Catorce entradas del Diccionario biográfico español, elaborado por la Real Academia de la Historia, deberán ser "revisadas en profundidad", dieciséis "ligeramente revisadas y una eliminada". Así lo ha anunciado el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, en el pleno del Congreso, aunque no precisó los nombres de los personajes cuyas biografías deben ser revisadas.
Wert hizo este anuncio al responder a una pregunta del diputado Aitor Esteban Bravo, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), relacionada con este diccionario. El ministro señaló que una obra cuyo propósito es recoger la vida de 43.000 personajes de la Historia española "es evidente que puede admitir un cierto nivel de controversia, que será mucho mayor cuanto más próximos a nuestra contemporaneidad sean los personajes de que se trate".
"Solo en una sociedad cerrada, en una sociedad monolítica, sería imaginable que una obra de estas características no provocara una cierta controversia"
"Solo en una sociedad cerrada, en una sociedad monolítica, sería imaginable que una obra de estas características no provocara una cierta controversia", dijo el ministro, antes de aludir a la comunicación que su antecesor, Ángel Gabilondo, envió a la Academia para que "se adoptasen las medidas oportunas para revisar y, en su caso, corregir inmediatamente, por los medios que sean necesarios, aquellas entradas que no respondan al rigor histórico de los trabajos académicos".
Se constituyó la comisión académica, que "ha revisado 500 voces de personajes nacidos entre 1875 y 1931 y ha concluido que catorce necesitaban ser revisadas en profundidad, 16 ligeramente revisadas y una eliminada", dijo Wert, que no facilitó las entradas que necesitan ser revisadas ni la que deberá desaparecer.
"Con esto, lo que la comisión, irreprochable desde el punto de vista científico y académico, ha determinado es que el seis por ciento de las voces revisadas necesitaban algún tipo de revisión. No me parece que sea un volumen como para poner en cuestión la obra completa", aseguró el ministro.
Wert recordó que la Academia de la Historia lleva "trece años ocupada" en el Diccionario biográfico, que "ha merecido un importante apoyo económico" (6,4 millones de euros) de gobiernos "de distintas significación ideológica".
Las biografías del príncipe y las infantas han sido elaboradas por la Casa del rey, y la de Franco por el historiador Luis Suárez
Aitor Esteban señaló que en julio de 2011 hubo un acuerdo parlamentario que puso "condicionantes" a la subvención que el Estado le concede a la Academia para el diccionario y pidió que se corrigieran "las entradas que tenían falta de rigor y objetividad", una labor que debería haber estado hecha "para octubre de 2011".
En aquella iniciativa parlamentaria se pidió también que se interrumpiera la difusión del Diccionario, mientras no se revisaran las entradas que lo precisaran.
Los 25 primeros tomos de Diccionario biográfico (de las letras A la H) se presentaron a finales de mayo de 2011 en un acto presidido por los Reyes, y está previsto que los 25 restantes se publiquen a finales de este año o principios de 2013. La incorporación a la red de esta obra se hará una vez que hayan visto la luz todos los tomos.
Esteban afirmó que en el proyecto de Presupuestos de 2012 se asigna una subvención al Diccionario biográfico, sin que se hayan dado "las garantías" que se exigían.
Entre los fallos que diferentes historiadores han visto en el diccionario, y que mencionó el diputado de EAJ-PNV, figura el que haya autores "que están unidos a los biografiados por la admiración o por el interés", como, en su opinión, sucede en la entrada del exgeneral golpista Alfonso Armada, hecha por su yerno.
Las biografías del príncipe y las infantas han sido elaboradas por la Casa del rey, y la de Francisco Franco por el historiador y académico Luis Suárez, presidente de la Fundación Franco.
En otras entradas, como la de Santiago Alonso, coronel del ejército franquista, se dice que falleció en el frente en el año 38 "en gloriosa muerte", "tras el alzamiento nacional, consciente del sentido de verdadera cruzada que adquiriría nuestra guerra".
El ministro defendió la validez del Diccionario biográfico, con el que se trata de llenar "un vacío en el campo de la historiografía española", y concluyó que, en el caso de aparecer en el mismo, le gustaría hacerlo como defensor "de la libertad de expresión"
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