Cultura

El dilema de los hijos de los ochenta: levantad la mano los de la generación burbuja

Aleix Saló vuelve a repartir cera –o tinta- con Hijos de los 80. La generación burbuja, un retrato en clave de humor de aquella generación de los que crecieron y se educaron en una sociedad con viento a favor y que tenía los pulmones de un aire con el que hincharon, a gusto, la burbuja que les estallaría sobre la cabeza.

Con apenas 29 años, Aleix Saló se convirtió en un "gurú económico". Aquello le pareció a él una señal casi apocalíptica. “Así estarán de mal las cosas... Cada vez que lo pienso, me dan ganas de salir corriendo de mí mismo”, decía en 2012 el autor de Españistán y Simiocracia. En ambos libros, el joven ilustrador y autor de cómic catalán empleó conceptos muy sencillos para cuestionar lo que entonces todos pensaban y sirvió de gasolina para encender el espíritu de la calle: un simio lo haría mejor que cualquiera de los banqueros, gestores y políticos que nos trajeron hasta aquí.

En esta ocasión, Saló vuelve a repartir cera –o tinta- con Hijos de los 80. La generación burbuja (DeBolsillo), un retrato en clave de humor de aquella generación de los que crecieron y se educaron en una sociedad con viento a favor y que tenía los pulmones llenos del aire suficiente para inflar, a gusto, la burbuja que les estallaría sobre la cabeza. La reforma educativa, la cultura popular, el ocio, la emancipación o la entrada en el mundo laboral son algunos de los temas que Sailó escoge para acercarse con su alfiler y pinchar, con extremada ironía, el jabonoso globo de los tiempos pasados, que todavía arrancan suspiros a muchos.

Un retrato en clave de humor de aquella generación que pensó que todo aquello sería para siempre

Se permite Aleix Sailó el guiño de la risa que hace las cosas menos amargas. Aquellos que nacieron en los ochenta y que crecieron marcados por Naranjito, Bola de Dragón o el Equipo A. En definitiva, todas aquellas cosas que hicieron que los ochenta fueran los ochenta. Sailó sin embargo, no se encasilla. Sus dibujos son capaces de hablarle a todos. Simiocracia (2012) lo buscaban por igual jóvenes y profesionales adultos, jubilados y estudiantes de secundaria, incluso hasta funcionarios públicos. “Sé que algunos profesores de secundaria han mandado a leer el libro y aquí en la feria, han venido personas que trabajan para el Ministerio de Economía a pedirme que firme el libro”.

Fue ése, justamente, el atributo que le dio tan buena acogida cuando comenzó a publicar sus viñetas en el diario Público o cuando, en 2011 –el año del 15M-, se dio a conocer con Españistán. Aquel libro fue recibido con entusiasmo por los políticos socialistas, quienes blandieron el libro contra los populares y la administración de José María Aznar, quien aparecía criticado y caricaturizado en el libro.

En el siguiente, Simiocracia, a los socialistas no debió de hacerles tanta gracia. El asunto no es que no le preocupe a Saló; simplemente, es lo que hay. “Lo hice también un poco aposta, se me asoció en ese entonces a los socialistas por la crítica a Aznar pero yo lo que intento es arrimarme a la sensatez y en un momento, como dicen los ingleses, de intoxicación, intentar contar lo que ha pasado”. Sin duda, y a juzgar por lo que ya ha hecho, Hijos de los 80. La generación burbuja promete.

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