Cultura

Fran Laoren: "Con 16 años dejé de sentir la obligación de salir de fiesta"

El siguiente encuentro con el compositor Fran Laoren (Murcia, 1998) se produce en el madrileño barrio de Diego de León. Cerca de allí, 'El Vampiro' (su sobrenombre) se acaba de

El siguiente encuentro con el compositor Fran Laoren (Murcia, 1998) se produce en el madrileño barrio de Diego de León. Cerca de allí, 'El Vampiro' (su sobrenombre) se acaba de alquilar un estudio para trabajar. Es incansable. Miembro fundador del colectivo Luxury Mob, en 2016 lanza Fran su primer mixtape producido por Jay Cas y titulado Renacimiento, que a su vez cuenta con la primera colaboración junto a Eme Kolbe. En 2017, una vez desintegrado Luxury Mob, Fran Laoren publica en su canal de YouTube su segundo mixtape, Sullivan world, aquí con Smart K. (Blue Invaders) y Virtual, ex miembro de Luxury Mob. Con Smart K. volvería a colaborar en Holidays in Chirac y, en 2018, en Pegasus, también con Ezzem, quien estuvo presente con Kyotto en Nothing, el sencillo del millón de visitas en el canal de Laoren.

La segunda vida con Luxury Mob se dio en 2019 gracias a Farmacia de guardia, producida por Jay Cas y ensoñada a la vez por Virtual y Fran. Pero no es hasta 2020 cuando Fran Laoren lanza su primer disco de larga duración: La soledad del valiente (La Cúpula Music, 2020), con las producciones de detunedfreq, Sushiking y Asel Collins. La única colaboración del álbum corresponde a Virtual en Casados con la sombra. Hasta la fecha, la última pieza en el canal de Fran es una revisión del tema de Los Secretos "Pero a tu lado", pero ha colaborado mientras con Delgao en el tema Cabecero. Solo piensa en sacar "mucha música".

Laoren empezó de manera autodidacta, con mucho respeto a los trabajos y al sonido en particular. Dice que ese miedo le separaba de sacar música y que lo que le inspiró fue el movimiento underground. “Se estaban haciendo canciones supertrash, grabadas con el móvil, con micrófonos del chino, por internet… y me di cuenta de que estaba disfrutando de música que no estaba bien grabada y eso me llevó a interesarme por cómo hacerlo bien”. Fran ha hecho cursos de sonido, ha leído y se ha informado acerca de esta labor. Asegura que es lo más importante en su música: la grabación, la mezcla, las voces… Lo técnico.

Pregunta: Fran, ¿importa más el mensaje que el sonido?

Respuesta: La libertad es lo que me importa. Ha ido pasando mucho en la música de garage, por ejemplo. El sonido es muy subjetivo. Una canción suena bien cuando es buena la marca, cuando hay un productor bueno detrás, y eso es tirarme piedras contra mi propio tejado. Ningún ingeniero tiene de referencia una canción que suena bien pero es malísima.

Se siente representado por Luis Eduardo Aute e Ismael Serrano, ya que 'escriben mucho desde la soledad, desde el darle muchas vueltas a detalles del día a día'

P: ¿Qué fue lo que estudiaste? ¿En el instituto ya tenías idea de que querías hacer música?

R: En el instituto no tenía ni idea de qué hacer. Al terminar bachiller me metí a Comunicación Audiovisual porque me veía como una persona interesada en crear algo: televisión, radio, música… Nunca me había planteado hacer canciones, pero al terminar el instituto pensé: “¿Y por qué no?”. Al tener que dejar el fútbol, que era el centro de mi vida, necesitaba un camino para no volverme loco, y lo encontré en la música.

P: Entiendo que buscabas un camino para comunicarte…

R: Sí. Yo había tenido una relación muy especial con la música. Me había ayudado mucho y me había hecho sentir cosas muy intensas. Mi motivación cuando empecé era que lo que yo hiciese pudiera llegar a alguien parecido a mí para hacerle sentir cosas parecidas a lo que yo había escuchado con los discos que me habían gustado.

P: Has hablado de Luis Eduardo Aute y de Ismael Serrano como gente que te representaba, ya que te hacían sentir cosas muy parecidas.

R: Porque escriben mucho desde la soledad, desde el darle muchas vueltas a detalles del día a día o una autoexigencia contigo mismo. Exploran mucho la soledad. Tienen temáticas más variadas; el cantautor intenta dejarse llevar y escribir sobre cualquier cosa que le ha pasado.

P: ¿De qué manera sientes, al ser más joven, una canción de Aute escrita hace cuarenta años?

R: Cuando escucho alguna frase o palabra que me recuerda a algo que estoy pasando yo, empiezo a encontrar vínculos con mi situación. Igual la canción no está escrita exactamente para una circunstancia determinada, pero hay algo que me está uniendo y eso me suele calmar bastante.

P: ¿Qué música había en casa?

R: Mi padre escuchaba U2 y mi madre Maná. Enseguida empecé a interesarme por descubrir los grupos que a mí me gustaban. El primero fue Pereza. La única manera que tenía de su música era a través de la radio. Todos los fines de semana, cuando limpiaba mi cuarto, escuchaba Del 40 al 1 y si una canción me llamaba mucho la atención la apuntaba. De hecho, Pereza me siguen gustando a día de hoy.

P: ¿En qué momento empiezas a escuchar algo diferente? ¿Cómo, siendo un adolescente, te desmarcas de un grupo que sigue una tendencia?

R: Durante mucho tiempo lo que escuchaban mis amigos no era lo que estaba escuchando yo. Ellos empezaron muy pronto a escuchar electro latino, reguetón… y yo escuchaba más Pereza, música más tranquila. Pero con el tiempo acabé disfrutando de esa música con ellos.

P: Entonces conseguiste adaptar esa tendencia a ti…

R: En esa época no estaba haciendo música, tenía quince años. Al ir creciendo me separé mucho y empecé a explorar el mundo musical y los distintos géneros: el trap con Pxxr Gvng… En mi pueblo era el único interesado en ese tipo de música.

P: Hay una cosa del trap que son los colectivos. Hace unos meses hablé con Cecilio G de Pxxr Gvng, de los cuales se separó. Tú estuviste en Luxury Mob. ¿Cómo fue aquello?

R: Eso fue un colectivo vía internet. Virtual era de Málaga, yo de Murcia y Jay Cas también de Málaga, aunque no se veía nunca con Virtual. Había mucha menos gente haciendo música y estábamos todos mucho más localizados, sobre todo en este género, con el que se empezó a hacer música más libre, con ritmos distintos, letras distintas… Formamos un grupo de WhatsApp también muy libre en el que, yo sin hacer música todavía, mandé mis primeras letras y Virtual se sintió muy identificado, así que poco a poco formamos un grupo. Estábamos todo el día conectados aunque nos vimos en persona muy pocas veces.

P: Se disolvió el colectivo, pero luego volvió otra vez al cabo de un par de años.

R: Y ahora está siempre intermitente. Cuando hacemos una canción juntos, la sacamos como Luxury Mob, aunque cada uno tiene su carrera en solitario.

P: De hecho, Virtual y tú tuvisteis la misma idea para el tema "Farmacia de guardia".

R: Es algo muy místico. No estábamos hablando de la idea, pero pasábamos por un momento similar, que es algo que nos suele pasar a Virtual y a mí. Hablamos después de un tiempo y resulta que estábamos en la misma fase. Escribí algo y se lo pasé, y su letra parecía que estaba continuando la mía. Fue una especie de ensoñación, de conexión con el dolor, de vivencias que a la hora de expresarnos encajaron muy bien. Así sale "Farmacia de guardia". No me gusta hacer cosas ni demasiado planeadas ni demasiado pensadas.

P: Lanzas un primer LP en el 2020, pero antes habías sacado muchísimos singles.

R: De hecho, no salió ningún single de adelanto para ese disco. Hice un cortometraje, una pequeña historia, en la que un supuesto doctor me tenía encerrado en su laboratorio y justo encontraba entre mis pertenencias una cinta de música. La ponía para ver qué sonaba y eran las canciones de ese disco. Esa fue mi manera de adelantar algo sin sacar un single. Los singles tienen mucho que ver con la manera de consumir música ahora; han cambiado los ritmos y hay que tener la mente mucho más abierta a toda esta locura. Pero hay algo que no entiendo y creo que nadie lo hace: las canciones que triunfan en TikTok duran quince segundos. La gente usa esos quince segundos una y otra vez, se saben la letra, los bailes… De repente, un día deciden ponerse la canción entera y a lo mejor sorprende y gusta más o menos. Es algo que no debe haber pasado antes: que haya canciones de quince segundos triunfando.

Hay artistas que tienen cien mil oyentes mensuales más que yo y no pueden llenar una sala de conciertos porque esos viewers vienen de una colaboración con otro artista y van al concierto de ese artista con el que ha colaborado, pero no al suyo

P: ¿Tú le ves futuro a la industria si se sacan canciones de quince segundos?

Sí. Yo tenía una idea que era experimentar con los límites del tiempo. Hacer un disco en el que una canción durase un minuto y fueran reduciendo su duración hasta los cinco segundos. Los artistas que hacen cosas pensando mucho en el futuro envejecen mal. Es muy difícil adivinar. Estamos viviendo ya una distopía. Me gusta inspirarme en el presente, porque la música está cambiando. Ahora no piensas en una canción concreta o en un disco concreto. Entras en el perfil de un artista que te gusta y lo reproduces en aleatorio.

Los artistas somos un concepto, somos música saliendo. Ahora cada tres semanas saco algo porque he sentido que la gente lo recibe mejor así. Les gusta vivir a un artista de esta manera, ya no gustan las cosas programadas. Siento que los artistas somos más como un concepto de música que se va liberando y en el que tú vas entrando. Ya no tienes que estar cuatro meses con tu canción sonando para ver la curva de crecimiento, que es algo que los sellos tienen muy metido en la cabeza.

Hace poco tuve una experiencia con uno: querían programarme así la carrera y la cosa acabó mal. Me di cuenta que no tenían razón, porque cuando he hecho las cosas como he querido es cuando más receptivo veo a mi público, cuando mejor me estoy sintiendo. Los sellos no han entendido que la industria está cambiando mucho más de lo que creemos. Muchísimo más de lo que piensan.

P: Antes era el disco de oro y ahora son los viewers. ¿Hasta qué punto son reales estos números?

Es bastante falso. Hay artistas que tienen cien mil oyentes mensuales más que yo y no pueden llenar una sala de conciertos porque esos viewers vienen de una colaboración con otro artista y van al concierto de ese artista con el que ha colaborado, pero no al suyo. Es bastante falso.

P: ¿Y no es un poco frustrante? Porque aunque tú creas que es falso, ves que hay artistas que no llenan tanto como tú, pero sí tienen más viewers. Lo que viene siendo “por qué ellos sí y yo no”.

R: Sí. Yo creo mucho en la fuerza y en las cosas reales. Estoy muy contento con la comunidad que creo y tengo claro que es muy especial cómo siente mi público la música y cómo es mucho más duradera esa conexión que siento. En otros artistas es más pasajero. Sé lo que es ser oyente y sé lo que es escuchar a un artista que te da un poco igual, que lo escuchas porque está de moda pero sé también cómo es el vínculo con un artista que de verdad te ha llegado dentro, que está en tus profundidades y cómo sientes que eso es para siempre. Que esa canción te va a acompañar siempre. Aunque los números mientan o desequilibren la balanza, yo siento cómo establezco ese tipo de conexiones y, al final, no se le pueden poner diques al mar. La conexión con mi público es, en realidad, lo que más me importa.

P: Te escuché decir una vez: “No es que quiera vivir de la música, es que voy a vivir de la música”. ¿Es chulería?

R: Creo que vivir de lo que te gusta no es una chulería. Creo que vivir de lo que te gusta es lo que todos queremos y lo que intentamos. Una persona que te dijese que tiene claro que va a sacar un 13 en la EvAU para entrar a hacer Medicina no sonaría tan chula, porque es algo más humilde y más sacrificado. Es que también yo estoy muy cansado. Siempre tengo que explicar a la gente por qué la música es un trabajo y por qué estoy todo el día ocupado. Nadie lo entiende. Cuando dices que, claro, que vas a vivir de la música, se asocia a tu ego en plan: “Voy a vivir de la música porque soy el mejor. Porque yo no voy a trabajar en nada, porque como los músicos no trabajamos nunca…”.

P: ¿Lo tienes que explicar cada vez que te preguntan?

R: Claro. El éxito en la música parece que está relacionado con el ego. Yo estoy diciendo que voy a vivir de la música porque sé que voy a trabajar, porque sé que voy a intentar todo lo posible. Eso no es una chulería. Es decir: me voy a esforzar, tío, y creo en lo que hago y me gusta y creo que a los demás también les puede gustar.

P: También es cierto que las nuevas generaciones pueden hacer su música en casa y distribuirla por Internet sin necesidad de un sello, de manera independiente.

R: Creo que eso ha sido un espejismo, porque ahora mismo internet es una trampa también; te hace sentir que puedes llegar a todo el mundo y ya no es una vitrina o un escaparate. Ya está conquistado por las empresas y ellas deciden cuándo se te ve y cuándo no. Tú te tienes que ganar que tu contenido llegue a tus propios seguidores a día de hoy. El algoritmo ha cambiado y la forma de posicionarse y enseñar también. Obviamente hay pequeños canales por los que puedes conseguir las cosas por ti mismo, pero serían los mismos que antes de la existencia de internet. Ya no es una zona salvaje o anárquica en la que, de repente, si haces algo bueno de verdad le llega a la gente. Ya no hay esa democratización, esa igualdad de condiciones. Volvemos otra vez a que hay gente con poder y gente sin poder.

Siempre hablo de la humildad en el ser humano y cómo un concepto tan popular que está en boca de todos parece que no se sabe lo que significa

P: ¿Cómo puede alguien de la industria, con treinta y nueve años, por ejemplo, saber cuándo una canción tuya es buena o mala si no entiende tu música?

R: Ése es el problema. Esa falta de humildad y de estar dentro de todos nosotros. Tienes que ser un chaval que esté disfrutando la música como nosotros para tener esa opinión. Que yo te pueda decir qué te parece esta canción, eso se lo digo a mi productor, a mis amigos con los que hago música, a mi gente… que escuchan la misma música que yo y me fío de su criterio. Pero si yo firmo contigo y tú eres una persona a la que yo nunca le preguntaría su opinión para ver si tengo que sacar una canción y, de repente, porque firmamos un contrato en el que me vas a financiar la carrera ahí sí, ahí es cuando tienes que opinar… Pues estará mal desde el principio. No es puro, no tiene sentido.

P: Háblame de La soledad del valiente, de la letra de Fran, que dice: “Mira, yo no estoy bien / Siempre estoy fatal / Solo sé que no sé nada / Joder, yo no entiendo nada”. ¿Una declaración de intenciones?

R: Sí. Es una letra muy pura, muy de desahogo. Siempre hablo de la humildad en el ser humano y cómo un concepto tan popular que está en boca de todos parece que no se sabe lo que significa. Cuando he hablado de ello con personas de mi entorno, no he conectado con el concepto que tiene cada uno, con la percepción de la humildad. Para mí, ser humilde es estar todo el rato siendo consciente de que puedes estar equivocado, teniendo errores. Entender que el ser humano tiene límites, no como persona sino como condición de especie. Hay cosas que me superan y que como humano no voy a comprender. Darte cuenta de tus errores, ser consciente de tus limitaciones y olvidar la perfección, quitarte los bordes que te creas de mente cuadrada. Esa letra quería decir algo así.

P: Por otra parte está Groenlandia y la referencia a los Zombies de Bernardo Bonezzi. ¿Cómo te viene la idea para hacer esta canción?

R: En la época en que escribí la canción estaba muy nostálgico del pasado. He tenido etapas de consumir mucho contenido de los ochenta, como entrevistas, informarme sobre cómo vivía la gente, qué escuchaba, sus costumbres, esa música, ese arte… Yo vivía de aquella en Gandía solo. Gandía es una ciudad que en invierno está muy vacía y recuerdo estar paseando por un centro comercial que da nombre a la canción Con vistas al mar y que estaba absolutamente vacío.

Me llama mucho la atención cómo se quedan las energías en los espacios cuando ha habido personas, pero de repente, por lo que sea, están vacíos. Ahí han pasado muchas cosas aunque en ese momento estoy yo solo recorriendo el centro comercial. Por eso digo: “Ayer vi fantasmas cuando fui al centro comercial vacío con vistas al mar”. Los fantasmas son todas esas personas que han pasado por ahí, todos esos recuerdos que todavía seguía yo sintiendo concentrados. Pero en ese momento estaba paseando yo solo por ahí, como si todo hubiera acabado, como si fuese el último hombre en la Tierra.

P: Parece que un chaval no pueda sentir soledad…

Yo siempre he sentido la soledad de una manera bastante positiva. Con 16 años decidí dejar de salir de fiesta por obligación, porque todos mis amigos salían. Al volver a salir me daba cuenta de que en esos tres meses había sido muy feliz, porque había hecho lo que yo quería: quedarme en casa leyendo, tranquilo, dormir a gusto, sentirme contigo mismo, teniendo momentos para mí. Yo siempre los he necesitado y lo descubrí muy pronto. Cuando me fui a Gandía me desarrollé muchísimo. Pasé mucho tiempo a solas entendiendo que eso formaba parte de mí. Por eso La soledad del valiente.

En todas las canciones hablo de soledad porque si no no tendría tiempo para dialogar conmigo mismo. Soy una persona a la que le gusta anticiparse a todo y pensar por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo, mis decisiones, mis errores, agradecer lo que tengo y creo que todas esas cosas tan íntimas solo las puedo hacer cuando estoy solo. Necesito mucho tiempo a solas para que no se me olvide. Si estoy con gente de algún modo me pierdo.

P: ¿Te has sentido desplazado por este motivo?

R: Me he sentido desplazado y solo, pero me ha gustado mucho y me he sentido muy cómodo con no tener que estar estrechando relaciones en momentos en los que, a lo mejor, no me tocaba. He tenido las relaciones justas. No recuerdo como algo traumático el haber estado más solo o el no haber encajado. Hay momentos en que me preguntaba por qué me desplazaban y lo entendí más adelante, en cuanto llegué a la universidad, porque para mí fue liberador; la gente ya entiende las cosas de otra manera y, aunque queden tintes de eso, ya no es lo mismo y me sentía muy cómodo con ese desplazamiento.

P: Leí una entrevista a Don Patricio en Mondo Sonoro en la que te mencionaba. ¿Es muy común esto de recomendarse los unos a los otros si sois buenos amigos o buenos compañeros?

R: Cuando esto ocurre hay bastante orgullo y una competición un poco extraña también. Nadie quiere dar el paso y todos nos sentimos muy raros, porque como nos conocemos hay una sensación muy tensa. A lo mejor no estamos teniendo relación, no nos hemos escrito un mensaje, pero me acabo preguntando por qué, si caeré mal o no… Pero yo paso bastante. Solo buena vibra.

P: ¿Qué es el trap?

R: Buena pregunta. Pero probablemente no sea la persona para responderla, porque creo que es un género musical o una forma de vida que viene de personas que han luchado mucho contra sus condiciones económicas y sociales, a veces muy adversas, y creo que son las que deben tener voz para responder eso, ya que el trap solo me ha influenciado en los sonidos, musicalmente hablando, pero creo que hay detrás una forma de vida, de un pasado en común que es muy importante, y creo que merece la pena dejar hablar a esa persona.

P: ¿El fin justifica los medios? O sea, si para llegar a vivir de tu arte o de tu música da igual el camino y solo importa llegar.

R: Yo creo que no da igual el camino; si corrompes el fin, corrompes los medios. El fin y los medios tienen que estar muy unidos para que no pierdan significado el uno con el otro. La rigidez, no aprender… Cuando digo que “el fin justifica los medios” es que hay que ser flexible con los medios. Flexible con cómo tú eres para conseguir tu fin. Yo me puedo rehacer a mí mismo. Pero, obviamente, si persigues un fin sin tener en cuenta los movimientos que haces el fin desaparece y ya pierde el significado.

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