¿En qué cree que se fijaría si en la misma pantalla le pusieran un vídeo de adorables cachorros de golden retriever jugueteando en el césped y en la otra mitad de la pantalla el vídeo del bañista devorado por un tiburón que se viralizó la semana pasada? Ahora vayamos al arte, aunque es posible que el titular de esta pieza ya le haya determinado la respuesta, ¿en qué panel del tríptico del Jardín de las delicias se fijan más? Si han optado por las grotescas y oscuras figuras del Infierno, antes que en el apacible Paraíso donde Dios presenta a Adán y Eva, no se preocupen, la ciencia ha confirmado que es lo más frecuente.
Cualquier persona que haya paseado por El Prado sabe que es una obra y un autor que no deja indiferente a nadie. No hay un cuadro que capte más la atención de las perennes excursiones infantiles que habitan las salas de la pinacoteca española. Los hastiados niños que pasan por los retratos de Velázquez como por escaparates de ferreterías, se detienen y comienzan a señalar a alguna de las figuras. Le pasa a los niños y le pasa también a los adultos. Gracias a un estudio del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández de Elche, se ha confirmado que la obra más conocida del holandés retiene considerablemente la atención del visitante, en concreto 4:08 minutos.
Esta fue una de las primeras conclusiones del estudio que se realizó durante tres días del pasado mes de enero, y en el que participaron 52 personas de distintas nacionalidades, entre los 10 y los 70 años, de los que un 60% eran mujeres y un 40% hombres.
A los participantes se le colocaron gafas con cámaras inalámbricas que conectadas a un ordenador, registraban de manera independiente la dirección de la cabeza, la dirección de los ojos, y los movimientos sacádicos – aquellos movimientos rápidos y simultáneos que realizan ambos ojos cuando están observando- así como el tamaño de cada una de las pupilas. Ponderando los datos, el estudio indicó que el tiempo promedio de observación del panel del Infierno fue de 33,2 segundos/metro cuadrado, frente a los 26 seg/m2 de la tabla central y 16 seg/m2 del Paraíso. Esta diferencia también se observa claramente en el tiempo de fijaciones por panel. El visitante dedica 30,9 seg/m2 al panel del Infierno frente a 21,6 seg/m2 de la tabla central y 12,6 seg/m2 del panel izquierdo que corresponde al Paraíso.
Las figuras y composiciones que tanto nos divierten estaban profundamente inspiradas en las miniaturas que adornaban los libros medievales y las fachadas góticas con las que se alertaban a los cristianos de los riesgos de caer en el pecado. En la primera de las hojas del tríptico, pintado a finales del siglo XV y adquirido por Felipe II unos decenios más tarde, aparece el Paraíso en el que Dios presenta Eva a Adan en un prado lleno de animales. La tabla central, el jardín de las delicias que da nombre al cuadro muestra un mundo de erotismo y placeres con arquitecturas fantasmagóricas. El profesor Dirk Bax identificó multitud de símbolos eróticos , inspirados por las canciones populares, dichos y jerga holandesa de la época de El Bosco. Y por último, la hoja de la derecha, refleja los horrores a los que los pecadores se ven sometidos en el Infierno. La gracia que ahora nos produce la cerda vestida de monja, que besa a un hombre en esquina inferior derecha, realmente tenía una intención moralizadora y buscaba aterrorizar de los riesgos del pecado con figuras como el ave azul que engulle a personas sentado en una trono-orinal. Precisamente esta figura es una en la que más se fijaron los participantes en el estudio.
Cuando miran a Dios, hay una mayor dilatación de las pupilas
Cual mapa de calor de la actividad de un portero de fútbol en el área pequeña, las pupilas de los visitantes ‘abrasaron’ tres figuras del Infierno: la citada ave, las dos orejas con un cuchillo, y el hombre-árbol que mira directamente al espectador y al que muchos especialistas consideran un autoretrato del autor.
Del panel central, las pupilas se centraron en la fuente con forma de orbe del lago superior que encabeza la composición. Y del panel izquierdo, el del Paraíso, es el rostro de Dios el que más miradas atrae. "Cuando miran a Dios, hay una mayor dilatación de las pupilas. En el panel del Infierno, con la visión de las orejas cortadas y el cuchillo también pasa", señaló Eduardo Fernández Jover, director de la investigación.
La investigación no ha llegado a una conclusión sobre el motivo de la atención sobre unos u otros personajes, pero el director del proyecto se ha mostrado satisfecho por los resultados y ha señalado que continuarán con otras obras emblemáticas del Prado como las Meninas de Velázquez.
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