En el número 73 de la Rua Garrett, en Lisboa, se encuentra la librería más antigua del mundo. Unos pocos pasos la separan de A Brasileira, el café literario del bohemio barrio de Chiado, al que iban a parar en su día escritores como el poeta Fernando Pessoa. La librería en cuestión se llama Bertrand, un local que hace esquina, cual proa de barco. Su fachada está revestida por una piel de azulejos y libros, que atrae a los visitantes una bombilla bombilla a las moscas.
Su historia se remonta a 1732, año en el que francés Pedro Fauré y sus yernos, los hermanos Bertrand, pusieron la primera piedra en la calle Direita de Loreto. Tras el terremoto que sacudió Lisboa, en 1755, se trasladó a su emplazamiento actual, en el que una pequeña placa -certificada, caramba, por Guinness- indica que se trata no del primer lugar donde se vendieron legajos, pero sí de la versión primigenia de lo que entendemos hoy como librería.
Si la parisina Shakespeare and Company es la librería más famosa del mundo, Bertrand es la más longeva. En la primera encontraron cobijo Joyce, Gide, Claudel, Valery, Henri Michaux o Nabokov e incluso en otras como en la Des Colonnes de Tánger coincidieron Paul Bowles y Capote. Sin embargo, en Bertrand se daban cita los asiduos visitantes de las tertulias literarias del siglo XIX lisboeta, una costumbre que se extendió a lo largo de todo el siglo XX.
Portugal puede presumir de tener no sólo la más antigua, sino una de las más bonitas. Se trata de Librería Lello e Irmão, en Oporto. Es, por dentro, mucho más impactante de lo que luce por fuera, que ya es bastante. Ubicada muy cerca de la Torre de los Clérigos, se distingue del resto de los locales por su fachada neogótica. Obra del ingeniero Xavier Esteves, se inauguró en 1906. La fachada tiene tres grandes ventanas acompañadas por dos figuras que representan el Arte y la Ciencia.
"La librería más bonita del mundo"
Además de la hermosa escalera de madera que permite el acceso a la primera planta. Otro precioso detalle lo representa el conjunto de arcos ojivales apoyados en los pilares sobre los que el escultor Romão Junior esculpió los bustos de escritores como Antero de Quental, Eça de Queirós, Camilo Castelo Branco o Guerra Junqueiro. La mayoría de quienes han cruzado su puerta no pueden evitar glosar o al menos dejar por escrito lo que encontraron en su interior.
Enrique Vila-Matas la describió como "la librería más bonita del mundo", y en 2008 el periódico inglés The Guardian la calificó como la tercera librería más bonita del mundo. En esta librería –en la que se han rodado además escenas de películas de la saga de Harry Potter- la selección de libros no es especialmente asombrosa. Tiene, por supuesto, magníficas ediciones encuadernadas, también una selección de libros de arte realmente magnífica. Este es el caso en el que antigüedad y belleza se imponen al catálogo.
Va servida de librerías hermosas y antiguas. Sin duda, Lisboa preside la galería bibliófila con Bertrand, que aún sigue siendo un lugar de referencia por su doble condición de expendio de libros y de museo bibliográfico.
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