El joven poeta no toma prisioneros, menos todavía en los tiempos que corren. “Prometo hacer arder todos los libros para incinerar a tus abuelos/ a tu hermana y a tus padres sin tener que levantarnos de la cama/ prometo encontrar la pastilla más rica de Berlín/ no fotografiarte mientras duermes, niegas el alimento o lloras/ prometo vengar las muertes asesinando a la hija del presidente/ del país de los coronaviruses, aunque esto produzca un conflicto bélico/ de dimensiones incalculables”, escribe. Hablamos de Rodrigo García Marina (Madrid, 1996), autor de “Poema para pasar la cuarentena acompañado”, sin duda el texto más bestia de los que circulan estos días por Internet. Entre otros méritos, García Marina recibió en 2017 el premio del Festival de Poesía Irreconciliables por su libro Aureus. Pueden disfrutar del poema completo en este enlace.
Después de leer tres veces toda esta letanía, me pregunto si no ha dudado a la hora de describir alguna de las imágenes. “Tuve dudas con la parte de las ministras y el 8-M, sobre todo por sus posibles consecuencias sensacionalistas”, admite. Corto y pego el fragmento: “No puedo prometer que la fiesta con mis exnovios/ sea una reunión menor de mil personas/ ni tampoco un 8-M/ pero sí puedo prometer lo siguiente:/ si las ministras conjuntaron sus medidas protectoras/ sabían algo que desconocían las otras/ luego no en toda ocasión/ el feminismo es igualdad/ disculpa si paso el coronavirus con tanto entusiasmo democrático”, escribe con el tono desafiante que caracteriza la obra.
Los versos también destacan por sus explícitas imágenes sexuales. Conviven un camarero que guarda mesa “para este par de maricones”, la idea de una aplicación tipo Goodreads donde se puntúe lo bien que chupan polla los hombres y la tristeza de quien piensa que “sigo dormido en los cuerpos que desprecié”. ¿Qué aporta este tipo de recursos? “La fantasía es un espacio posibilitador tanto de emancipaciones como de poderes dominantes. Lo interesante de la fantasía y su nexo con la ficción es lo siguiente: no todas nuestras fantasías -incluidas las sexuales- son realizables. Para algunas personas nuestras prácticas conforman estados excepcionales y de alarma. Nombrarlas: sin mártires, sin moraleja, sin fines últimos; es enseñar que nuestros cuerpos simplemente importan”, opina.
Funky-nazismo
Como el arte contemporáneo, la poesía atraviesa un momento delicado, donde muchos no tienen clara su función, ni por dónde tirar después de tantos siglos de experimentación. Además, la publicidad ha saturado nuestras vidas cotidianas de imágenes poéticas. “En realidad, la poesía no ejerce funciones, explora y revisita lugares del lenguaje para problematizarlos. Esto es justo lo contrario a una campaña publicitaria. Fíjate que la publicidad es un recurso para engañar a la población generándole necesidades que previamente no existían. La poesía —como cualquier disciplina artística— trata la verdad, no la sinceridad. Estamos en disposición de buscar y construir la verdad, de luchar por ella a través de las ficciones”, apunta.
"Existen derechas profundamente inteligentes que sostienen argumentos importantes para el desarrollo de las comunidades y también existen izquierdas ineficaces y autoritarias", admite
Hablemos de política. Mientras leo otro de sus poemas, “Horror y delicadeza”, Falange Española obtiene su primer diputado en España en 85 años. Es una coincidencia porque los versos arrancan con el padre del protagonista sonriendo mientras escucha el “Cara al Sol”, lo que provoca en su hijo el impulso de tirarle por el balcón. “Estoy bastante preocupado por los abusos policiales y por la ausencia de políticas específicas desarrolladas para personas ancianas durante la crisis de la covid-19 por un gobierno que se declara socialista. También me preocupa esa construcción conspiranoica y tribal que reproduce enemigos allá donde mira. Para estar sufriendo censura, jamás unos censurados hablaron tanto. El filósofo italiano Franco Berardi ‘Bifo’ denomina a estos mecanismos funky-nazismo. A mi juicio, personajes como Cristina Seguí son expertas practicantes del funky-nazismo. No es una cuestión de posicionamiento ideológico, existen derechas profundamente inteligentes que sostienen argumentos importantes para el desarrollo de las comunidades y también existen izquierdas ineficaces y autoritarias, sin ir más lejos, esa con la que a muchos no dejan de compararnos sin tener nada que ver con ella: Venezuela. Es una cuestión de autoritarismo y preparativos para el exterminio social”, declara.
'Posmos' leyendo el Talmud
¿Se puede intervenir en política desde el campo del arte? “Frente a este funky-nazismo relativista que embarra e indiferencia lo que sabemos por cierto -por ejemplo, que la tierra no es plana- de lo que sabemos por falso, debemos poner una palabra muy sólida. Una congregación de voces que no quieren repetir el crimen de la historia y su exterminio”, opina. Luego añade una aclaración histórica: “para los dubitativos y empleadores del apodo ‘posmo’: gran parte de la teoría posmoderna va sobre intentar no repetir los crímenes de la historia”. Y continua:” Muchos historiadores expertos en siglo XX, desde distintos países, nos advierten que no existen grandes distancias entre los discursos supremacistas nazis de los años veinte y los de grupos parlamentarios actuales como Vox, Alternativa por Alemania o algunos seguidores de Trump y Bolsonaro”, lamenta.
Aparte de ciertos recursos propios de un ‘enfant terrible’, Marina muestra interés por uno de los grandes textos religiosos de la humanidad. “Frente a esta distopía galopante me da por pensar en unas palabras del Talmud: ‘si no soy yo ¿quién?, pero si solo es por mí ¿para qué?’. Pondremos la palabra y la escucha. Palabra y escucha hasta que nos quiten la voz. Pidamos a gritos conciencia colectiva hasta que nos falle el aliento. Que nos colmemos de rabia y en vez de aplausos se escuchen aullidos por las ventanas, que nada nos sea suficiente. Para el caso es mucho más importante, mucho más elemental, mucho más poderoso. El Talmud también dice: ‘Si no es ahora ¿cuándo?’”.
Polémica contra Bernabé
El texto que nos ocupa está burlonamente dedicado a Daniel Bernabé, activista de izquierda y autor del ensayo La trampa de la diversidad (2018), que desató un encendido debate y alcanzó recientemente la décima edición. También hay un recado final para el filósofo Antonio Escohotado. Haciendo memoria, pienso que se atisba una tendencia. Marina pertenece a una corriente donde también podemos encuadrar a la Premio Nacional de Literatura, Cristina Morales, que atacaba en su libro Lectura Fácil al conocido columnista Juan Soto Ivars. La pujante filósofa Elizabeth Duval también ha destacado por sus cuestionamientos a Paul. B Preciado. ¿Se habrá convertido en contraseña generacional rechazar a periodistas y pensadores asentados? “Bueno, para mí existe una gran diferencia. Tanto Preciado como Escohotado son importantes intelectuales, estés más o menos de acuerdo con sus posturas. Bernabé, Ivars y compañía me parece ilusorio considerarlos ‘statu quo’ de nada y sencillamente no es gente que tome en serio. Pardo Bazán tenía ideas más novedosas que ellos y lleva casi cien años muerta. No me interesan los opinadores profesionales y finalmente acabo sintiendo cierta lástima porque debe ser un trabajo terrible. He crecido rodeado de hombres heterosexuales que se les parecen”, lamenta.
"Muchas de las personas que trabajamos dentro de la teoría o acción de los feminismos, luchas poscoloniales, ecologistas y ‘queer’ somos profundamente precarias", destaca
Marina arremete contra Bernabé -satirizado como ‘Vergabé’- por su posición contraria a las ‘políticas de la identidad’. ¿Qué le molesta tanto de su enfoque? “Llevo unos meses trabajando en un análisis de datos sobre violencia en las adolescencias y la salud mental de la población adulta LGTB, no para opinar sino precisamente para sacar conclusiones serias. A Daniel Bernabé le sorprendería la cantidad de personas que han recibido palizas en sus escuelas o han sido objetos de burla y desprecio, incluso expulsadas de sus viviendas. La cantidad de personas que han marcado la casilla ‘intento de suicidio’ en una encuesta anónima. Es curioso que, al fin y al cabo, los cuerpos ‘queer’ también pidamos justicia social ante una estructura violenta y que lo verdaderamente identitario y coherente con el sistema capitalista sea acaparar una columna en un medio para repetir semana sí semana no que eres de Fuenla y que, si no te comes un bocata de chorizo de Revilla con una Cruzcampo, no eres un obrero de verdad. Muchas de las personas que trabajamos dentro de la teoría y/o acción de los feminismos, luchas poscoloniales, ecologistas y ‘queer’ somos profundamente precarias. Para algunos resultará sorpresivo que sea compatible no estar cubierto de hollín y tener problemas para independizarte o pagar el alquiler”, denuncia. En la red hay decenas de entrevistas con Bernabé para hacerse una idea de si el juicio de Marina es atinado o exagerado.
Curiosamente, el mismo día de esta entrevista circula por internet un meme donde se asigna una golosina clásica a cada uno de los escritores de su generación. ¿Qué diría que le une a esa ristra de nombres? “Con Cristina Morales me une el anarquismo y la lucha anticapacitista. A Luna Miguel y a Diego Álvarez les debo su confianza al haber compartido mi poesía cuando yo no ocupaba ningún espacio en el panorama literario. A Rosa Berbel y a mí nos une lamentablemente un encuentro en uno de los momentos más límite de mi vida en medio de un camping en Bilbao, además de la poesía y las ganas de otro reencuentro. Con Duval comparto la amistad, el mamoneo y una admiración mutua”, remata.
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