José Antonio Labordeta falleció en septiembre de 2010 a los 75 años a causa del cáncer que padecía. Su despedida congregó a cientos de personas, que esperaron colas kilométricas para dar su último adiós a aquel hombre que entregó su vida al paisaje, y que, tal y como él mismo señaló, dedicó sus poemas cantados a una tierra "totalmente vacía y desolada" que tanto reivindicó con sus palabras. Ahora, doce años después de su muerte, un documental saca a la luz los diarios que el cantautor y político escribió entre 1964 y 1978, que muestran la dimensión más íntima, con sus temores, su melancolía, sus tristezas y sus dudas.
Labordeta, un hombre sin más toma prestada la letra de su canción Ya ves para dar título a este documental, que acaba de estrenarse en los cines. "Puedes conocer su Canto a la libertad, su País en la mochila o cuando manda a la mierda a parte de los diputados del Congreso, y conoces al personaje, pero nuestra intención era que la gente conociera la persona. Entonces es cuando entiendes todas sus luchas", ha señalado a Vozpópuli su hija Paula, que dirige la película junto a Gaizka Urresti, y cuyo guion firma su otra hija Ángela.
Se trata de un documental familiar, que no cuenta con grandes estrellas, ni políticos reconocibles, ni escritores galardonados, sino con su familia -con especial protagonismo de su mujer-, sus hijas y sus nietas -en representación de las nuevas generaciones que no conocen a Labordeta- y multitud de intelectuales cercanos para dar a conocer su cara más humana y cercana, y aproximar al espectador a sus miedos y sus dudas, al hombre que conocieron sus allegados, al profesor y al militante, al cantautor que contrataba a otros músicos y tenía que pensar en ellos, o al hijo que miraba desde la ventana del internado de sus padres como si se asomara al mar.
En su recorrido por la "España vaciada", Labordeta tuvo "la empatía para hablar con cualquier persona del campo", destaca Urresti, codirector del documental
Labordeta fue el "carismático líder de un sentimiento que en Aragón no existía" que, cuando llegó a Teruel como intelectual y poeta, con la herencia de su hermano Miguel, poeta, y de su padre, profesor, descubrió un "territorio abandonado" por el que había que luchar "para que tuviera la dignidad que merecía", según señala su hija. "Se ve abocado a luchar por ese territorio a través de la canción, se da cuenta de que si pone música a su poesía puede llegar a más gente. A partir de ese momento empieza una lucha constante por defender su tierra y por encontrarse a sí mismo", cuenta.
Labordeta, padre de tres hijas, licenciado en Filosofía y Letras, catedrático de Instituto, cantautor y escritor, supo mantener una "conexión como nadie con la gente". Para Urresti, la grandeza de los intelectuales reside, precisamente, en su "capacidad para hablar con la gente", tanto si se trata del Rey o del presidente del Gobierno, como si habla con un pastor sobre sus ovejas. En su recorrido por la "España vaciada", Labordeta tuvo "la empatía para hablar con cualquier persona del campo", pero también "la visión de un niño pequeño con los ojos bien abiertos" a quien "todo le sorprendía", según añade su hija Paula.
Labordeta, el político
Labordeta fundó junto a otros compañeros el Partido Socialista de Aragón, que a mediados de los 70 se unió al PSOE. En el año 2000 se presentó con la Chunta Aragonesista (CHA), un partido joven y "sin errores leninistas" de otros partidos, según él matizó, que respondía a su obsesión por que Aragón estuviese en el mapa de la política española. Se convirtió en diputado en un clima político en el que dominaba la mayoría absoluta del PP de José María Aznar, el líder "popular" que "nunca" le saludó, según recuerda, y que cuando hablaba no le "miraba". "Estaba como un invitado de piedra", comenta en esta documental.
Aquel ambiente de "tensión muy fuerte" que se vivía en la Cámara Baja llegó a su punto más álgido cuando en una sesión parlamentaria que se extendió hasta bien entrada la noche, Labordeta protagonizó uno de los momentos más recordados en la vida del hemiciclo, que se convirtió en un asunto casi viral, como se diría hoy en día, en un momento de predominio analógico. Tal y como recuerda el documental, en 2003 se enfadó con los parlamentarios que no le dejaban hablar desde la tribuna, a quienes mandó "a la mierda". Sus hijas aún recuerdan la respuesta de apoyo en la calle, pero también de desprecio hacia el político que más iniciativas legislativas presentó en aquel momento.
Él era la punta de lanza pero aquella era una lucha colectiva, y ahora hay mucho individualismo. Creo que eso a él no le gustaría nada", señala su hija sobre la política española actual
Viendo aquellas imágenes, uno se pregunta qué habría pensado Labordeta del actual paisaje político, especialmente a partir de 2011. "El 15-M le habría gustado, es un movimiento que creo que habría apoyado, pero ahora mismo no le habría gustado lo que está sucediendo. Hablamos de Labordeta, pero es un homenaje a toda una generación que luchó junto a él. Él era la punta de lanza pero aquella era una lucha colectiva, y ahora hay mucho individualismo. Creo que eso a él no le gustaría nada y no sé cómo, pero seguiría enseñando el camino a seguir, no sé si a través de Twitter o de Facebook", señala Paula.
"Dejé de escribir poemas el día que me hice diputado, y volví a escribir el día de que dejé de ser diputado", señala Labordeta en este documental, en una de las imágenes de archivo más memorables. Tal y como recuerda uno de los amigos que participa en este documental: "Queriendo ser un hombre sin más consiguió ser un hombre excepcional".
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