Cultura

Mientras en España se leen cada vez menos libros, los editores buscan lectores en YouTube

Un 35% de los españoles no lee nunca, o casi nunca. Si a eso se suma una contracción del mercado editorial de entre el 30% y el 40%, el asunto pinta todavía peor. Si la gente no lee, ¿de dónde sacarán los editores quien compre sus libros? ¡Pues en Youtube! Un lugar que transforma seguidores en ejemplares vendidos.

Uno de cada tres españoles no abre un libro jamás. Los que lo hacen, compran, como mucho, 8 al año. Y de cada diez personas que descargan libros electrónicos, sólo 4 pagan por leerlos. Los datos pertenecen al último Barómetro (enero 2015) del Centro de Investigación Sociológica (CIS) y también al informe Hábitos de Lectura y Compra de Libros realizado por la Federación de Editores. Considerando que España es, sólo por detrás del Reino Unido, el país que más novedades ofrece - 1.692 títulos nuevos por millón de habitantes- la cifra resulta poco menos que desconcertante y contradictoria. Claro: publicar no significa vender, algo que saben de sobra las editoriales, que han sufrido pérdidas acumuladas de más del 20%, a pesar de imprimir e imprimir libros para colocarlos en las librerías.

¿Si nadie lee, quién va a comprar libros? Hay sellos y grupos que parecen tenerlo muy claro. Se han dejado de rodeos y han ido al meollo del asunto. Porque, después de todo, ¿qué es leer? Sí, sí… ¿qué significa leer en un momento en el que toda experiencia es colectiva, prácticamente de dominio público, gracias a la compulsión de contar todo cuanto hacemos a través de las cuentas de Twitter, Instagram, Facebook o Vine? ¿Qué existe realmente: lectores o comunidades de personas interesadas en determinados no libros, sino temas? Fue allí donde apareció la respuesta. Y entonces pasó lo que pasó: la masacre de los youtubers; los autores más rentables del mundo.

La red se confunde con la comunidad, el entretenimiento es la tendencia: ahí aparecen los youtubers

Un joven con un canal de Youtube en el que comparte desde caricaturas hasta vídeos en los que saca leche por la nariz, puede tener más millones de suscriptores –subs- que lectores tiene Javier Marías. Esa ecuación convierte al youtuber en prescriptor y a su comunidad de lectores en consumidores, mejor dicho: en compradores, prácticamente en fieles clientes. La red se confunde con la comunidad y sustituye, semánticamente, a la sociedad. En este territorio, “el entretenimiento es la tendencia”. Esta idea ha sido abordada –con algunas diferencias- por la escritora Marta Sanz en su ensayo No tan incendiario y sobre ésta han trabajado algunos investigadores como Daniel Cassany, escritor y profesor titular de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona).

"¿Qué entendemos hoy por libro y qué asociamos a la palabra libro? Es algo que va cambiando con el tiempo. Supongo que, en la medida en que el consumo cultural y el uso de los textos escritos cambian, las editoriales utilizan determinadas palabras con fines comerciales. Hoy se lee mucho más que antes. Otra cosa es la manera en que se lee" asegura Cassany. “Como es cada vez más abierta la forma de leer, las consecuencias de la práctica de esta lectura también son diversas. Es cierto que hay un debate sobre si Internet nos hace más estúpidos. Con la práctica de la lectura discontinua y no aguantar mucho tiempo un mismo texto, se está perdiendo alguna capacidad cognitiva de la práctica de la lectura”.

Un joven con un canal de Youtube tiene más millones de suscriptores que lectores tiene Javier Marías

En esta reconfiguración de lo que libro y lectura significa, los youtubers aparecen ante nosotros como “expertos en crear demanda de sí mismos”, asegura la editorial Temas de Hoy, un sello que sabe de lo que habla. En 2014 apostó por El libro troll, el primer volumen publicado en España por un youtuber: elrubius, un chico con más de 9 millones de suscriptores, que se convirtió en poco tiempo en un auténtico fenómeno editorial: 15 ediciones y casi 100 mil ejemplares vendidos en España según Nielsen, además de 150 mil ejemplares en América Latina.

Nacido en 1990, con apenas 21 años, Rubén Doblas Gundersen decidió abrirse una cuenta en Youtube. Ahí comenzó la avalancha. ElRubius se convirtió en alguien capaz de alimentar y hacer crecer un personaje que hoy acumula más de 9 millones de suscriptores y casi 800 millones de reproducciones de sus vídeos. Los inicios fueron modestos, pero contundentes. Comenzó con vídeos relacionados con sus videojuegos favoritos y fue puliendo poco a poco sus sketches con dibujos, escenas de su vida cotidiana y otras greguerías 2.0 en la que muchos identificaron dos puntos fuertes: humor y gamberrismo, sumados a una gestión eficaz de las redes sociales que le ha permitido conectar con una generación cuya principal fuente de entretenimiento -e información- es Internet.

Si los nueve millones de seguidores de elrubius compran el volumen, el asunto está 'económicamente' resuelto

A mitad de camino entre un laminario, un libro para colorear y un conjunto más o menos apañado de caricaturas, El libro troll propone actividades o retos –la mayoría de ellos para compartir en las redes sociales-. Desde sacar a pasear una salchicha por un centro comercial y grabarlo -apuntando en el libro las reacciones de las personas- hasta una variada colección de figuras para cortar y pegar -sí, con tijera y pegamento- en distintos lugares, para fotografiarlo y tuitearlo más tarde. Lo importante no parece, sin embargo un asunto de temas o géneros, ni siquiera de literatura, sino de consumo. Si los nueve millones de seguidores de elrubius compran el volumen y deciden, por ejemplo, sacar a pasear una salchicha, apuntar la hazaña en el libro y luego hacer una foto y compartirla, el asunto está económicamente resuelto.

Es justamente ese perfil el que buscan hoy determinados editores. No en vano, Temas de Hoy ha colocado toda la carne en el asador por este tipo de personajes, que inundan sus novedades editoriales a razón de dos y tres libros por mes de aquí a marzo: desde un libro interactivo sobre cómo mejorar el rendimiento en los videojuegos –Salseo gamer- hasta Aquí empiezan tus sueños, un testimonio de superación personal de Ocean, un “gamer”, es decir, alguien que decidió dedicarse de manera profesional a jugar y que amasa cerca de 8 millones de “subs”: personas que se conectan a Youtube sólo para ver qué comparte.

“Que un sello como Temas de Hoy se proponga lanzar una colección de libros de plena actualidad, como son los de los youtubers, parece muy sensato. Los youtubers son, no una moda, sino una realidad. El libro troll es en efecto un libro juego. No es la primera vez ni la última que se saca un libro de estas características”, afirma Ana Lafuente, editora de Temas de Hoy, la mujer que fichó al Rubius y al nutrido cartel de nuevos talentos. “Claro, no todos los libros son así. Hay para todos los gustos. Vamos al público que los sigue. Y eso está estudiado: es un público que está entre los 13 y los 21 años. Nos enorgullece que un público joven, que está comenzando a leer, se enganche con nuestros libros”, asegura.

“Vamos al público que los sigue. Está entre los 13 y los 21 años”, asegura la editora Ana Lafuente

ElRubius es uno de los más famosos, pero no el único. Existen otros -con o sin galeradas listas- como Mangel, Álexby11 o Sr. Cheeto (los tres son gamers); Yuya, una de las youtubers más seguidas de LaTam por sus consejos de maquillaje, o incluso Yellow Mellow. Son todos 'youtubers', personajes anónimos que han conseguido atraer miles de suscriptores en sus canales ya sea porque se han especializado en humor y comedia, o porque se vuelven replicadores de fenómenos virales... El mecanismo ha dado paso a una tendencia llamada Márketing de influencers que ha generado un perfil profesional muy específico que convierte el frikismo en una herramienta de ventas. Dependiendo del grupo, la edad o la temática, suponen un instrumento más o menos efectivo para llegar a determinados públicos. De momento, el desembarco ocurre en la bahía de un sector que busca salir a flote: el editorial. Y sin embargo, queda, atragantada como un marisco en la laringe de un alérgico, la pregunta: ¿qué es leer?, ¿qué coño es leer?

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