Cultura

40 años de la muerte de Hitchcock

A finales de mes se cumplen cuatro décadas desde la muerte de unos de los realizadores y directores más importantes del siglo XX

Murió un 29 de abril de 1980. Maniático, fetichista, controlador y planificador hasta del último fotograma de sus películas, Alfred Hitchcock es una figura tan compleja como polémica. Aún 40 años después de su muerte su filmografía mantiene una vigencia manifiesta que ejerce influencia dentro y fuera del mundo de la imagen. En Hitchcock convergen genio, carácter y leyenda. La ocasión del aniversario de su muerte plantea la posibilidad de repasar una bibliograífa esencial sobre su obra. Desde sus conversaciones con el director francés François Truffaut, su relación con el cine mudo o el despliegue temático de su filmografía. He aquí una selección. 

Publicado en 1977, tres años antes de su muerte, The Art of Alfred Hitchcock: Fifty Years of His Motion Pictures, de Donald Spoto, es un clásico de la bibliografía del británico. En este volumen se incluye un recorrido detallado a lo largo de las 53 películas que constituyen su obra y en la cual Spoto aborda los temas esenciales del universo hitchcockeano. Spoto, quien fue ayudante de Hitchcock, sostuvo para este libro largas horas de conversación con el director, de ahí que el volumen prácticamente se considere una enciclopedia en la materia.

De Spoto también existe el conocido título The dark side of the genious, donde retrata las obsesiones y fetiches del director de Vértigo y Psicosis: las rubias, la comida, el crimen y el asesinato. Para ello, Spoto hace un recorrido que comienza con la infancia católica de Hitchcock en Inglaterra hasta sus años dorados.  Es justo en este libro donde Spoto da detalles de la difícil relación de Hitchcock y Tippi Hedren durante el rodaje de Los pájaros.

Resultado de una larga conversación de cincuenta horas preparada sobre un cuestionario de quinientas preguntas, El cine según Hitchcock, de François Truffaut, revela, a través de los diálogos entre ambos, las circunstancias que rodearon el nacimiento de cada film, la elaboración de los guiones, los problemas de la puesta en escena y la valoración que el propio Hitchcock hizo de sus películas. En sus páginas, el propio director repasa con severidad Pánico en la escena o La soga y se muestra muy orgulloso de otras (La sombra de una duda, Encadenados).

La relación con los actores, curiosidades de los rodajes y la producción, técnicas utilizadas para filmar determinadas escenas, motivos de la película, reflexiones sobre el arte de hacer cine; Truffaut no duda en preguntar ni Hitchcock en responder. Algunas de esas respuestas se han convertido en lecciones con el tiempo. Las entrevistas entre el cineasta de la nouvele vague y Hitchcok ocurrieron entre agosto de 1962 y 1965 en el Universal City, mientras él terminaba los trabajos de montaje de Los pájaros, su película número cuarenta y ocho.

Existen sin embargo, otras facetas de la vida de Hitchcok  que merecen especial atención, una de ellas es el papel que jugó Alma Reville, su mujer, en su filmografía. Montadora, guionista y, en sus comienzos, actriz, Reville y el director de Vértigo se conocieron a principios de los años veinte, se casaron en 1926 y vivieron juntos hasta la muerte del genio del cine, en 1980. Tuvieron una sola hija, Pat Hitchcock O`Connell, quien en 2003 le dedicó a su madre el libro Alma Hitchcock: la mujer tras del hombre (editado en España por Circe en 2009), con el que quiso precisar la enorme importancia de su desconocida madre en la obra de su padre.

En clave divulgativa, dos libros completan la figura del director de Extraños en un tren. Se trata de The Encyclopedia of Alfred Hitchcock, de Thomas Leitch, y El Universo de Alfred Hitchcock, de Guillermo Balmori. El primero es una guía de todas las facetas del director, desde sus primeros trabajos en el cine mudo hasta sus obras maestras como Psicosis y Vértigo, pasando por las series de televisión  Alfred Hitchcock presenta… y La Hora de Alfred Hitchcock. Cada una de las más de 50 películas del británico, así como los programas televisivos que él mismo dirigió, están cubiertos con detalle e incluye otras entradas como colaboraciones importantes, actores, guionistas, compositores.

Destaca Hitchcock por Guillermo del Toro, un libro escrito por el director de El laberinto del fauno. En su libro, que recorre toda la filmografía de Hitckcock, Del Toro defiende que el periodo inglés (que finaliza cuando viaja a EEUU en 1939 para rodar Rebeca) de Hitchcock es el más interesante, porque resume el resto de su carrera. Del Toro también desarrolla un exhaustivo análisis sobre la importancia de sus trabajos televisivos. De los 350 episodios de Alfred Hitchcock presenta y La hora de Alfred Hitchcock, el londinense sólo dirigió 20, aunque sacó un gran partido crematístico a su imagen. "Fue una de las primeras estrellas mediáticas, como Warhol o Dalí”, dice el director mexicano.

Más literario pero igualmente fascinante es el volumen Hitchcock and Poe, de Dennis Perry, un estudio de las relaciones y afinidades de Hitchcock con los cuentos de Edgar Allan Poe, cuyas historias el director británico leyó desde su adolescencia. “No puedo evitar comparar lo que intento hacer en mis películas con lo que Poe hizo con sus cuentos”, dijo en una oportunidad Hitchcock sobre su propio cine. Dentro de  la extensiva bibliografía sobre Hitchcock destaca, de lo que se ha escrito en español,  Alfred Hithcock, del profesor José Luis Castro, profesor de Universidad de Vigo, quien a su vez ha publicado en Paidós un estudio crítico de Vértigo.

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