Cultura

Juan Puchades y Julio Valdeón: “Sabina habría sido Sabina con cualquier mánager”

Los autores repasan la carrera del artista andaluz en 'Joaquín Sabina, inventario 75 '

A Joaquín Sabina le faltaba desde hacía tiempo una enciclopedia: Juan Puchades (Valencia, 1965) y Julio Valdeón (Valladolid, 1976) han decidido acometer esta ardua tarea con este compendio llamado Joaquín Sabina, inventario 75 (Efe Eme, 2024). Entre el beodo afortunado y el currante de la guitarra, el cantautor ubetense se deshoja en una obra sapiente y quizá necesaria. Literatura “boomer” para tiempos donde estos son poco queridos en los medios socialdemócratas.

Pregunta: Este libro de Sabina tiene mucho de celebración, pero es ciertamente enciclopédico en su contenido ¿Pretendíais que fue exhaustivo?

Respuesta: Juan Puchades: Sí, sí, la idea era un poco esa. Por un lado, vimos que iba a estar ahí el 75 aniversario. Entonces, pensamos hacer un libro diferente a los libros que había. El título tiene algo de broma: es el primer disco de Sabina a la vez que recoge toda su obra. También, se dan algunas claves como son las influencias. Podemos meternos, así, disco a disco con tranquilidad y extensión. Además de todo ese montón de materiales dispersos que también están en su obra…

P: De hecho, una parte muy interesante del libro es aquella donde buscáis todas sus pistas y caras b perdidas

R: Julio Valdeón: Y esto es de Juan, que tiene una cabeza muy cartesiana. Pero eso es algo que en los países civilizados normalmente suele afrontar o hacer la industria discográfica: Bob Dylan, Lou Reed o Johnny Hallyday en Francia. No es común allí que lo hagan dos tíos que conocen la obra del artista. Esto es una cosa que sucede pues en Jamaica y luego en España, que es un país particular.
J.P.: Investigamos los dúos que ha grabado con otra gente, cosa en la que ha sido muy generoso. Por ejemplo, dijo una vez Sabina “la primera vez que grabé en catalán” y tenía dos pistas anteriores.

P: ¿Contasteis alguna vez con la colaboración del cantante o el entorno de este?

R: J.P.: En este libro no…

P: Utilizáis como compensación una estrategia muy inteligente y es reutilizar entrevistas antiguas de Sabina, cosa que poca gente suele hacer aquí…

R: J.P.: Sí, eso está inventado. En Estados Unidos se hace Dylan por Dylan en el que se recopilan, por ejemplo, quince entrevistas. Hubo un momento que sí que nos planteamos, no sé si Valdeón se acordará, entrevistar a Joaquín, pero estaba de gira en aquel momento. Yo creo que tiene valor ver qué decía en el año 89, evitando la retrospectiva. Él tenía un punto de asombro desde el primer momento con la fama.
J.V.: Hay un inciso que me gustaría hacer y es que creo que estuvo muy bien seguir el criterio de Juan. Puede ser más atractivo para el que escribe hablar con Sabina media hora que hacer el trabajo de ratón de bibliotecas con los textos. Son 40 años de entrevistas…

P: Siguiendo con ese asombro que citáis ¿No hay algo de improvisado en la trayectoria de Sabina? Sin el incidente de 1970 dudo incluso que hubiese sido cantautor

R: J.V.: Sí, sí, estoy completamente de acuerdo. Yo creo que Joaquín, que se declaró siempre alérgico a rutinas, nunca ha tenido ningún tipo de plan preconcebido. Lo único que no es un azar es su pasión por la literatura y por la música. Los azares geográficos personales son los que hacen que acabe cogiendo una guitarra: primero en Londres y luego en Madrid. Incluso, grabó ese primer disco un poco de aquella manera
J.P.: Se hace compositor, con sus maquetas, en Londres. Mientras está tocando en los bares; aquellos actos del exilio español donde sacaba unas pelas.

P: ¿No es la trayectoria anterior a 'Juez y parte' la más bohemia y divertida? Se puede reivindicar que todo el mejor Sabina está en los 70, son canciones pre-política y no lejanas a Vainica Doble

R: J.V.: Bueno, Malas compañías es ya un gran disco, La Mandrágora tiene tres perlas y tal, pero yo creo que el primer gran disco Joaquín Sabina es 'Juez y Parte'. En este se despoja de los clichés generacionales, de cantautor, y busca ser un músico eléctrico o un rockero tamizado. No tengo tan claro que sean más duritos los discos previos.

P: Me refiero a que los primeros L.P. son más lúdicos y jipiosos. Mucho menos callejeros…

R: J.P.: Eso es sobre todo el primero, que es un disco extraño: hay que darle de comer aparte. Pero Malas Compañías tiene un poco ese punto. Está detrás el más hippie de los cantautores…
J.V.: Hilario Camacho…
J.P.: Y también José Luis de Carlos que es alguien que había mamado el folk rock norteamericano, la única persona que yo haya conocido que ha saludado a Jimmy Hendrix. Había estado en Irán, incluso, invitado por la embajada. Es un hombre con una cabeza muy particular que regresa a España y empieza a producir flamenco: descubre a Las Grecas en un tablao. O la primera Cecilia.

P: Es cierto que las cosas que produce José Luis de Carlos son más modernas y espartanas. En aquellos tiempos en España se sobre producía la música

R: J.P.: Él buscaba la sencillez. Malas Compañías es un poco eso, es decir, las compañías son Sabina y dos guitarristas. Sobre eso se les ocurre unas notas de sitar que pueden dar un cierto aire hippie. En cambio, Ruleta Rusa ya es un disco que gusta de la electricidad, aunque de ese tiempo de la Mandrágora es Pasándolo bien.  Buscaba el rock and roll sencillote de Chuck Berry.
J.V.:  Hay una cosa también que juega un poco ligeramente en contra y es que los productores siguientes a partir de Ruleta Rusa son más jóvenes. Están más cerca de lo que se está haciendo en el Reino Unido, en los 80, y todo eso tiene un poco el lastre que hemos hablado tantas veces de aquellas baterías. José Luis de Carlos viene de un mundo musical previo, diferente, no contaminado por toda esa mierda sobre producida que padecimos en la década de los 80 para bien o para mal.

P: Ya que ha sacado Valdeón el tema, ¿No están un poco pasados de producción los discos de los 80? Hablo de esas bases de sintetizadores

R: J.V.: Sí, sí.

P: En el libro se da una definición brillante y es “sonido ELO”; aquellas producciones de Jeff Lynne en los 80 que todas suenan iguales

R: J.V.:  Lo hablábamos con Springsteen de los 80, hace poco.
J.P.:  Ahora hemos vuelto al vinilo, a las mesas de grabación analógicas. Entonces, en los años 80, empezaron a funcionar los estudios de grabación digitales. Llegaron a poner incluso etiquetas con “grabado con sonido digital” como si fuera la polla en vinagre.

P: El adjetivo en inglés en “thin” según los ingenieros de sonido consagrados. Un sonido débil.

R: No era tanto la forma de grabar, como el maquillaje del sonido: se les iba la mano metiéndole cositas, bucles y ecos. Jugaban con el estéreo de una manera enloquecida. Súmale a eso cajas de ritmo, baterías programadas, sintetizadores por un tubo. El Fairlight CMI durante unos años solo lo tenían dos personas: Nacho Cano y Josep Maria Mainat de la Trinca. Se llamaba a estos dos mendas porque era carísimo tenerlo y era solo un ordenador cutrillo.

Sabina no podía ser socialdemócrata porque siempre estuvo cerca de Izquierda Unida
Pregunta: Con 'Juez y parte' comienza el Sabina intimista, con todos sus éxitos iniciales en distintos LP de los 80 (Princesa, Pacto de Caballeros, etc.), ¿No se perdió ese intimismo y gravedad en los 90?

Respuesta: J.V.: Yo no tengo tan claro que con 'Juez y parte' empiece un Sabina más intimista: Caballo de Cartón ya la canta en la Mandrágora y está contando su propia vida, el trayecto de su mujer en el metro. En Ciudadano Cero se hace una pura elaboración literaria de novela negra…

P: Me refiero sobre todo al contraste con su figura de “cantautor socialdemócrata” de los años 90 totalmente aceptado por el sistema. El Sabina ripioso…

R: J.V.: ¡Niego la mayor! (risas). No podía ser socialdemócrata porque siempre estuvo cerca de Izquierda Unida. Más allá de eso, yo no creo que Joaquín escriba con más ripios o que escriba himnos más descafeinados en los 90 que los 80. No hay política por ningún lado, aunque otra cosa es que nos pongamos las gafas de analizar al personaje público de 'El País Semanal'.

J.P.: La frontera entre el ripio y la rima graciosa es muy difusa. Ya en Ruleta Rusa decía aquello “Eh, Sabina. Ten cuidado con la nicotina, eh, Sabina. Ten cuidado con el Paternina”. En realidad, hacían mucha gracia cuando los escuchabas en su momento. Se busca la rima lo cual se presta al ripio.

P: ¿Cuánto tiene el éxito de Sabina de eclipse del más honesto Krahe? Es decir, el célebre concierto de los 80 en RTVE donde permitió que cortaran la actuación de Cuervo ingenuo y que le valió la aceptación del felipismo

R: J.V.: Sabina siempre fue muy generoso con Krahe hasta el punto de que lo invitaba a sus primeras audiciones, a ver si tenía suerte. Creo que también Krahe no quiso trascender más que con el público de la sala Galileo y era un tío que no pasaba de imitar con mucho arte y garbo a Brassens. Esto no podía vender decenas de miles de copias, daba para lo que da. 
Esas comparaciones son injustas para el propio Krahe: tiene unas limitaciones tanto de voz como a la hora de escribir notables. No creo, tampoco, que por no haber hecho nada en ese concierto en el teatro Salamanca esto condicionara su éxito. Lo que sí que creo es que tenían que haber dado un golpe de mano en el momento contra esa censura…

P: Salir del consenso socialdemócrata en aquel tiempo era morir como artista para un gran público

R: J.V.: Sí, bueno. 

J.P.: Yo viví aquello, fíjate, y grabé aquel concierto en televisión en VHS porque quería tenerlo. Hay declaraciones de Krahe en las que contó lo que sucedió: no se habían dado cuenta porque las cámaras dejaron de grabar. Sabina le dijo: “pues no lo emitimos” Y Krahe es el que le respondió “estás tonto. Es tu oportunidad de estar en TVE con una hora de concierto en directo y el gran lanzamiento que se va a hacer”. Krahe nunca lanzó sospechas sobre lo sucedido y le vino bien esta aparición, porque le llevó a un pico de popularidad (esa pista de Cuervo ingenuo fue muy celebrada).

P: ¿No os fascina el estajanovismo de Sabina? Creo que gran parte de su éxito son sus giras de conciertos sin final en los dos continentes

R: J.V.: Solo tienes que ver las fechas de los discos y te das cuenta que, aunque toda aquella leyenda de “el santo bebedor” fuera cierta, la realidad es que el tío saca continuamente discos. Lo cual indica que ha estado previamente escribiendo, se ha metido a grabar, ha ido de gira y, al cabo de nada, vuelve a meterse a grabar otro disco. Cada dos años hay un disco durante mucho tiempo.

P: Es un caso curioso de tipo pasado de estupefacientes, pero con un ritmo de trabajo total

R: J.P.: Pero, no solo él ¿eh? También quienes hacían las Américas. No les quedaba otra que hacer gira en España y gira americana: su propio amigo Serrat, Raphael y tantos otros.

P: ¿Ha sido difícil reseñar los discos sin usar las palabras “canalla” o “crápula”? El Sabina de los 80 es impensable sin esos adjetivos cipotudos

R: J.P.: Yo tengo confesar que Julio, y esto no lo sabe, un par de veces cayó en canalla en sus textos. Esto tuvimos que eliminarlo…

J.V.: Jajajaja

J.P.: Estaba la nota final, donde decimos que no usamos esos adjetivos, y no podía dejarle.

J.V.: Menos mal. A veces uno cuando escribe le da al “play” del mínimo esfuerzo sin pretenderlo y se deja llevar por las etiquetas. Estas, al final, te impiden ver porqué interesa y porqué importa y quién es realmente.

J.P.: Hace 25 años Diego Manrique utilizó en un artículo el término “Conde Crápula” y se sigue usando. Hay gente que todavía escribe en esa línea…

P: Habladme de 'Enemigos íntimos'. Aunque poco querido por Sabina, creo que es uno de sus discos mejor producidos, sin duda el más beatleliano…

R: J.P.: Suena Beatle y suena a Fito Páez. A mí es un disco que cada vez que lo escucho me sigue gustando. Creo que estuvo muy bien ese cambio de aires y de sonido a través de una producción como la de Fito en el momento. Fíjate que es el último disco barroco de Fito Páez. Luego Páez grabó 'Abre' y Sabina '19 días y 500 noches' donde se despojan de todo. 
J.V.: Tiene un choque entre productor barroco y el cantante más austero que recuerda a 'Death of a Ladies' Man' y Phil Spector colaborando con Leonard Cohen.

Pregunta: Aunque esto es más una enciclopedia de su música, me gustaría sacaros a colación el nombre de Paco Lucena; mánager caído en desgracia, pero también partícipe de su éxito ¿Cuánto le debe Sabina? ¿De verdad tuvieron él y el cantante una vida sexual tan desenfrenada?

Respuesta: J.P.: Lo de la vida sexual yo lo desconozco. Paco de Lucena alguna vez ha alardeado de ella. Yo creo que más bien Lucena le debe a Sabina, honestamente. Me da la sensación de que Sabina habría sido Sabina con ese mánager o con otro. De hecho, Lucena no lo era: es alguien que se pega ahí. 
Hay un dato curioso y es que Lucena llega a tener una oficina de “management” absolutamente brutal: Burning, Luis Eduardo Aute, Loquillo, etc. Incluso montaría una discográfica: “Don Lucena Records”. Luego se quedó solo y se hunde en la miseria. ¿Es culpa de Sabina? Los artistas rompen con los mánager casi siempre por una razón: desavenencias en las liquidaciones, por decirlo finamente (risas). Es solo especulación, ya que Sabina nunca ha querido contar que pasó.
J.V.: Una razón por la cual Dylan rompe con su mánager Albert Grossman fue esto. Empieza a ver los libros de cuentas y algo no cuadra.

P: ¿Es '19 días y 500 noches' el 'Plastic Ono Band' de Sabina? Una producción muy parca, esa voz quebrada, lo alejan por completo de los productos más funcionalistas de los 90. Ha envejecido muy bien…

R: J.V.: El gran experto es Juan, que le dedicó un libro maravilloso.

J.P.: Es la gran obra. Para el libro que escribí sobre ese disco ahí sí que entrevisté a Sabina y utilice como epílogo una frase suya: “Lo considero mi mejor disco”. Son declaraciones de 2018, creo. Habían pasado casi 20 años y seguía opinando aquello. Es irrepetible probablemente porque se juntan muchos factores: tiene un repertorio de tal calidad que no chirría a pesar de la variedad. Desde luego parte del éxito es también del propio productor (Alejo Estivel): él y el propio Sabina buscan esa naturalidad. Estivel le decía que más que un cantante era “un decidor”.
J.V.: Eso es un poco como Goyeneche. También le anima mucho a que toque en la guitarra. Esto juega mucho a favor porque Sabina no solo es un gran letrista, sino que es un buen compositor. A usar la guitarra quizá pierde en complejidad, pero gana en impacto emocional.

P: Desde 'Dímelo en la calle', luego del ictus, parece como si Sabina estuviera entrando a su vejez, adormeciendo su creatividad ¿Me equivoco?

R: J.P. y J.V.: No, no te equivocas.

J.P.: Es un fenómeno común. Fíjate que el último disco el último disco de Serrat con Sabina es 'La Orquesta del Titanic' de 2012. Le ha pasado también a Elvis Costello.

J.V.:  Por ejemplo, también, el último de Tom Waits tiene ya al menos diez años.

J.P.:  Parece que la gran mayoría de artistas superados los 60 o los 65, prácticamente todos, empiezan a bajar el ritmo de creación.

P: ¿No es 'Lo niego todo' un disco ya aplastado por su propio mito? Creo que Sabina entre amantes, fanáticos y ripios busca ya escapar de sí mismo

R: J.V.: No sé, creo que 'Lo niego todo' es mejor disco de lo que uno podría imaginar a estas alturas y, en algunos detalles, es peor de lo que podría haber sido. Leiva, que ejerce de productor y arreglista, acierta el compadraje del rock, pero otros lenguajes -la rumba, por ejemplo- no tiene educación ya que no lo ha mamado. El disco con tres o cuatro canciones menos hubiera mejorado también
J.P.: El disco tiene pistas como "Lágrimas de mármol", "Leningrado", etc. "Las noches de domingo" es un intento de agarrarse un rock and roll que no está mal…
J.V.: Otras como "Churumbelas" tratadas de otro modo, aun siendo buenas letras, habrían sido mejor. Muchas de las pistas han sido seguramente masacradas por una producción que le quedaba lejos.

P: Y, la última pregunta, ¿Tiene oyentes jóvenes Sabina?

R: J.P.: En los conciertos se ve alguno, ¿eh?
J.V.: En los conciertos se ve más gente joven de la que uno pensaría. 
J.P.: Hay que ser honesto, también, Sabina es como Antonio Machín era para mi cuando tenía 18 años. Es la música de los padres y abuelos para los “millennial” y “zoomer” ahora.

P: ¿Por qué no una colaboración entre C. Tangana y Sabina?

R: J.P. y J.V.: ¡Esperamos que no! (risas)

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