Es su primera novela. Y sin embargo, en ella se delata el olfato –nada inexperto- de quienes saben qué se va a leer y qué no. En sus páginas hay de todo: los años de José Mourinho al frente del Real Madrid; la caza mediática del ‘topo’ en el vestuario del Club; la operación de las Torres recalificadas a favor de Florentino Pérez e incluso la aparición de personajes que van desde Arturo Pérez-Reverte hasta Santiago Segurola. Todo eso forma parte de Las cuatro torres (Planeta, 2013), el thriller con el que el escritor Leandro Pérez (Burgos, 1972), da un paso al frente en la rentrée literaria.
Contada correctamente –sin grandes genialidades, pero sí con precisión, agilidad e inteligencia-, en Las cuatro torres se cuenta la historia de un detective que comparte con el Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán casi todo, especialmente las ganas de serlo. Se trata de Juan Torca, un hombre que llega a Madrid en otoño de 2011. Más que oxidado, Torca parece apaleado, extinto, muerto: una doble viudez le persigue y los recuerdos borrosos de sus años de mercenario llegan por oleadas. Atrincherado en un hotel en la Gran Vía, dedica su tiempo a comprar las temporadas de Los soprano, en Callao; salir a correr al Retiro y callejear por la zona buscando un buen restaurante dónde comer.
Asesinatos, secuestros, conspiraciones, espionaje y corrupción política forman parte de los ingredientes de un libro que también habla del 15-M; la campaña electoral de las elecciones generales; con Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba como candidatos de PP y PSOE; el alto fuego de ETA; los acuerdos que se cierran en los palcos del Bernabéu; las conspiraciones en el Asador Donostiarra y, claro está, un derbi madrileño y un clásico Madrid-Barça…
¿Es acaso la primera de una serie? Leandro Pérez espera que así sea. Debutante, que no recién llegado, la faja que recubre el ejemplar de Las cuatro torres asegura que es un ahijado literario de Arturo Pérez-Reverte, quien describe su libro como un thriller sentimental y futbolero. Menuda carta de presentación –acaso editorial, que no necesariamente literaria-… Además de haber trabajado en El Mundo, Leandro Pérez es uno de los creadores de www.Trestristestigres.com, empresa que ha puesto en marcha numerosos proyectos en Internet, a menudo periodísticos y culturales, entre ellos El Boomerang.
-La España de Las cuatro Torres tiene algo de El delantero centro será asesinado al amanecer, con villanos menos escrupulosos, futbolistas mejor pagados y el reguero –ladrillero y político- que ha dejado la crisis a su paso.
-Sí, es un homenaje a Manuel Vázquez Montalbán. De hecho, el libro abre con una cita de Los mares del sur, porque mi Juan Torca, salvando las distancias, es un Carvalho que aterriza en Madrid.
-Bueno, un Carvalho que come menú del día. Uhm...
-Sí, come de menú –risas- y no sabe siquiera freír un huevo. Le gusta comer pero no como a Carvalho.
-Pero volvamos a lo que nos ocupa. Hay un homenaje a Vázquez Montalbán, sí, pero también una interpelación a la realidad española a través de uno de sus signos de mayor poder (económico, político, deportivo)… el Real Madrid.
-Vázquez Montalbán es el referente de novela negra en España, sin dudarlo. Además, esta novela coincide con él en el hecho de que el fútbol le interesaba mucho. Era un culé confeso, en mi caso, claro, soy madridista. Eso no quita que yo quiera trasladar a Madrid lo que él hizo en Barcelona. Es uno de mis objetivos. Y dentro de lo que es Madrid, el equipo de fútbol es un referente. De allí que este primer caso de Juan Torca aborde eso.
-Fútbol, Florentino Pérez, pelotazo inmobiliario, política, espionaje, ¡hasta Pérez-Reverte jugando al ajedrez en Sarajevo…! No me negará que ha diseñado el thriller a conciencia.
-Llevo intentando escribir una novela desde hace 20 años. De hecho, quedan algunas escondidas en el cajón, por fortuna sin publicar. Pero esta me salió de una manera muy sencilla y fluida. No hubo un plan previo de decir: haré algo comercial. Muy a menudo entro a Madrid por el Norte y veo las cuatro torres. Más de una vez pensé: este es un lugar para Juan Torca, un personaje que siempre tuve en la cabeza y que quería que estuviera allí. También en aquellos días, surgió todo lo de Método Tres, la agencia de detectives que espió a Esperanza Aguirre, a Bárcenas e incluso a jugadores del Barça, por orden del club. Me dije entonces… ¿qué pasaría si una empresa madrileña espiara a jugadores del Real Madrid, a Florentino Pérez o a periodistas que cubren al equipo?
-Juan Torca busca un topo y consigue una oscura trama de alguien que quiere arrebatarle el Real Madrid a Florentino. Y aunque la historia tiene su punto delirante, usted, la verdad, más que literatura… ha hecho no-ficción.
-Hay cosas que todos intuimos y que los periódicos destapan; ya sea sobre la corrupción de Jordi Pujol o de Bárcenas. En el mundo del fútbol, donde se mueven ingentes cantidades de dinero y hay muchos intereses –más políticos que económicos- también ocurren cosas. Yo intento contar esas cosas basándome en hechos reales, que tienen lugar en el 2011.
-Con el señuelo del fútbol, insisto, ha diseñado un thriller de manual. Acaso tremendamente más atractivo porque sus principales personajes existen; mandan y mucho…
-La novela negra es un cajón donde cabe todo. Ya sea Chandler, Ellroy, Vázquez Montalbán o Juan Madrid. No estamos en la luna, estamos en Madrid y pasa lo que leemos en los periódicos
-El año es clave, 2011: campaña electoral; Mourinho –un personaje cuyas formas y maneras marcaron al Club- se ha convertido en el hombre mediático; son días de épica galáctica, tan dada a la billetera y los rascacielos…
-El futbol no diré que es un pretexto, es un contexto, pero quiero ir más allá de eso. En la novela se cuestan goles reales. De hecho, todo lo que ocurre futbolero es real…
-Y lo no futbolero también.
-Pero me refiero a los resultados deportivos. Si Benzemá mete un gol u Özil hace un contraataque, ambas cosas son reales. Al igual que es real la portada de El País en la que se ve a Mariano Rajoy con las cuatro torres de fondo.
-No me va a negar que usa, con nombres y apellidos, a personajes que están en el candelero. Y lo hace con una intención... ¿Cuál? Ya me dirá…
-No he escrito una novela contra nadie: Ni contra Florentino, ni contra Mourinho, ni contra el Real Madrid, ni contra Casillas… Se trata solo de utilizarlos para mis propios intereses y escribir una novela que entretenga.
-La novela como objeto de entretenimiento es, para muchos, un contrasentido… ¿Qué piensa?
-Lo que menos aporta son las etiquetas y los juicios. Qué es bestseller y qué no. El Quijote, por ejemplo, para mí es un bestseller. Es una novela y ya. Espero, sí claro, que se venda.
Esta es su primera novela. Sin embargo, da la impresión de que Juan Torca viene de atrás. Y considerando que esto parece el comienzo de una serie, ¿no le parece que empezar con el aliento Vázquez Montalbán ha sido como colocarse una soga al cuello?
-Tenía otra novela en la cabeza, El mar de Aral, que es un texto muy complejo. Tengo mucho escrito sobre ella. La desatasqué cuando la di por cerrada y decidí, en cambio, hacer que Juan Torca aterrizara en Madrid, en 2011. Espero que sea una serie de novelas, ojalá. Y de ahí que no considere una soga al cuello el homenaje a Vázquez Montalbán, porque la siguiente podría ser un homenaje a James Ellroy.
-La novela está llena de guiños literarios… uno de los compadres se apellida Marsé, el otro Krauze; un directivo se apellida Laforet. ¡Su periodista se llama Ribeyro...!
-Sí, la novela está llena de guiños literarios. Julio Ramón Ribeyro es un Dios para mí.
-Por cierto... ¿Le ha enviado la novela a Florentino?
-Todavía no –risas- acaba de salir a la venta apenas ayer.
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