Jonás Trueba estrenó en 2019 su película La virgen de agosto, y en aquel retrato de una mujer treintañera que decidía pasar el mes más duro del verano en la capital española, entre ventiladores, sandías, museos vacíos y fiestas castizas, uno se daba cuenta pronto de que aquellas escenas rezumaban algo diferente, fresco y cercano. Era tan real que solo podía tener una explicación lógica en los títulos de crédito, en los que el nombre de su actriz protagonista, Itsaso Arana, aparecía también en la autoría del guion junto al de Trueba.
Ahora, cuatro años después, Itsaso Arana se estrena como directora de cine, porque en el teatro le sobra experiencia con la compañía La Tristura, que cumple diez años. El título de su debut es Las chicas están bien, que, según cuenta, nada tiene que ver con la canción de los Who The kids are alright (1965) y mucho con una utopía que recuerda en boca de su madre y que por momentos imagina con interrogaciones, aunque siempre es para ella una aspiración y una inspiración.
Todo ello, para dar nombre a un cuento de verano agradable, ambientado en un pueblo lejano y en una casa idílica, en la que varias actrices y una directora se reúnen para ensayar una obra de teatro y compartir reflexiones sobre la muerte, la relación con los padres o el deseo. Además de su rostro, que no pasa desapercibido para el público porque aparece, entre otras ficciones, en la miniserie de Netflix Las de la última fila (2022), también protagonizan esta película coral Bárbara Lennie, Irene Escolar, Itziar Manero y Helena Ezquerro.
Con ellas, elabora una coreografía que por momentos parece ficción y que en otros se acerca al documental, o incluso a un "tratado sobre la interpretación", porque, según señala Itsaso Arana en una entrevista a Vozpópuli con motivo del estreno de esta película, hay aquí diferentes texturas. "A veces parece una película de época, a veces es teatro leído, a veces una comedia veraniega y en ocasiones son conversaciones que brotan en el momento", cuenta.
"Mi escuela ha sido la ilusa, he entendido una filosofía de cine que no estuviera muy sobre hormonada, en la que no hicieran falta muchas cosas para poder hacer una película"Itsaso Arana, actriz y directora
Esa delgada línea entre la ficción y lo real, esa pátina y esa naturalidad en cada una de las escenas son fruto del aprendizaje en Los Ilusos Films, la productora independiente fundada por Javier Lafuente y Jonás Trueba que también está detrás de este proyecto, que tuvo su puesta de largo en la Sección Oficial del Festival Karlovy Vary.
"Mi escuela ha sido la ilusa, he entendido una filosofía de cine que no estuviera muy sobre hormonada, en la que no hicieran falta muchas cosas para poder hacer una película, que somos suficientes y que muchas veces aquello que podía escribir en la mesa de mi habitación no podría ser tan interesante como lo humano que ocurre. Hay que dejar las ventanas y puertas abiertas para que entre la vida", destaca la actriz y directora.
Itsaso Arana: enfrentarse a la muerte
Las chicas están bien, una película "pequeñita" y "rodada en pocos días", nació a partir de una experiencia personal de Itsaso Arana (Tafalla, Navarra, 1985), una "vivencia muy particular" de su entorno, "una familia de mujeres", que se mantuvo inmóvil alrededor de la cama de su "aita" en su última semana con vida. Permanecer en el lecho de muerte de su padre junto a todas ellas la llevó a recordar cuentos victorianos y a imaginar una obra de época y a las actrices que se enfrentaban a ella.
La muerte y la pérdida, precisamente, son algunos de los asuntos sobre los que reflexionan las actrices de esta película, en la que existe una "vocación feminista" y una "reconstrucción" y una "reapropiación de los cuentos", "de los vestidos y de los roles para comprobar cómo resisten al sentir de la actualidad". "Muestra una camaradería entre las mujeres, pone en valor los cuidados y cómo dejar de dar todo el poder al deseo externo para mirar el deseo propio. La princesa no busca al príncipe sino al guisante, la vulnerabilidad también nos puede hacer más fuertes y compartirla nos puede hacer mejores", señala Itsaso Arana.
La directora no ha podido ver aún Barbie, el hype del verano, pero más allá del ruido que ha provocado, le interesa mucho la voz de Greta Gerwig, su directora, quien a su juicio siempre "plantea modelos de mujer que no eran evidentes antes del mumblecore" -ese subgénero entre el drama y la comedia de diálogos naturalistas y bajo presupuesto-, así como su trabajo con Noah Baumbach, su pareja artística en varias películas y director con el que comparte su vida.
"Desde fuera, es un movimiento audaz, aunque el capitalismo va deglutiendo ideas como el feminismo, así que hay que ser muy fino y atender mucho a los grises. Creo que todo este redespertar del feminismo -porque parece que nos acabamos de despertar y no es así- muchos se lo toman como suyo", señala respecto al estreno de Barbie.
"No me imagino a ninguna otra actriz haciendo estos papeles, que no son reemplazables. Tristemente, en nuestra profesión siempre nos sentimos así"Itsaso Arana, actriz y directora
En su caso, según afirma, era importante que "esa filosofía feminista" que emana de Las chicas están bien, en la que "la sensibilidad se pone en el centro y no hay un liderazgo autoritario", estuviera también "en el proceso de rodaje". "Me afané en que los valores que propone la película no fueran solo una moda ni una manera de ilustrar una idea, sino que atravesaran todo. Me gustaría saber si en Barbie ha ocurrido lo mismo en el rodaje y no solo en la epidermis", apunta.
Además, en un momento en el que al otro lado del charco la industria cinematográfica más importante del globo terráqueo vive una huelga de actores y guionistas sin precedentes, en lucha, entre otras cosas, por evitar una regresión en sus derechos a costa de la inteligencia artificial, Itsaso Arana defiende un proyecto hecho para estas actrices y también amigas, a quienes permitió cambiar el guion y "romper el texto" incluso en el plano. "No me imagino a ninguna otra actriz haciendo estos papeles, que no son reemplazables. Tristemente, en nuestra profesión siempre nos sentimos así", ha lamentado.
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