adolescente se enamoró del género escuchando Transition (1970) de John Coltrane, dios del saxo de quien muchos le consideran sucesor. La comunidad jazz se rindió a los pies de Washington tras el rotundo y elegante The Epic (2015), un disco sustancioso y al alcance de todos los públicos, de esos que marcan época y hacen afición.
Ahora presenta Heaven and Earth (2018), otro órdago que ha cimentado su prestigio. “Es improbable que un disco doble conceptual que explora La Tierra (realidad) y El Cielo (idealismo) vaya a desbancar a la vieja guardia, pero logra presionar para que el género avance apostando por una vitalidad con sentido, que algunas veces se echaba de menos en The Epic, su anterior álbum”, sentenciaba la periodista Tara Joshi en The Observer. Además, seamos honestos, la carrera de Washington también se vio favorecida por el bloque ‘progre’ de la era Obama, deseosos de encontrar réplicas a las figuras culturales que pusieron banda sonora a la lucha por los derechos civiles y los años del ‘black power’. La clásica estilización de la política, aunque esta vez con sólidos méritos musicales.
Gregory Porter fue un niño raro, que se hizo adicto a Nat ‘King’ Cole mientras sus compañeros de clase chiflaban con el hip-hop
Los fundamentos del jazz estarán representados por Benny Golson (Filadelfia, Estados Unidos, 1929), leyenda del be-bop y el hard-bop, los estilos más frenéticos de mediados del siglo XX. Baste decir que formó parte de la banda de Dizzy Gillespie y de Art Blakey & The Jazz Messengers, con quienes grabó el clásico Moanin (1958). 42 años más tarde llegó al mundo el vocalista Gregory Porter (1971), un niño raro que se hizo adicto a Nat ‘King’ Cole mientras sus compañeros de clase chiflaban con el hip-hop. Debutó con Water (2010), y tras firmar con el legendario sello Blue Note se consagró con Liquid Spirit (2013), por el que obtuvo el Grammy a Mejor Álbum de Jazz Vocal. Ese trabajo fue uno de los pocos superventas del género que hemos tenido en esta década. En una época donde las compañías discográficas ahorran al máximo, apostando por discjockeys, grupos punk y raperos, Porter ha sabido imponerse y que le dejaran grabar con grandes bandas, al viejo estilo.
Del post-rock al techno
¿Más propuestas atractivas del cartel? El joven batería Makaya McCraven demostrará su talento basado en el eclecticismo sonoro. Ha colaborado con músicos tan diversos como el jazzero Archie Shepp, la figura del post-rock Jeff Parker (Tortoise) o la leyenda techno D’Sean Jones (Underground Resistance). Los amantes del virtuosismo podrán disfrutar de la violinista Regina Carter (Detroit, 1966), que triunfó a mediados de los noventa con su grupo Straight Ahead y luego ha cuajado una prestigiosa carrera, donde arrancó aplausos por sus interpretaciones desde Ella Fitzgerald hasta Paganini, entre otros. El certamen también acogerá a un supergrupo formado por las figuras Danilo Pérez, Avishai Cohen, Larry Grenadier, Chris Potter y Jonathan Blake.
El festival, que se celebra entre el 15 y el 20 de julio, no solo apuesta por los grandes nombres, sino también por programas divulgativos. Algo especialmente necesario en el jazz, donde el estudio multiplica el placer de la escucha. En esta edición, uno de los grupos más interesantes del panorama jazzístico, conocido por las siglas MAP, ofrecerá un concierto con la Banda Municipal de Música de Vitoria. El trío formado por Marco Mezquida (piano), Ernesto Aurignac (saxo) y Ramón Prats (batería) afrontará un viaje “de lo sinfónico a la ‘big band’, del conjunto orquestal a la banda popular”, prometen. Toda una lección magistral, perfecta para no iniciados. Mezquida también ofrecerá un concierto solo al piano.
A los escenarios habituales de Mendizorroza y del Teatro Principal, se suma el Falerina, en el Centro Cultural Montehermoso. Este nuevo espacio acogerá conciertos gratuitos en horario de mediodía y dará cabida a combos de estudiantes de escuelas de música y a otros jóvenes talentos que dan sus primeros pasos en el género. Toda la información actualizada del festival puede encontrarse aquí.
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