Es el primer consejero de Cultura de Vox y había una lógica curiosidad por saber qué enfoque le daría a su tarea política en Castilla y León. Dado el habitual tremendismo con el que se tiñe todo lo que rodea a este partido, muchos esperaban lo peor, pero Gonzalo Santonja no es hombre de estridencias, aunque sí de convicciones, ni es un recién llegado a estas materias, y prefiere la eficacia callada a la aparatosidad propagandística.
Santonja es doctor en Filología Hispánica y catedrático de la Universidad Complutense. Procede, por tanto, del mundo de la academia y de la investigación, y se le puede considerar un intelectual, lo que le convierte en una rara avis infrecuente entre los políticos que asumen la cartera de Cultura. Escritor y crítico literario, estudioso de la cultura taurina, dirigió el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua durante años antes de que, hace diez meses, Vox le ofreciera la Consejería de Cultura en el Gobierno de coalición de Castilla y León como independiente.
"Me siento cómodo y me identifico con el ideario de Vox y agradezco la libertad que se me ha dado", explica a Vozpópuli. Esa identificación es especialmente clara en su defensa del valor cultural de los toros, materia a la que dedicó uno de sus últimos ensayos (Los toros del Siglo de Oro). También sintoniza en la consideración de la tradición y el patrimonio religiosos como elementos culturales dignos de difusión y de protección. Y, por supuesto, en su rechazo al gasto superfluo o de rendimiento social dudoso, una de las cuestiones que más le preocupan. "No estamos ya en el tiempo del vino y las rosas, que, por otra parte, fue una percepción equivocada de nuestras posibilidades como país. También en la gestión cultural hay que racionalizar el gasto y tenemos que replantearnos muchas cosas. España tiene un déficit económico que pagarán nuestros hijos y nietos", lamenta.
Le ha tocado lidiar con el incremento general de los costes energéticos, lo que le ha obligado a tener los pies en el suelo todavía más de lo habitual. "Nuestra prioridad es mantener la actividad en la inmensa red de bibliotecas, centros culturales y museos a nuestro cargo. Que no es tan sencillo, dado que los gastos se han multiplicado exponencialmente", explica Santonja. Durante el año pasado, sólo la factura de la luz creció un 25%. Desde esta perspectiva, está sometiendo a revisión las ayudas a festivales y otras iniciativas culturales, sobre la base de una estimación de su rentabilidad social: cuánta gente asiste, si generan algo, algún tejido social o cultural ligado al proyecto…
Un ejemplo claro de esta preocupación por la eficiencia es la elaboración de un inventario sobre los más de 400 monasterios de Castilla y León, con el fin de conocer la situación de cada uno de los edificios, daños que exigirían reparación, riesgos… Y, con la misma finalidad, se han firmado acuerdos con las diócesis de Castilla y León, para actuar ordenadamente también en lo relativo al arreglo de iglesias. "Por mucho que pueda sorprender, esto no se había hecho nunca antes", explica Santonja. "La administración no tenía una visión de conjunto de los problemas del patrimonio, ni criterios de actuación claros, y estaba al albur de las peticiones que le iban presentando". De este modo, el alcalde más inquieto, o la orden religiosa más insistente, o con mejores 'contactos', se llevaban el gato al agua al margen de los valores objetivos de sus edificios o de la perspectiva general. "Los problemas hay que planteárselos antes de que aparezcan, no podemos estar al pairo", asegura el consejero de Cultura.
"Nosotros tenemos que resolver necesidades. No tenemos que inventarnos problemas, pero sí ser sensibles a los que existen", explica. Aboga por una gestión "responsable y sostenible económicamente", y está convencido de que la administración debe apoyar las iniciativas sociales y entrometerse lo justo. Uno de esos problemas que llevaba tiempo sin resolverse es la creación en Valladolid de una Casa Museo dedicada al escritor Miguel Delibes, probablemente el de mayor aprecio literario y repercusión internacional de todos los nacidos en Castilla y León.
Mi cultura es la cultura popular. No tengo otra y eso define mi sentido de la vida”, explica
Hasta ahora la Fundación Delibes, que conserva y gestiona el legado del novelista, sobrevive en precarias condiciones en una pequeña dependencia, y era un viejo anhelo lograr una sede. "Desde 2012 estaba este asunto pendiente y nosotros lo hemos resuelto prácticamente nada más llegar", explica orgulloso. "Delibes es un emblema cultural de Castilla y León; eso es algo indiscutible. Y los hijos tienen el patrimonio de su padre, que es deslumbrante. Ahí están sus cartas, sus manuscritos… es impresionante que todo eso se conserve. Y sus hijos han decidido ponerlo a disposición de la sociedad, y han estado diez años esperando, desesperados, recibiendo propuestas que no se podían cumplir". La solución de Santonja ha sido ceder a la fundación parte del espacio del actual Archivo de Castilla y León. "Es el mejor lugar posible porque ya está preparado para custodiar y conservar documentos, como necesita la fundación".
Otra de las iniciativas que ha puesto en marcha es la creación de una ambiciosa línea de ayudas para proyectos culturales en el medio rural. 2,7 millones de euros para sembrar de cultura los pequeños municipios de Castilla y León. Una forma de luchar contra esa España vacía, de la que tanto se habla y por la que tan poco se hace. "Soy una persona de la España vaciada. He sido un niño feliz en Béjar (donde nació) y Cabezudo. Pero, además, mi sentido religioso es el de las vírgenes y las romerías. Y soy aficionado a los toros de pueblo. Mi cultura es la cultura popular. No tengo otra y eso define mi sentido de la vida", explica.
Todavía recuerda cuando, de niño, todos los vecinos del pueblo ayudaban a apagar los incendios en cuanto se declaraban. "No llegaban a coger la fuerza que alcanzan hoy porque los pueblos estaban vivos y la gente hacía de primera línea de respuesta. Si tienes que llegar desde fuera para apagar los fuegos, siempre vas a llegar tarde". Y se lamenta de que "la alteración de la economía tradicional tiene efectos que nos desbordan". Es Santonja, por tanto, un firme defensor de la revitalización del mundo rural.
En coherencia con la aspiración a la eficiencia que esgrime como principio político esencial, Santonja se ha rodeado de un equipo de profesionales independientes, de acreditada eficacia, a los que no ha exigido ningún tipo de alineamiento o 'profesión de fe'. Entre ellos, la escritora Mar Sancho, que es viceconsejera; Juan Carlos Prieto, exdirector del Centro de Estudios del Románico, y exdirector de la Fundación Santa María la Real, como director de Patrimonio; el campeón paralímpico Enrique Sánchez-Guijo, que es director general de Deportes; o Ángel González Pieras, que fue gerente de la expresa que explota la estación de esquí de la Pinilla, además de ocupar puestos de responsabilidad en la promoción turística de Aragón, que es el director de Turismo de la comunidad castellana y leonesa.
Pero, además, ha realizado dos nombramientos que quizás sorprendan a los amantes de los estereotipos. Como gerente de Atapuerca ha nombrado a Aurora Martín, y como gerente de Las Médulas –"que estaba por debajo de sus posibilidades"- a Marian Revuelta. "No nos obsesiona que tenga que haber mujeres, pero nos gusta reconocer la calidad donde se encuentra y en estos dos casos la hemos encontrado en estas mujeres".
El consejero recuerda que el patrimonio que atesora Castilla y León es ingente y que desborda la capacidad de cualquier administración: ocho bienes Patrimonio de la Humanidad, 2.500 Bienes de Interés Cultural (BIC), 500 castillos…
Y otra sorpresa. El director general de Deportes detectó un problema en el que, aparentemente, nadie había reparado: las mujeres deportistas embarazadas recibían becas durante su preñez, pero las perdían poco después de dar a luz. "Se les daba becas durante la gestación y se les exigían resultados. Pero los hijos, cuando más necesitan a la madre, es en el primer y segundo año, lo que afectaba a su capacidad de entrenar. Había que buscar una solución y la hallamos: se les va a dar una beca durante los dos años posteriores al parto. El importe, 15.000 euros, está pensado para pagar a una niñera durante las horas que la madre necesita entrenar. Esto no se le había ocurrido a nadie y es una medida de apoyo a la natalidad y la familia".
Entre sus planes está también la revitalización de la gestión del yacimiento rupestre de Siega Verde, en Salamanca, que tiene un número insuficiente de visitantes (4.000 al año), pero también relanzar el Camino de Santiago en Castilla y León, que cuenta con 400 kilómetros de vías de peregrinaje. "Es una ruta espiritual y en eso hay que poner el foco", asegura Gonzalo Santonja. "En eso y en la conciliación de la fe y la razón. En Frómista, por ejemplo, confluyen el Camino, como hito religioso, y el Canal de Castilla, que fue un hito de la ingeniería civil de España".
El consejero recuerda que el patrimonio que atesora Castilla y León es ingente y que desborda la capacidad de cualquier administración: ocho bienes Patrimonio de la Humanidad, 2.500 Bienes de Interés Cultural (BIC), 500 castillos… además de templos, monasterios y palacios. "Es una realidad que me desborda incluso a mí, que creía ser buen conocedor de la situación. Por eso hay que cambiar el modelo de gestión del patrimonio. No podemos gestionar todo solos desde mi departamento. Hay que trabajar en formas de cogestión, corresponsabilidad y colaboración. Y en eso estamos".
Y para terminar una máxima que es infrecuente escuchar a un político: "No hay que preocuparse de lo que hacen bien los demás, sino de lo que hacemos mal nosotros. Más que la crítica a los otros, debemos buscar una autocrítica positiva".
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