La IX edición del festival Getafe Negro, que se desarrollará entre el 13 y el 25 de octubre, en Madrid, se mete –una vez más- en camisa de once varas. Con Argentina como país invitado, este encuentro literario dedicado al policíaco y al género negro se plantea como tema de reflexión la cultura del abuso, ese lugar donde la novela negra coloca el ojo. Sin embargo, un apartado de la programación reserva la discusión a un tema aún más complejo: ¿tiene ideología la novela negra? La respuesta es tan inflamable como atractiva.
“Los tiros irán por donde los lleven quienes hemos invitado”, dice Lorenzo Silva –organizador y responsable del encuentro- a la pregunta sobre adónde llegará el diagnóstico. “Yo tengo mi opinión. En la novela negra hay una cierta visión inexorable o una ideología de izquierda e incluso marxista. Hay una visión escorada de la izquierda, según la cual el verdadero novelista negro es aquel que se inscribe en esa corriente. Mi opinión es bastante más compleja”, asegura.
Identificada con la denuncia social, con la posibilidad de arrojar luz sobre las desigualdades, el registro para calificarla es amplio. “Leyendo a Walter Benjamin que habla del origen de la novela y la sitúa en la burguesía,tal y como dice Benjamin, no es casual que la primera novela de Poe se desarrollase en París. ¿Qué es eso? Cuestionar a la burguesía. La novela negra es una mirada crítica. Refleja aquellos aspectos de la realidad que son incómodos. ¿Eso quiere decir que es marxista leninista? No. O al menos no siempre", dice Silva.
En esta edición de Getafe Negro acudirán un vez más un centenar de escritores, periodistas, editores y especialistas en crimen y corrupción, que abordarán el género de la novela negra desde diferentes puntos de vista, en mesas redondas, conversaciones, presentaciones, firmas de libros, concursos, proyecciones y talleres, entre otras. Una de las convocadas es la autora Marta Sanz, quien ante la misma pregunta, sobre la ideología de la novela negra contesta con una demolición.
“Tienen ideología la novela negra, los spots publicitarios, las comedias románticas y las listas de la compra. No existe ningún texto o ningún discurso que, en su relación con los otros textos y discursos de la realidad, no se esté posicionando. Todos hablamos desde algún sitio, desde una cosmovisión o unos prejuicios, y nos dirigimos a un interlocutor. La confusión llega cuando lo ideológico se identifica sólo con lo político y lo político se identifica sólo con lo partidista o lo sectario. Aclarado esto, toda la novela negra es ideológica, alguna es también política y otra es, además, sectaria”, asegura la autora .
El escritor Ignacio del Valle es algo más escéptico sobre el asunto ideológico. “No creo que el género negro tenga una ideología concreta, o no debería tenerla. Las preocupaciones sociales, el diagnóstico de la realidad, son querencias que se encuentran en cualquier lugar del espectro político”, asegura el autor de Soles Negros, novela recientemente publicada por Alfaguara.
“La obsesión por identificar la literatura con la izquierda es un sinsentido, porque la misma es bastarda, impura, mestiza, híbrida. La única constante es una preocupación por el lenguaje y por la formulación de la realidad, así como la relación del ser humano con dicha realidad. Al cabo se trata de una búsqueda de la verdad y de algún atisbo de justicia”, asegura Del Valle .
Que la novela negra ha tenido su auge con la crisis; eso, sin duda. Sin embargo, el asunto es muy anterior, tanto como el nacimiento del género: un cuestionamiento al sistema de poder. Ese será uno de los temas para buscar luces o al menos alumbrar opacidades.
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