Cultura

Fraga, Carrillo, Aznar, Rosa Díez y González: "Los 'escraches' hacen héroes a sus víctimas"

El episodio vivido por Felipe González en la Universidad Autónoma no es nuevo. Consultores políticos analizan para 'Vozpópuli' el apogeo de los boicots estudiantiles a líderes de distinto signo.

El boicot de los alumnos a los políticos que acuden a sus universidades para impartir conferencias no es nuevo. De hecho, el embarazoso episodio que vivió este miércoles el expresidente del Gobierno Felipe González en la Universidad Autónoma de Madrid ya lo padeció hace más dos décadas en la misma institución, solo que entonces no se denominaba 'escrache'. "El término nace en Sudamérica, en concreto, en Uruguay y Argentina como forma de manifestación contra una personaje público en frente de su domicilio", explica Rubén Rodríguez, socio de MAS Consulting. "Fue importado a España por diferentes organizaciones del ámbito de la izquierda que utilizaron este modelo de protesta durante la crisis", añade.

Desde Fraga y Carrillo a Rubalcaba y Aznar, pasando por Rosa Díez. No existe signo político que esté exento de bochorno, aunque sí podría establecerse un perfil de los estudiantes que lo provocan. "Los alumnos que participan en protestas como la que sufrió Felipe González suelen tener un perfil fuertemente ideologizado y radical y los motivos por los que se movilizan carecen en muchas ocasiones de base argumental. Se basan en clichés y tópicos que en la época de las redes sociales calan muy bien entre determinados tipo de públicos", opina Rodríguez.

Los motivos por los que se movilizan se basan a veces en clichés que en la era de las redes sociales calan muy bien", dice Rubén Rodríguez

Pero la indignación expresada por el canal de la violencia no responde a perfiles ideológicos concretos para Carmen Galbete, consultora de Redondo & Asociados Public Affairs Firm. "Hay un sentimiento de protesta comprensible entre la generación de la democracia, menor de 40 años y que conforman el 34% del censo. Deben ser protagonistas en la política española y no lo son", dice Galbete. "Los jóvenes están siendo los grandes olvidados de la crisis y son el colectivo con mayor riesgo de pobreza en España. Yo lo enmarco en esa desafección y descontento legítimo, pero que debe canalizarse con las ideas y no con los 'escraches'", agrega.

El colectivo estudiantil tiende y debe ser reivindicativo y muy crítico con los que representan el  'poder' institucional", considera Carmen Galbete

Según la consultora, el colectivo estudiantil tiende y debe ser siempre reivindicativo y muy crítico con los que representan el  'poder' en las instituciones". "Desde un punto de vista técnico, el uso del escrache garantiza una repercusión mediática, y más aún, si el que lo sufre es un representante político de renombre, como en el caso de González a pocos días de la previsible abstención técnica socialista para darle la reelección a Mariano Rajoy como presidente", especifica la consultora. Por lo general, continúa Galbete, más allá del ruido mediático, su recorrido es corto pues el conjunto de la opinión pública lo condena y se hace héroe a la víctima que los padece. "Este miércoles era un totum revolutum de gente que quería montarla y salir en los medios. Y el propósito ha sido logrado. Ante un acontecimiento como éste, surge la oportunidad de los líderes políticos de condenar la violencia, y el que no lo haga pierde la partida en los códigos de la política del siglo XXI", enfatiza.

Lejos de la democracia

Terminología aparte, coincide Rubén Rodríguez, lo cierto es que las movilizaciones y protestas son habituales en democracia y se pueden articular de distintas manera: "Unas utilizando mecanismos que respetan el orden democrático y otras que no, como aquellas que utilizan la violencia física o verbal para reventar actos públicos, y que no encajan en una democracia consolidada como la española".

Para Galbete existen dos ligas. Por un lado, la “Liga nacional” discutida históricamente por los dos principales partidos con aspiraciones a gobernar (PP-PSOE); por otro lado, la “Liga de izquierdas”. "PSOE y Unidos Podemos quieren convertirse en el partido alfa de la izquierda. Las aspiraciones de los segundos a ser la alternativa del PP, pasan por ganar primero en esta segunda liga", opina la especialista de Redondo & Asociados. Y añade que, para ello, condenar este tipo de boicots "es indispensable". "Unidos Podemos se equivoca al no condenar la violencia sin complejos y de manera contundente. Mejor que un escrache a Felipe González hubiese sido que esos mismos estudiantes le retratasen con preguntas incómodas durante la conferencia", opina. 

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