La mañana de la proclamación de Felipe VI, el 19 de junio de 2014, se hablaba más de la derrota de España en el mundial que de la sucesión en el trono de España. La corona estaba más golpeada que nunca: los desaciertos del antiguo rey y la imputación de la infanta Cristina a raíz del caso Noos hacían mella en una institución que se caía a pedazos.
"Felipe VI lleva tiempo buscando que Cristina reconozca que ha causado un daño a la corona"
Cuando se cumple un año de semejante episodio, la periodista Carmen Enríquez presenta el libro Felipe VI, la Monarquía renovada, un volumen editado por Planeta que pretende hacer balance de la situación. Enríquez, que trabajó como corresponsal de TVE ante la Casa Real de 1990 a 2007, cree que el futuro de la monarquía en España pasa por demostrar la utilidad de esta institución. Sin embargo, al someter a examen el éxito de semejante tarea en el año transcurrido, Enríquez se vuelve generosa y hasta benevolente. Según ella, se han dado “pasos de gigante”. Bien, pero ¿cuáles? ¿y en qué dirección?
Se han hecho "muchísimas cosas en favor de la transparencia y la austeridad”, dice Enríquez enumerando genéricos que no precisa. Toca entonces precisar... ¿Eso incluye, también, la decisión de Felipe VI de despojar a su hermana Cristina del título de duquesa de Palma? “Yo creo que sí. Aunque muchos piensan que es una medida tomada rápidamente, no lo es. Felipe VI lleva tiempo buscando que Cristina reconozca que no se ha comportado correctamente y que ha causado un daño a la corona. Pero ella cree que es inocente y que es el chivo expiatorio de toda la familia. Él está demostrando su firmeza con esa decisión”, asegura la periodista. “Más que tirantez hay distancia”, responde Enríquez a la pregunta sobre las cada vez peores relaciones entre Felipe VI y Cristina de Borbón. Su valoración sin embargo sobre la actitud del rey es mucho más severa: “Es un gesto insuficiente, sí, pero la Constitución no permite tomar ninguna medida más. No puede forzar a su hermana para que haga algo más".
"Yo no creo que Spottorno sea un cínico que haga una cosa y diga otra"
Sobre el proceso preparatorio de abdicación, Carmen Enríquez destaca la importancia del papel del entonces líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien, antes de dimitir, actuó -según la periodista-, como un verdadero "hombre de Estado" para facilitar el éxito de la operación y evitar cualquier tentación republicana en su partido. Sin embargo, al ser preguntada por la tesis de la periodista Ana Romero, según quien la abdicación fue una operación preparada por Rafael Spottorno, jefe de la Casa del Rey; Félix Sanz Roldán, director del Centro Nacional de Inteligencia y el expresidente del Gobierno Felipe González, Carmen Enríquez asegura fiarse de sus fuentes y descarta por completo la tesis de Romero en Final de partida (La Esfera de los libros). “Que Spottorno sea la persona que haya presionado al Rey para que abdicara creo que es falso. No lo presionó, intentó que la abdicación fuera lo más apegado a las leyes. Yo no creo que Spottorno sea un cínico que haga una cosa y diga otra”.
En su obra, Enríquez relata con detalles poco conocidos el proceso que condujo desde la decisión del rey Juan Carlos de abdicar hasta el día en que Felipe VI toma el relevo de la Corona "en el peor momento de la institución", así como las principales iniciativas del nuevo monarca y la transformación de doña Letizia en una reina más empática. Dedica el último capítulo a analizar los retos y riesgos que afronta el reinado de Felipe VI, quien, según afirma la autora en una entrevista telefónica con Vozpópuli, debería protagonizar gestos de acercamiento a la población "más vulnerable", la que peor lo está pasando con la crisis económica, pese a que la Casa del Rey tema incurrir en iniciativas que se puedan interpretar como "populismo".
Éste, que parece tratarse de un libro que incomoda lo justo, vuelve sobre temas ya conocidos: los reparos de don Juan Carlos sobre la idoneidad de doña Letizia como Reina de España, por ejemplo. Sobre la nueva reina Enríquez asegura que "es una mujer de carácter, espontánea", quien "dice las cosas como las piensa". La autora recuerda que, ante las críticas que recibía como Princesa, llegó a mostrar conductas "completamente inapropiadas", como aislarse en las recepciones, pero cambió de actitud al saber que iba a ser Reina, dispuesta a demostrar que "no es una persona irresponsable ni frívola" y que estaba decidida a apoyar a su marido y contribuir al prestigio y la buena imagen de la Corona.
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