Que la No-Ficción funciona mejor que la Ficción en la industria editorial es un dato relativo. Depende de quién firme el libro. No es lo mismo un Manual de resistencia (Península) con Pedro Sánchez dentro de Moncloa que fuera de ella. Esta última semana se han publicado una serie de libros que entran en el apartado de Memorias políticas. Hay quienes como el exministro José Bono ya no asombran en esa categoría, pero sí una Manuela Carmena derrotada políticamente o un Mariano Rajoy del que todos desean leer los detalles del día en que se convirtió en bolso.
Hubo libros como el Nadie es más que nadie (Espasa), del expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla, que se mantuvo más de 30 semanas entre los más vendidos. Semejantes cifras hacían pensar que los autores políticos eran rentables en sí mismos. Revilla, claro, iba ya envuelto en ese aire mediático que potenció el entusiasmo. El éxito no es igual para todos. Y eso lo saben los grupos editoriales con más músculo, que se apuntan a la publicación de libros normalmente ejecutados por 'fantasmas', que sería el caso de quien escribe el libro en nombre del autor o, como en el caso de Irene Lozano, como co-autora del Manual de resistencia de Sánchez.
Pero el problema no es quién escribe el libro. A un político le genera prestigio tener obra, acaso por ese ramalazo Winston Churchill, o porque le permite venderse de una manera distinta ante un determinado electorado. Así lo hizo Michelle Obama con un libro que se alza como superventas en todo el mundo. Lo que realmente subyace dentro de estas ediciones es la búsqueda de un éxito editorial y por ende económico, que es el caso de Revilla o del propio Sánchez con su Manual de resistencia, que sobrepasó las seis ediciones.
Existe una discusión sobre los libros políticos como fracaso comercial, pero como poderoso instrumento de lobby. Planeta tiene un amplio catálogo en la materia. A finales de 2013 José Bono publicó con ese mismo sello el primer tomo de sus memorias: Les voy a contar (Planeta). Su acogida fue más bien fría entre los lectores. Sin embargo, y a juzgar por la publicación de la segunda entrega Diario de un ministro, en cuyas páginas Bono se centra en su etapa como ministro de Defensa entre 2004 y 2006, las reediciones y reimpresiones fuero escasas.
No fue el único... José María Aznar publicó las suyas. A esas siguieron las memorias de Alfonso Guerra, en cuyas páginas el político socialista cargaba contra todo y contra todos: desde Felipe González y José María Aznar hasta Manuel Chaves o Baltasar Garzón, lo cual llevó el libro a mantenerse cinco semanas entre los más vendidos. El Grupo Planeta intentó fichar a Pablo Iglesias para incorporarlo a su catálogo, en el que ya figuran personajes como Juan Carlos Monedero con el libro Curso urgente de política para gente decente, que ya alcanzó y sobrepasó la décima edición. Eran los días en que Podemos arrasaba electoralmente.
Con unas ventas bastantes más discretas, las memorias de personajes como José Luis Rodríguez Zapatero (lo tituló El dilema. 400 días de vértigo, refiriéndose a su aparatosa segunda legislatura y su gestión de la crisis económica) o Todos los cielos conducen a España. Cartas desde un avión, un volumen que reúne la correspondencia y reflexiones políticas del entonces ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel García Margallo. Muy pocos sobrepasan los 300.000 o 400.000 ejemplares. No consiguen remontar la coyuntura política que ocasiona la publicación. Aunque el recorrido de estos libros es puntual, a menos de que los acompañe un halo mediático a lo Revilla, los editores no consiguen sustraerse al efecto directo que suelen tener en las estanterías. Cada vez menos, pero siguen presentes en los catálogos.
El espectro ideológico de los políticos travestidos en autores es amplio. Desde Esperanza Aguirre, que cuando abandonó la primerísima línea del PP publicó con Espasa -es decir Planeta- Yo no me callo, hasta Manuela Carmena, que en la campaña electoral de 2015 reeditó Por qué las cosas pueden ser diferentes, un título que había publicado el año anterior y que podría considerarse el embrión de lo que desembocó en el proyecto político de la líder de Ahora Madrid. A ese sigue este, un tanto provocador, otro que Carmena titula A los que vienen, un libro cuya ambigüedad (¿se jubila o forma otro partido?) puede animar una buena campaña política o de ventas.
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