No ocurre en la Sevilla del XIX invadida por Franceses, sino en la España de los años setenta. No es el mito de la cigarrera cual clavel en el ramillete de color local, sino una versión adelgazada de exotismo... y banderas. No es sólo el arrebato de don José y su navaja celosa, es la sinrazón y violencia opuesta a la libertad y libre albedrío. Así es la Carmen de Georges Bizet (1838-1875) dirigida por Calixto Bieito que el Teatro Real ha elegido para celebrar los 20 años de su reapertura tras haber permanecido durante 75 años como teatro de ópera; y, por supuesto, los dos siglos de su inauguración.
Entre los días 11 de octubre y 18 de noviembre el Teatro Real ofrecerá 18 funciones de Carmen dirigida por Calixto Bieito, un polémico montaje que ha arrancado aplausos y críticas desde su estreno en el Festival de Peralada, en 1999. Tras esa fecha ha sido presentada en más de 30 teatros de Europa y América, una de las más recientes en el Teatro de la Ópera de París, en marzo de este año. "Es la mejor Carmen que se ha hecho, un clásico de la operística del siglo XXI", ha dicho este lunes Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, quien llevó el montaje de Bieto al Liceu, en el año 2000, y que retoma en la temporada lírica madrileña tras su inicio con Lucio Silla, de Mozart.
Calixto Bieito, a quienes algunos se refieren como un Quentin Tarantino o Martin Scorsese, aleja la ópera de Bizet del enfoque pintoresco
El director español Calixto Bieito, uno de los más internacionales (y polémicos) de la escena actual y a quienes algunos se refieren como un Quentin Tarantino o Martin Scorsese, aleja la ópera del enfoque pintoresco y traslada la trama a Ceuta durante los años 70, un espacio fronterizo donde crecen el contrabando y la marginación, y en el que le la situación de los protagonistas se presenta con su desgarro original. Basada en la novela de Prosper Mérimée, Carmen fue compuesta por Georges Bizet y estrenada en París, en 1875, cuando el público rechazó su drama y lo despidió entre abucheos. Bizet murió tres meses después, a los 36 años, decepcionado con la mala recepción de su ópera, sin intuir que su Carmen, se convertiría, como aseguran los especialistas, en la precursora del verismo italiano y una de las más representadas del repertorio.
La fuerza primitiva de la acción en el relato civilizador de quien se encuentra con lo extraño ('el otro') creado por Mérimée y recuperado por Bizet mantiene su fuerza original al elegir España en su territorio más fronterizo. "Podría ser perfectamente Ceuta, donde españoles y árabes viven en una violencia latente que enmarca este relato. Bieito nos explica Carmen con toda su crudeza y entendemos por qué generó tantas críticas en su estreno", asegura Joan Matabosch. Al ser estrenada como una Ópera cómica, el público no encontró dioses o reyes sino personajes de la calle: un bandolero, don José, y la gitana Carmen, cuyas historias poseen un desenlace rudo, marcado con la brutalidad de sus personajes, asegura su director musical Marc Piollet, especialista en la ópera de Bizet, cuyo mayor rasgo es la alternancia entre partes cantadas y dialogadas. "Carmen no tiene arias, tiene naciones", explicó Piollet.
La fuerza primitiva del relato civilizador en su encuentro con lo extraño, con 'el otro', creado por Mérimée y recuperado por Bizet, mantiene su fuerza original
En este montaje de Calixto Bieto en el Teatro Real los disfraces folcloristas de Bizet dejan paso a los uniformes militares -concretamente, el de la Legión-, cuyo efecto resulta más directo en la propuesta escenográfica de Alfons Flores. El conjunto de los cuatro actos transcurre en un decorado de elementos simples: una gran bandera, una cabina telefónica o un toro de Osborne. A lo largo de 18 años, el decorado inicialmente previsto para la versión de Peralada y Maastricht ha ido adaptándose a las características de cada teatro: desde el Gran Teatro del Liceu, la Ópera de San Francisco, la English National Opera hasta la Ópera de París. En la versión que se representará hasta el 18 de noviembre en el teatro Real se han "ajustado" algunos elementos, según Matabosch. Por ejemplo, la rojigualda pierde el protagonismo escénico de otras versiones del mismo montaje en determinadas escenas: la estampa de una prostituta que toma el sol con una bandera a modo de toalla. También en la cita del cuadro de Delacroix La libertad guiando al pueblo, en el segundo acto.
En la versión que se representará hasta el 18 de noviembre en el teatro Real se han "ajustado" algunos elementos, según Matabosch. Las banderas son una de ellas
Las autoridades del Teatro Real ha intentado quitar hierro a la modificación de las apariciones de la bandera de España en el montaje que se estrenará el 11 de octubre. "No ha habido negociaciones para los ajustes. Sabemos que estamos en un máximo clima de tensión política. Aquí ha habido un trabajo profesional de enorme responsabilidad", respondió Gregorio Marañón, presidente del Teatro Real, ante la insistencia de la prensa.
Desprovista de tópicos no significa afeitada de intensidad, Calixto Bieito demanda a los cantantes y al coro una interpretación visceral, en que la seducción, la pasión, el sexo, el maltrato, la humillación, el machismo, los celos y la sinrazón llegan al espectador con una violencia emocional. Recupera el elemento pasional, dotándolo de una iconografía que apela a la plasticidad en la que los matadores torean desnudos bajo la luz de la luna, como dijo alguna vez haber hecho Juan Belmonte a Manuel Cháves Nogales, y en la que el factor piel empuja a una sensualidad menos sobreactuada y costumbrista, más tendiente a lo trágico que a lo festivo.
Tres repartos darán vida a la ópera de Bizet, encabezados por las mezzosopranos Anna Goryachova, Stéphanie d'Oustrac y Gaëlle Arquez (Carmen), los tenores Francesco Meli, Andrea Carè y Leonardo Caimi (Don José), las sopranos Eleonora Buratto y Olga Busuioc (Micaëla) y los barítonos-bajo Kyle Ketelsen y Vito Priante (Escamillo) que, con el resto del elenco y el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, actuarán bajo la dirección musical de Marc Piollet, experto en el repertorio decimonónico francés.
Actividades
6 de octubre, a las 20.15 horas | Teatro Real. Sala Gayarre
Enfoques. Debate en torno a Carmen, de Georges Bizet, con Marc Piollet (director musical) e Ives Lenoir (realización de la dirección escénica), que estarán acompañados por Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real.
17 de octubre, a las 19.00 horas | Museo Nacional del Romanticismo
Conferencia alrededor de Carmen
21 de octubre, a las 11.00 horas | Institut Français
Taller creativo alrededor de la producción.
Carmen: imaginar, dibujar crear... como un verdadero artista.
En francés (todos los niveles) para niños de 4 a 8 años
22 de octubre, a las 12.00 horas | Teatro Real, sala principal
Los domingos de cámara
Obras de Darius Millaud, Maurice Ravel, Ernest Chausson y Claude Debussy
Solistas de la Orquesta Titular del Teatro Real
17 de octubre | Real Academia de la Historia
Coloquio en torno a Carmen con Carmen Iglesias, Enriqueta Vila Vilar y Juan Pablo Fusi.
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