Juanma Bajo Ulloa siempre ha sido un director que ha navegado a contracorriente y ahora, una vez más, vuelve a defender un cine independiente y personal con 'Baby', un cuento gótico que funciona como metáfora de la sociedad actual, que es al mismo tiempo "terrible y hermosa", y que apela a los sentimientos porque se dirige "al subconsciente, a las vísceras y al corazón". Después de pasar por el Festival de Sitges y por la Seminci de Valladolid, la cinta se estrena este viernes en los cines de todo el país.
El director de la famosa 'Airbag' y de las arriesgadas 'Alas de mariposa' (1991) y 'La madre muerta' (1993), regresa cinco años después del estreno de la comedia 'Rey gitano' con una cinta barroca, artesanal, llena de simbolismos y fantasía, oscura, luminosa y tan desasosegante como la propia vida. En ella, una joven con adicciones a las drogas da a luz un bebé del que no puede ocuparse. Tras venderlo a una matrona dedicada al comercio infantil, tratará de recuperarlo por todos los medios y en su empeño tendrá que hacer frente a sus miedos más profundos.
Hay creadores del sistema y autores que trabajan para el sistema porque encajan perfectamente en ese estatus, y estar fuera de eso, con los diferentes gobiernos que van apareciendo, se ha vuelto muy complicado"
Según ha señalado Bajo Ulloa en una entrevista a Vozpópuli, le costó sacar adelante este proyecto porque hoy en día "se ha vuelto muy difícil hacer cine independiente" en España y, de hecho, anteriormente dejó a medias varios encargos que finalmente no tuvieron apoyo. "No me refiero a hacer cine progre hecho por una compañía, que es lo que la gente cree que es independiente", matiza el cineasta, quien defiende "el cine creado con una autoría y un deseo de expresión libre", algo que hoy ve muy difícil "porque la mayoría del cine está en manos de corporaciones y de grupos mediáticos". "Hay creadores del sistema y autores que trabajan para el sistema porque encajan perfectamente en ese estatus, y estar fuera de eso, con los diferentes gobiernos que van apareciendo, se ha vuelto muy complicado", resalta.
En cuanto a las plataformas, el cineasta, quien afirma encontrar "grandes obras en el cine, la televisión y las plataformas", también ve un reverso nada inocente en el consumo. "¿Quién tiene facilidad para rodar una serie, para hacer una película? Sencillamente aquellos que coinciden con el pensamiento imperante. Hay creadores del sistema y creadores que están fuera del sistema, a quienes no se les permite trabajar porque tienen otra visión que puede resultar peligrosa para el poder", afirma.
Lo que antes era gracioso, ahora no tiene gracia; lo que antes era aceptable, ahora es ofensivo; lo que antes era simplemente sexual, ahora es sexista. La perversión del lenguaje es absoluta"
Además, va más allá al señalar que existe una "dictadura perfecta" en la que los consumidores están "adoctrinados" y son "sumisos", porque mientras que "antes existía una censura" y un "mecanismo que coartaba", ahora "los sistemas de control de las masas han conseguido que el propio espectador sea un censor". "Se le ha dado al espectador un parapeto, que es la ideología, y ya nos encontramos con gente que censura. Lo que antes era gracioso, ahora no tiene gracia; lo que antes era aceptable, ahora es ofensivo; lo que antes era simplemente sexual, ahora es sexista. La perversión del lenguaje es absoluta", agrega.
Amor, asignatura pendiente
Con 'Baby', el director vitoriano habla del "potencial de la creación" y, para ello, recurre al universo femenino. Todos los personajes de esta película son mujeres que están interpretadas por las actrices Rosie Day, Harriet Sansom Harris, Natalia Tena o Charo López, entre otras, y, en un ejercicio de depuración y consciente de que las cosas a veces se explican "con demasiadas palabras", decidió prescindir de diálogos. Su apuesta tiene éxito y nadie echa de menos el texto, aunque es cierto que la cinta abusa en ocasiones de la música para transmitir las emociones que ya contienen los propios personajes.
El director cree que la película conecta con esta época porque "la sociedad está en una huida hacia adelante insostenible, en un abuso permanente de los recursos, de las personas y de todo". "El poder, el Gobierno y los Estados, nos quieren como poder, enfrentados unos a otros y aborregados y desconectados de nosotros mismos, mirando pantallitas. Es la dictadura perfecta que se ha creado en los últimos 20 años", señala.
El personaje principal de 'Baby' también se ha desconectado de sí misma. En un "paraíso artificial" al que van todos los individuos para no mirarse "en el espejo", y tiene la posibilidad de superar todos esos miedos y aprender a amarse, y solo entonces será capaz de amar al extraño. "Ese es el viaje del temor al amor que hace este personaje y es el viaje que hace esa sociedad, que o bien aprenderá por las buenas o aprenderá por las malas", apunta sobre este "juego de espejos". El mundo para Bajo Ulloa, aunque "hermoso", ahora es "tóxico", y se ve "al despegar de un avión y ver desde el aire lo que son las ciudades, como la sociedad: tumores que se extienden".
¿Quién habla ahora de amor? Nadie, es una educación que ha desaparecido, y el creador todavía tiene esa posibilidad de hablar con la gente y de hablarles sobre ese asunto"
Por ello, esta película funciona como una metáfora sobre el organismo que forma la sociedad, la "conexión enorme" que se produce y cómo "únicamente es el amor lo que se ha convertido casi en una palabra revolucionaria, que no aparece ya en ningún sistema de educación". "Tampoco la religión nos puede hablar de ello porque no confiamos en ella, gracias a sus abusos. ¿Quién habla ahora de amor? Nadie, es una educación que ha desaparecido, y el creador todavía tiene esa posibilidad de hablar con la gente y de hablarles sobre ese asunto", concluye.
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