Cuando Jean-Paul Belmondo falleció el pasado 6 de septiembre, el presidente del gobierno francés, Emmanuel Macron, no dudó en referirse a él en Twitter como un "tesoro nacional". Si se tuviera que elegir un símil en España, sin duda José Sacristán sería el nombre elegido, por la huella que ha dejado sin descanso con sus interpretaciones durante más de seis décadas, a las órdenes de cineastas como el recientemente fallecido Mario Camus, así como Eloy de la Iglesia, Luis García Berlanga, José María Forqué o José Luis Garci. La historia reciente de España se podría explicar a través de su filmografía.
El actor ha recibido este lunes en el marco del Festival de San Sebastián el Premio Nacional de Cinematografía 2021, un galardón que reconoce una trayectoria cinematográfica de más de 60 años. "Más de 60 años sin dejar de jugar", ha precisado el actor en un discurso que ha pronunciado ante los asistentes del acto de entrega, queda tenido lugar en el edificio de la Tabakalera, en la capital donostiarra.
Entre largos aplausos por parte de compañeros de profesión, amigos y prensa, Sacristán ha recogido este reconocimiento de manos del ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, después de escuchar unas palabras cariñosas del propio ministro y de la actriz Aitana Sánchez-Gijón. Y como el trabajador incansable que es -a pesar de sus 83 años-, el actor ha roto con la tradición al elegir un lunes en lugar del sábado para recibir un premio tan importante, que en años anteriores recibieron Isabel Coixet, Josefina Molina, Esther García, Antonio Banderas, Ángela Molina o Fernando Trueba.
¿El motivo? Sacristán no ha querido detener su gira teatral con la obra Señora de rojo sobre fondo gris, la adaptación de la novela de Miguel Delibes, con la que lleva más de tres años. Tal y como ha destacado al inicio de sus palabras, ha alcanzado esta cima de su carrera "con la más estricta y rigurosa seriedad". "He llegado hasta aquí haciendo camino al andar, aprendiendo sobre la marcha, trabajando, estudiando, investigando, curioseando mirando con tanta certeza como inquietud y con tanto arrojo como temor, como suele ser habitual en el ánimo de los que nos dedicamos a esto", ha dicho en el acto que ha seguido Vozpópuli.
Se han creído que era el pregonero, el estudiante, el de los globos, el recluta, el emigrante, el abogado, el ingeniero, el asesino. Qué suerte, más de 60 años sin dejar de jugar", ha dicho el actor
En el arranque de su discurso, José Sacristán ha relatado cómo empezó todo, el día en el que se colocó en su cabeza "unas cuantas plumas de gallina" en la cabeza y se plantó "desafiante" delante de su abuela: "'¡Virgen santa, un indio!', gritaba mi abuela. 'Se lo ha creído', decía yo". Aquella tierna anécdota volvió a su cabeza cuando le informaron de la concesión de este premio. "'Se lo han creído', pensé. Se han creído que era el pregonero, el estudiante, el de los globos, el recluta, el emigrante, el abogado, el ingeniero, el asesino. Qué suerte, más de 60 años sin dejar de jugar", ha continuado.
Ahora, cada vez que sube a un escenario, siente las "plumas de gallina" atadas a su cabeza, y también ese "rebullir, el trajín, el entusiasmo, el asombro que produce la profunda seriedad del juego". "Y entonces lo imposible es, y tengo la luna, yo, y los que se lo han creído, como mi abuela y como vosotros", ha continuado.
José Sacristán recuerda a Mario Camus
Ha recordado también José Sacristán que ha dedicado parte de su carrera no a "desentrañar la personalidad de personajes", sino a averiguar "cómo puñetas llegar a fin de mes y pagar el alquiler", aunque "siempre con el propósito y la determinación de aquel o aquella que al principio de los tiempos, allá en Altamira, un día se dio cuenta y se dispuso a mostrar a sus vecinos el mamut que acababa de pintar en la pared de la cueva".
"Que se lo crean, que se emocionen, que se diviertan, que se inquieten, que duden, que piensen, que sueñen. Pintar, escribir, componer, fabular, imaginar, representar, interpretar, contar, crear, vivir una ficción, una ilusión inventada, dar a las ilusiones consistencia y firmeza", ha añadido José Sacristán.
Tras dedicar el premio a su pareja y sus hijos, a quienes ha pedido perdón por "el tiempo que el peliculeo le ha podido robar al padre", José Sacristán, ha cerrado su discurso con unas palabras de Cervantes, que han servido como "homenaje" a su "maestro y amigo" Mario Camus, fallecido hace unos días: "Si yo pudiera sacar mi corazón y ponerlo ante vuestros ojos, quitara el trabajo a mi lengua de decir lo que apenas se puede pensar".
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