La ponencia encargada de estudiar la solicitud del Gobierno a la RAE para adecuar la redacción de la Constitución a un lenguaje inclusivo para las mujeres llegará al pleno de los académicos a mediados de octubre. La comisión constituida a finales del mes de julio tras la solicitud realizada por la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Igualdad, Carmen Calvo, actualmente perfila el informe sobre el que trabajará la institución.
Los académicos encargados de elaborar este documento preparatorio son Pedro Álvarez de Miranda, filólogo, experto en lexicografía histórica y en historia de la lengua española, quien entró a la academia en 2010 para ocupar el sillón Q; la lexicógrafa salmantina ocupante del sillón s, Paz Battaner; Ignacio Bosque, silla t, doctor en Filología Hispánica y catedrático de Lengua Española de la Universidad Complutense de Madrid e Inés Fernández-Ordóñez, sillón t dentro de la institución.
Su propuesta pasará este mes a la comisión delegada del pleno y cuando éste se reúna en octubre tomará el acuerdo corporativo que corresponda, según ha informado la institución. No obstante, es improbable que se someta a votación este informe en el primer pleno (el primer jueves de octubre) ya que la primera sesión suele estar dedicada a la lectura de la memoria del año anterior y el avance de los planes del nuevo curso por parte del director de la RAE, han señalado las fuentes. Por ello, no se abordaría hasta la semana siguiente (el pleno de la RAE se reúne cada jueves), de tal forma que hasta mediados de octubre no se abordaría el asunto.
La RAE ha sido clara: no habrá sorpresas con respecto a la posición de la institución. Ya durante el mes de julio, el director de la Real Academia, Darío Villanueva, aseguró que no veía la "más mínima posibilidad" de reformar nada en la Constitución, "no porque no haya cosas que se puedan reformar, cosas mucho más trascendentes que la lengua", sino porque no hay un clima político para ello. Villanueva explicó que la española no es una Constitución "en masculino", tal y como sostuvo en el Congreso la vicepresidenta del Gobierno. "Es una Constitución escrita en español, y el español tiene una gramática que es la decantación de siglos de lengua" que la han dotado de dos géneros. Y como uno de los principios comunes a todas las lenguas románicas es el de economía del lenguaje, existe un género no marcado por el que el masculino incluye al femenino", indicó el director de la Real Academia.
En cualquier caso, Villanueva entiende que una modificación lingüística de la Constitución por nimia que sea "significa la modificación de la misma y eso es un proceso extremadamente garantista, riguroso y complejo, como establece la propia" Carta Magna. Recordó que cualquier cambio sería posible con dos tercios de apoyo en el Parlamento, luego habría disolución de las cámaras y convocatoria de elecciones y el nuevo Parlamento tendría que ratificar el texto y someterlo a referéndum. "Si nos ponemos a cambiar la Constitución no es sólo para cambiar unos adjetivos o unos artículos. Esto -el informe- sería un granito de arena en algo mucho más ambicioso. Una modificación del texto no es una modificación formal o de lingüística. Las leyes se fundamentan en las palabras con las que se hacen y eso es un cambio muy serio. Si este proceso se cambia ahora a través de esta sugerencia de cambiar un aspecto lingüístico se incorporaran otras cuestiones", aseguró
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