Cultura

Gregorio Morán: “El independentismo necesitaba un muerto el 1-O, pero no llegó nunca”

Un año después de ser despedido de La Vanguardia, el escritor y periodista vuelve a la carga contra unos y otros, esta vez como nueva firma de Vozpopuli

El verano pasado no fue sencillo para Gregorio Morán. Le tocó reponerse de un ataque al corazón y fue despedido como columnista de La Vanguardia, diario del que formó parte durante 30 años y del que salió a causa de un artículo que señalaba los peligros del proceso soberanista y criticaba la doble moral del sistema mediático catalán. Un año después, la salud de Morán vuelve a ser fuerte y retoma su escritura en prensa, esta vez como nueva firma de Vozpópuli. A propósito de su desembarco en esta cabecera, y del aniversario del referéndum ilegal del 1 de Octubre en Cataluña, Morán pasa revista a la actualidad política en una conversación de la que nadie sale ileso.

Polémico por naturaleza, el escritor y periodista tiene un historial importante de autopsias y funerales. Sabe diagnosticar y desahuciar. No hay institución política cuyo ocaso él no haya documentado y glosado. Lo hizo con el PCE en su libro Miseria y grandeza del Partido Comunista de España 1939-1985, que Akal reeditó hace poco. Colocó en la mesa de disección a la Transición en El precio de la transición (1987). Por su bisturí pasaron también Ortega y Gasset en la biografía El maestro del erial (1998), Adolfo Suárez, al que no le concedió muy pocas cosas y el mismísimo Cura Aguirre, Jesús Aguirre Ortiz de Zárate -duque de Alba, académico, editor- a quien atizó en El cura y los mandarines, libro en el que analizaba los vínculos entre la cultura y la política en España entre 1962 y 1996.

Durante casi diez años militó clandestinamente en el Partido Comunista, con el que marcó distancia en 1976. Su nombre comenzó a sonar con fuerza tras sus reportajes políticos en Diario 16. Colaboró con el guion de Siete días de enero (1979), una película de Juan Antonio Bardem que denunciaba los asesinatos de los abogados laboralistas de Atocha y a la que siguió Adolfo Suárez. Historia de una ambición (1979), la primera biografía del entonces presidente de Gobierno. Morán vivió en Bilbao en una de las décadas políticas más duras en el País Vasco, los años ochenta, y desde hace ya treinta vive en Barcelona, ciudad en la que ha vivido los años del pujolismo y su posterior reconversión secesionista, además claro de la declaración de independencia y la aplicación del artículo 155. Sobre todos estos temas habla el periodista en esta entrevista.

ꟷEste verano ha sido manifiestamente mejor que el del año pasado para usted. Se encuentra mejor de salud y vuelve a escribir en prensa.

ꟷSí, me encuentro mejor en el verano de 2018 que en el de 2017. Es verdad. Pero da la casualidad de que la situación en Cataluña está peor. Bastante peor.

ꟷSe cumple un año ya del 1-O. ¿Qué balance hace?

ꟷHabría que hacer una especie de catálogo de agravios de la situación en la cual nos encontramos. Hay una expresión gallega que dice que todo es empeorable. En Cataluña se confirma esa teoría. Es muy diferente ver las cosas de Cataluña desde Madrid a vivirlas cotidianamente aquí. Hay una sociedad fraccionada, dividida. Una parte de esa sociedad se siente satisfecha y orgullosa, que es la minoría independentista, pero del otro lado hay una mayoría cada vez más desanimada y hasta perpleja.

ꟷ¿El 1-O fue lo mejor que le pudo pasar al independentismo?

ꟷNunca lo he pensado así. Seamos rotundos, aunque sea cruel: el independentismo necesitaba un muerto el 1-O, pero no llegó. Los que vivimos esos días aquí todavía recordamos aquellos infundios absurdos de los mil heridos, de la señora que le habían roto los dedos y machacado las uñas… esa especie de regreso a la brujería medieval y la maldad del adversario. Quizá para unas personas inducidas o los habitantes de la Cataluña profunda haya sido el momento más feliz de sus vidas: acosados, derrota tras derrota, hasta la derrota final, que es ésta. Quizá para ellos, pero para el resto estoy seguro de que no fue un gran día. Aunque ya sabe usted que todas las fiestas que se celebran en Cataluña son homenajes a derrotas. 

"Esta benevolencia de Sánchez en Cataluña está llegando a su final porque una pre-campaña no puede durar tanto tiempo"

ꟷ¿Por qué se ha enconado el asunto independentismo? ¿Qué los ha fortalecido?

ꟷ Varias cosas suman. No sólo lo que podríamos llamar la crisis de gobierno, sino la crisis del Estado: la fragilidad de los gobiernos últimos y éste en particular. Todo eso más la actitud de Rajoy, quien, esperando con una teoría clásica de siglo XIX, pensó aquello de que hay que poner sobre la mesa ciertos temas, para que vayan resolviéndose solos. Y eso no es verdad. Esto es como las enfermedades: puedes no tomar medicamentos e ir curándote poco a poco. Claro, si tienes 18 años. En una sociedad tan vieja como la catalana, muy marcada por el catolicismo más conservador y reaccionario, estas cosas han influido de manera importante para que el deterioro se produzca de manera insólita. Esta semana, para mi sorpresa, veía a Jordi Pujol, Artur Mas y a todos los responsables de la gran quiebra de la sociedad catalana (en beneficio propio, además) asistiendo a una conferencia en primera fila, jaleados por los suyos, como si en lugar de delincuentes fueran prohombres de la patria.

ꟷUsted ha escrito en varias ocasiones que la izquierda ha sido cómplice con los nacionalismos, tanto el catalán como el Vasco. ¿Empeora Pedro Sánchez esa situación?

ꟷAquí se mezclan el hambre con las ganas de comer. Sánchez no puede mantener el gobierno sin la ayuda del independentismo. Tiene 84 diputados, por lo tanto, si lo que quiere es mantenerse en el poder y es obvio que ese es su único objetivo en este momento, hará todos los enjuagues necesarios. Hará del Gobierno una auténtica oficina electoral y por eso tiene que ser benevolente con los independentistas y con Podemos. No le queda más remedio que hacer de tripas corazón y aguantar, aunque en su fuero interno piensen de otra manera. Si tuvieran mayoría sería otra cosa. Esta benevolencia, sin embargo, creo que está llegando a su final porque una pre-campaña no puede durar tanto tiempo. Comienzo a atisbar que el propio Sánchez comienza a atisbar que la curva de ascenso del PSOE puede empezar a declinar, independientemente de los sondeos controlados por un militante curtido en los asuntos del aparato del PSOE.

"Torra que tanto se animaba a convocar elecciones, en este momento está disminuido. Es Sánchez quien tiene que decidir"

ꟷ¿Sánchez se atreverá a indultar a los políticos procesados? ¿O es puro teatro?

ꟷNo lo creo. Una cosa es que tiente al mismo tiempo al aliado y al adversario, el independentismo, y otra es que lo haga. Eso no es materia de su competencia y crearía una crisis con la estructura del Estado. Sería además una mochila que echaría sobre sus espaldas para la inminente campaña electoral. Esta situación puede durar un año más, como máximo. Pedro Sánchez no aguantará hasta el 2020 en Moncloa.

­ꟷEl independentismo está dividido, o eso sostienen algunos. ¿Usted qué piensa?

ꟷHay más elementos que los unen que los separan. Están en el mismo barco. Unas veces unos miran y los otros reman, y al revés. No creo que sea demasiado significativo mientras no se convoquen elecciones. Una vez que eso ocurra entonces sí sonará en gong del combate. Y ahí alguien tiene que ganar. 

"La capacitación en política es como los máster. Están sujetos a la prueba de la verdad, que es la realidad"

ꟷAlgunos aluden que la siguiente jugada de Puigdemont será mandar a Torra a convocar elecciones.

ꟷEn este momento esa oportunidad no está en su mano. Todas las cartas las tiene Sánchez. Tanto Puigdemont como Torra están a verlas venir. Estás esperando para ver qué hace el poder central. No tienen otra alternativa que oponerse a la política que marque el Estado. Torra, que tanto se animaba a convocar elecciones, en este momento está disminuido. Es Sánchez quien tiene que decidir. Leyendo las declaraciones de los últimos, resulta evidente que todas las cartas del juego, incluso haciéndose trampa a sí mismo, las juega Sánchez.

ꟷ¿Usted ve a Pedro Sánchez políticamente apto como para conducir esta situación?

ꟷ(Risas) La capacitación en política es como los máster. Están sujetos a la prueba de la verdad, que es la realidad. Es difícil hacerlo tan chapuceramente como lo viene haciendo Sánchez desde el comienzo. Bastaría una cosa tan ridícula como el Valle de los Caídos para cuestionar la seriedad de un presidente. Cada día pienso algo diferente: un día es un cementerio, otro día un museo… No sabe qué hacer. En definitiva de eso es de lo que se trata todo esto: que no saben qué hacer. Porque lo que hay que conseguir es aguantar la caída en picado del PSOE y mantener estos números que les da el CIS. Conseguir eso, tal y como está el gobierno, sería un milagro electoral. Y créame, puedo pensar cualquier cosa de Sánchez, menos que sea capaz de hacer milagros.

"La corrupción tan profunda no obedece sólo a la maldad de unos líderes, sino a la benevolencia de una sociedad cómplice"

ꟷSu tesis doctoral tal vez sea uno de ellos.

ꟷ Sánchez tiene una capacidad especial para meterse en charcos de los que no puede salir. La historia de España está llena de gente con una incompetencia a prueba de bomba y ahí siguen. Mire: lo que le decía de Artur Mas y Jordi Pujol, los causantes de lo que estamos viviendo. Ahí están. Usted me pregunta si están capacitados los dirigentes, yo me preguntaría en realidad si está capacitada una sociedad para ser madura. Los últimos años demuestran que no. La corrupción tan profunda no obedece sólo a la maldad de unos líderes, sino a la benevolencia de una sociedad cómplice. Estamos en los aledaños de una situación siciliana donde la omertá es el mayor principio. Ahí están los medios de comunicación para demostrarlo, por acción o por omisión.

ꟷEl PNV ha asestado duros golpes, uno de ellos contra Rajoy con la moción de censura. Ahora Urkullu da un paso adelante con el Nuevo Estatuto. ¿Qué piensa?

ꟷLos ciclos en el País Vasco son distintos a los de Cataluña pero sí creo que las funciones de apoyo y desapego con respecto al poder central del Partido Nacionalista Vasco (PNV) hacia el Gobierno estaba más que clara. Iban a sacar mucho mejor partido con Sánchez que con Rajoy, porque Rajoy dependía mucho menos de ellos de lo que depende Sánchez.

"En Cataluña el Partido Socialista siempre fue residual y vicario del gobierno de la Generalitat. En el País Vasco no es así"

ꟷ¿Eso pasará a mayores?

ꟷLlevo muchos años explicando la dinámica del PNV. Y siempre lo repito: el PNV es el último partido leninista que queda en Europa. Siempre tiene dos caras. En este momento Urkullu tiene una posición independentista, pero el lendakari tiene otra. Esa doble faz siempre ha existo en el PNV. Pero lo que ha tenido claro siempre es que hay un aliado imprescindible, que es el Partido Socialista. A diferencia de Cataluña donde el Partido Socialista siempre fue residual y vicario del gobierno de la Generalitat, en el País Vasco no es así. Esos equilibrios del PNV son más elaborados. En un proceso cíclico: cuando el Gobierno es débil, los opositores son más fuertes.

Mariano Rajoy desapareció del Gobierno y el alumno menos aventajado del PSOE llegó a Moncloa. De pasar, podría pasar hasta una reforma constitucional. ¿No?

ꟷNo creo que la reforma constitucional, que es una especie de trampantojo que aparece siempre que hay una crisis, sea posible. No creo que la sociedad haya superado las condiciones de la Constitución de 1978. Otra cosa es que las élites de los partidos considere que esa etapa está ya superada y que hay que pasar a otra. Cada uno tiene una visión diferente y muy peculiar de la reforma constitucional, que por cierto todo el mundo considera que hay que llegar a ella, pero nunca se llega. Es como un mundo imposible. Pero a la situación política actual la define una cosa, una sola: estamos en campaña electoral, la más larga desde la muerte de Franco y, además, todavía no tiene final. Si esa campaña electoral está durando tanto, las sensibilidades de la sociedad van a cambiar muchísimo. Con CIS o sin CIS.

"A la situación política actual la define una cosa, una sola: estamos en campaña electoral, la más larga desde la muerte de Franco"

¿Qué es prioritario decir y hacer hoy en Cataluña?

ꟷEl ministro Borrell ha dicho algo que sin ser una idea brillante es bastante objetiva: superar una situación como la que se ha creado desde el año 2011 hasta aquí va a necesitar como mínimo veinte años para superarlo. ¡Cómo se calma? ¿Cómo volver a una sociedad abierta como la que existía aquí hace treinta años? Es muy difícil. Porque el sentimiento de victoria y de aplastamiento al adversario por parte de la Generalitat es demasiado grande como para que pueda revertirse de la noche a la mañana. Es imprescindible ir a unas elecciones en Cataluña, eso sí con bastante cautela. Las elecciones plantean problemas, no aportan soluciones.

ꟷ¿Qué piensa del desembarco de Valls en la política catalana?

ꟷConozco a Valls desde hace muchos años y bastante a su padre y a su madre. Tenía una relación de amistad. Pero ahí se introduce un elemento de racionalidad en una política absolutamente ultramontana y carlistona que domina en este momento la política catalana. Felizmente en Madrid no tenéis que leer las opiniones de algunos columnistas, incluso los marxistas althusserianos, como Ignacio Ramoneda, a quien considero el más exótico han salido diciendo de Valls lo que jamás fueron capaces de decir sobre Puigdemont o Torra. Ese es otro rasgo de la política en Cataluña. No olvide que los hijos de notarios... y Dalí era un hijo de notario.

ꟷ¿Qué pasa con ellos?

ꟷLos hijos de la burguesía asentada, funcionaria y dependiente del Estado, son de un radicalismo absoluto siempre y cuando no se toque el patrimonio, como decía un miembro de la Generalitat. En este momento no hay nadie que tenga la pócima perfecta para ir aliviando las heridas de esta sociedad. Están todavía abiertas  e incluso no han llegado a abrirse del todo. Como mínimo, unas elecciones pueden ayudar o incluso entorpecer. Pero la sociedad catalana, desde 2011, se ha saltado todas las líneas rojas. Si uno sale a la calle hoy y ves a los ancianitos con el lazo amarillo por los presos de la Generalitat, uno se encuentra con una situación insólita. ¿Qué hacen estos ancianos que aguantaron el franquismo con un silencio sepulcral, y que construyeron un patrimonio y ahora creen que la Generalitat les va a defender sus jubilaciones no mal colocadas? Viendo eso uno piensa: esto no es xenofobia. Es reaccionarismo carlista. Con un peso tremendo de la Iglesia. No olvide nunca que el nacionalcatolicismo de Franco tuvo en Cataluña una de sus bases más importantes. Los peores ataques a Ortega y Gasset por liberal y ateo salieron siempre de Barcelona. Así que ya ve usted, así estamos.

 

 

 

 

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