El cineasta estadounidense de origen checo Milos Forman, que falleció el viernes en EEUU a los 86 años, era uno de los grandes directores de Hollywood y alguien que hizo soñar en su país de origen, la actual República Checa, con la libertad durante la dictadura comunista.
Nacido en la localidad checa de Caslav en 1932, Milos Forman logró en Hollywood grandes éxitos como "Alguien voló sobre el nido del cuco" (1975), galardonada con cinco Oscar, y "Amadeus" (1984), distinguida con ocho estatuillas.
Destacado integrante de la Nueva Ola del cine checoslovaco, Forman emigró a Estados Unidos después de la represión soviética del movimiento aperturista de la Primavera de Praga en 1968, y en la década de los 70 se convirtió en ciudadano estadounidense.
"Durante los años 70 y 80 de normalización soviética, la cultura checa estaba afectada por la censura y desapareció del mundo. Desapareció la conciencia cultural. Y entonces alguien como Forman se fue a EEUU y tuvo un éxito fantástico", declaró hoy a Efe el crítico Jiri Penas.
"El régimen hizo como que no existía", añadió Penas, pero para muchos checoslovacos, el sonado éxito de sus películas era maravilloso y una señal de esperanza.
Su primer gran éxito en EEUU, "Alguien voló sobre el nido del cuco", expone algunas de las ideas contestatarias del director, con el protagonista -Jack Nicholson- liderando una rebelión contra la institución psiquiátrica en la que fue confinado.
"El espectador encontraba en las películas de Forman ese toque checo, ese sentido del humor, ese David vence a Goliat", añadió Penas sobre cómo eran recibidos sus filmes durante el régimen comunista checoslovaco.
Sus películas estadounidenses, prohibidas en Checoslovaquia pero permitidas en Hungría o Polonia, circulaban también en proyecciones clandestinas y todo el mundo hablaba de ellas.
Antes de emigrar a EEUU, el cineasta realizó también películas en las que mostraba un afán subversivo en busca de libertad y dignidad, en un estilo con frecuencia controvertido.
Son trabajos tempranos de los años 60, como "La audición", "Pedro el negro", "Los amores de una rubia" y "El baile de los bomberos", que marcaron su estilo, críticos con el poder, cargados de ironía, burla y un humor muy característico.
"Forman supo captar muy bien la comicidad del individuo y de sus debilidades, pero sin hacer de ello algo mórbido. Es tragicómico. También demuestra gran sensibilidad para lo que es embarazoso, por lo que a menudo encontramos en sus trabajos análisis de rituales y estereotipos", añadió el crítico checo.
La crítica considera que esas producciones iniciales, que formaron parte de la Nueva Ola del cine checoslovaco, fueron distintas que las grandes producciones posteriores, en las que rodó para el gran público internacional.
El experto checo apuntó que "en Checoslovaquia fue más libre", pero, aún así, en EEUU mantuvo su estilo crítico en filmes como "El escándalo de Larry Flint" (1996) o "Los fantasmas de Goya" (2006), la última vez que se puso detrás de la cámara.
Esta obra sobre los últimos días de la Inquisición española, con Javier Bardem y Natalie Portman en el reparto, fue presentada por Forman en Praga.
Volvió ese mismo año a la capital checa para debutar con éxito como libretista en el Teatro Nacional de Praga, donde estrenó la ópera bufa "A well paid walk" (Un paseo bien pagado).
Esa primera creación de Forman en el campo de la dramaturgia lírica fue una coproducción del Teatro Nacional de Praga y el Palau de les Arts de la ciudad española de Valencia.
"Lo digo sinceramente. Es uno de los momentos más hermosos de mi vida profesional, poder trabajar con esos teatros líricos", declaró entonces Forman a la prensa en el santuario de la dramaturgia checa.
Uno de los anhelados proyectos que Forman no pudo realizar fue una obra conjunta con el dramaturgo, intelectual y expresidente Vaclav Havel, fallecido en 2011.
"Quedaron una vez en aislarse en un país del sur de Europa para trabajar sobre un guión de una película en torno al Tratado de Múnich (por el que Hitler se anexionó los Sudetes), pero al final de eso no salió nada", constató.
A pesar de la gran amistad entre ambos intelectuales, que se remontaba a sus años escolares, Forman no pudo asistir por motivos de salud al entierro del exdirigente checoslovaco.
La primera esposa del director de cine fue la célebre actriz checa Jana Brejchova. Luego estuvo casado con Vera Kresadlova, con la que tuvo a sus hijos Matej y Petr, que son conocidos actores y dramaturgos checos.
Su mujer actual era la checa Martina Zborilova, con la que tuvo a sus hijos Andrew y James.
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