En el yacimiento de Nabta Playa al sur de Egipto se descubrió la que podría ser la primera representación de la diosa Hathor. La imagen, de unos 8.000 años de Antigüedad mostraba a una de las deidades femeninas que serán representada en los milenios de historia de lo que conocemos como Antiguo Egipto. En el país del Nilo, las mujeres tuvieron mucha más libertad e independencia que en otras culturas como la griega, y cualquiera que haga un repaso mental rápido, entre templos, jeroglíficos y pirámides también se cuelan nombres femeninos como Isis, Nefertiti o Cleopatra.
Hablar del Antiguo Egipto es hacerlo de un abrumador periodo de más de 3.500 años, en el que no caben las generalizaciones. La religión, economía y, en general, todos los aspectos de la sociedad evolucionaron en un amplísimo territorio en el que existían importantes diferencias regionales. El Grupo Eulen acaba de presentar ‘Hijas del Nilo. Mujer y sociedad en el Antiguo Egipto’, una exposición disponible hasta final de año en el Palacio de las Alhajas de Madrid, en la que muestran el papel de la mujer en la cultura egipcia.
2022 será un año de efemérides relacionadas con la cultura de los faraones. En apenas un mes se cumplirán 50 años de la inauguración del templo de Debod en Madrid; en septiembre, 200 años del desciframiento de la escritura jeroglífica a través de la piedra Rosetta; y se cerrará el curso con el siglo de vida del descubrimiento de la tumba de Tutankamon. La exposición Hijas del Nilo aprovechará el tirón de este año conmemorativo y ha llevado a Madrid casi 300 piezas de una docena de países, la mayoría de ellas nunca expuestas en España.
Diosas egipcias
La muestra se estructura en cuatro plantas que revisan el rol de la mujer en la vida cotidiana, la realeza, o en el panteón divino. Sobre este punto, varias diosas encarnaban el papel tradicional de otras culturas como representantes de la fertilidad, madres y cuidadoras, pero también rompían las paredes del hogar y eran capaces de manifestarse como la guerra y la destrucción, como el caso de Sekhmet.
Sin duda, uno de los cultos más populares del panteón egipcio fue Isis, mujer del asesinado Osiris y diosa madre protectora de Horus, en uno de los mitos más célebres y que la exposición relaciona directamente como inspiración de la representación iconográfica de la virgen María cristiana. Dos vitrinas enfrentan varias figuras de Isis de la Baja Época, unos siglos antes de Cristo, con una escultura castellana policroma medieval que adopta una postura similar.
Igualdad ante la ley
'Hijas del Nilo' enfatiza que la egipcia era una sociedad mucho más igualitaria que las que milenios después se perpetuaron en Europa. Ante la ley, la mujer era igual al hombre, podían trabajar, tener negocios propios y tenemos constancia de mujeres escribas, médicas y algunos casos de mujeres que llegaron a altos puestos de la administración como la visir Nebet.
Sin embargo, la cúspide del poder era un lugar reservado a los hombres, y no existía el término "reina", sino "Gran Esposa Real", ya que se mantenía la creencia religiosa de que solo un hombre podía ser faraón. Con todo, la historia está llena de grandes nombres de mujeres como Ahmose-Nefertari, la primera Gran Esposa Real de la dinastía XVIII, que fue divinizada junto a su hijo Amenofis I. Hatshepsut, una reina-faraón que tras la muerte de su marido Tutmosis II accedió al trono como regente de Tutmosis III, pero que acabó gobernando con el título faraónico. Nefertiti, esposa principal de Amenofis IV-Akhenatón, que desempeñó un papel singular muy por encima del de otras reinas egipcias. Nefertari, la Gran Esposa Real de Ramsés II. O la célebre Cleopatra VII, la última reina de la historia de Egipto.
Uno de los puntos fuertes de la muestra es la magnífica recreación de la tumba de Sennedjem, en la que el visitante podrá acceder y maravillarse con las pinturas del pasaje de los muertos y las escenas cotidianas de la vida de este sirviente. Esta tumba del 1275 a.C fue hallada intacta en 1886 por el español Eduardo Toda y en un su interior contenía un rico ajuar funerario y unas coloridas pinturas. Muy cerca de esta réplica, otra de las salas de la exposición cobra vida y sus paredes se transforman en la tumba de Nefertari, la mujer favorita de Ramses II. Mediante una representación audiovisual los distintos personajes de los jeroglíficos de la tumba real explican al espectador su función en el inframundo egipcio.
Uno de los puntos fuertes de la muestra es la magnífica recreación de la tumba de Sennedjem
Además de estas dos experiencias inmersivas, el visitante también se encontrará con dos vestidos elaborados por Lorenzo Caprile; una recreación del despacho de Howard Carter, descubridor de la tumba de Tutankamon; y varios puntos con réplicas en los que el visitante podrá palpar una replica del busto de Nefertiti; o probar un sistro, el emblemático instrumento egipcio, híbrido de maraca y pandereta.
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