Cultura

La Operación Market-Garden: el fracaso de la aerotransportada aliada

La ofensiva se saldó con 15.000-17.000 bajas americanas, británicas y polacas, incluyendo a los 6.000 paracaidistas que se rindieron en el puente de Arnhem

Paracaidistas aliados descendiendo sobre Holanda

¡Francia y Bélgica liberadas! Con el éxito de la Operación Overlord y las posteriores ofensivas para liberar París, Bruselas y Amberes, los Aliados dirigen sus esfuerzos a su próximo objetivo: Holanda. La captura de este territorio permitiría a estadounidenses y británicos quedarse a las puertas de la mismísima Alemania. La Wehrmacht y la Luftwaffe, luchando ya en tres frentes distintos, pierden territorio progresivamente quedando cada vez más cercadas; la Unión Soviética por el este y los ejércitos americano y de la Commonwealth por el sur y el oeste.

Los aliados, con el fin de acercar la guerra a su término, idean un arriesgado plan, cuyo objetivo es el de lanzar un ataque quirúrgico a través de Holanda con el que ser capaces de sortear las defensas de la Línea Sigfrido por el norte y atravesar el Rin, atrapando con esta estrategia al XV Ejército alemán desplegado entre Arnhem y la costa del lago Ijsselmeer. Con esta victoria, el final de la guerra quedaría más cerca.

Ideada por el comandante en jefe británico, el mariscal Bernard Law Montgomery, célebre por su victoria en la campaña del norte de África, la 'Operación Market-Garden' tenía como objetivo hacerse con el control de una estratégica carretera que conecta Bruselas y Arnhem (actual Países Bajos), abriendo un perfecto corredor a través de las defensas alemanas que permitiría a los soldados aliados cruzar el Rin.

Operación conjunta

Dwight D. Eisenhower estaba siendo presionado por le gobierno de los Estados Unidos para movilizar a las tropas aerotransportadas que estaban reagrupadas tras el Día D y la batalla de Caen. Este grueso de soldados formaba el Primer Ejército Aerotransportado aliado, compuesto de dos divisiones británicas y otras tres estadounidenses.

Este ejército, junto a la 1ª Brigada Independiente de Paracaidistas polaca, permanecía parado a la espera de nuevas órdenes, tras una serie de misiones canceladas en las que estaba previsto que participaran. El plan de Montgomery pretendía emplear estas desaprovechadas tropas. Además de asegurar un corredor entre Bélgica y Holanda aislaría las rampas de lanzamiento de los cohetes V-2 alemanes que bombardeaban la costa sur de Inglaterra.

Aviones C-47 siendo cargados con suministros, equipo, munición y tropas antes de despegar

Para ello, las fuerzas aliadas movilizan 41.000 paracaidistas con la intención de capturar los puentes que delimitan la ruta (operación con nombre en clave Market), coordinados al mismo tiempo con el avance por carretera de varias divisiones acorazadas británicas (operación con nombre en clave Garden). Juntas, ambas ofensivas, tenían como objetivo enlazar la liberada Bélgica con Arnhem, una de las principales ciudades holandesas próximas a la frontera alemana.

Despliegue sobre Holanda

Mañana del 17 de septiembre de 1944, Holanda se despierta con el cielo cubierto, pero esta vez no serían nubes sino miles de paracaidistas y planeadores que continuamente aterrizan sobre suelo ocupado. Unas horas antes, cientos de aviones despegaban de los aeródromos del sur Inglaterra, una flota aérea que incluía aeroplanos llenos de paracaidistas y planeadores cargados con jeeps y munición, además de cañones antitanque ligeros de 57mm con los soldados aliados harían frente a los famosos Panzers alemanes (Panzerkampfwagen IV), entre otros carros de combate de las fuerzas de la Wehrmacht. El objetivo principal de la invasión aliada es el puente sobre el Rin en Arnhem -aquel puente lejano- y la toma de este enclave fue confiada a las divisiones aerotransportadas británicas y polacas; mientras que los cruces más al sur del Rin, en Eindhoven y Nimega, serían atacados por los paracaidistas americanos.

El principal riesgo de esta misión, era el salto a plena luz del día siendo los paracaidistas y sus aviones un objetivo fácil para los cañones antiaéreos alemanes. Pese a este peligro, la luz del sol también fue una ventaja para las fuerzas aliadas, ya que les permitió agruparse rápidamente en los puntos de salto y comenzar la ofensiva directamente sobre objetivos, los puentes sobre el Rin.

La operación empezó bien para los aliados; los americanos en el sur con la 82º División comandada por James M. Gavin logró apoderarse de los cruces en el sector de Nimega al mismo tiempo que la 101 aerotransportada ocupó la pequeña localidad de Eindhoiven. Pero fue a partir de este momento cuando la situación se complica para las tropas aliadas. En una maniobra desesperada para que estadounidenses y británicos no llegaran tan fácilmente, explotaron los puentes sobre el canal Wilhelmina.

Los C-47 aliados vuelan sobre Gheel en dirección a Holanda

La peor parte se la llevaron los británicos y polacos en Arnhem, quienes se toparon con una inesperada resistencia por parte de las fuerzas alemanas, fortalecidas por la 2ª División Panzer de las SS, que fue ignorada por los servicios secretos de inteligencia aliados, pese a que la resistencia dio aviso de su presencia. Únicamente el 2º Batallón del coronel inglés John Frost logró llegar hasta el extremo del puente norte donde acabó cercado por los soldados alemanes. Los paracaidistas británicos se vieron totalmente aislados del resto de fuerzas desplegadas y de su retaguardia, ya que durante la operación las radios fallaron, viéndose forzados a utilizar las rudimentarias palomas mensajeras para comunicarse con el grueso de las fuerzas aliadas.

La situación para las tropas de la Commonwealth empeoró, no disponían de aviones que les prestaran apoyo, obligando a más de la mitad de los efectivos a permanecer en tierra hasta que las aeronaves regresaran del primer salto y fueran desplegados en una segunda oleada, que fue recibida por los antiaéreos alemanes diezmando sus fuerzas antes de llegar a tierra. Los soldados polacos se vieron forzados a permanecer en tierra por esa falta de aviones y la niebla inglesa que impidió el despegue de las aeronaves hasta tres días más tarde, cuando los alemanes ya estaban prevenidos gracias a la captura de varios mapas detallando los movimientos de las tropas durante la operación.

Un puente lejano

En Arnhem, los paracaidistas británicos resistieron con valentía a pesar de estar cercados y con escasa munición, ya que habían perdido las zonas de salto donde recibirían suministros a través de planeadores para continuar con la operación. El cerco se estrecha cada vez más, y lo primero que se les agotó a las tropas aerotransportadas fueron los proyectiles antitanque, aunque poco podían hacer contra los Panzer.

Los soldados británicos recibieron refuerzos -tardíos- con los paracaidistas polacos, permitiéndoles aguantar brevemente la posición junto al puente, pero para el día 25, los temidos 'Tigers' (Panzerkampfwagen VI Tiger Ausf. E) rompieron las líneas y capturaron a los soldados. Únicamente 2.000 soldados pudieron cruzar el Rin y salvarse del yugo alemán.

Transporte británico 'Lloyd Carrier' siendo atacado al comienzo de la ofensiva a Eindhoven

El grupo de Frost, el único que había llegado al puente capituló el día 20 de septiembre cuando un disparo de mortero hirió al propio John Frost. Mantuvieron la posición durante tres días con continuos asaltos alemanes para recuperar el enclave; sufrieron 81 bajas y varios centenares de heridos.

"La carretera del infieron"

Al mismo tiempo que los paracaidistas perdían cada vez más terreno quedando cercados en Arnhem, al sur comenzaba el asalto de carros de combate, con una bombardeo previo de artillería diezmando las defensas alemanas en la frontera belga. Las columnas de blindados, encabezados por los regimientos de guardias reales, arrancaron su avance la tarde del 17 de septiembre, pero vieron truncado su avance al llegar a Eindhoven encontrando que no había puentes por los que cruzar el Rin.

Blindados Sherman de fabricación americana de la Guardia Irlandesa

La situación obligó a actuar al cuerpo de ingenieros quienes debieron hacer uso de vehículos blindados preparados para desplegar puentes provisionales y llamar a vehículos anfibios con los que cruzar el río. La ofensiva sufrió un retraso de dos días permitiendo a los alemanes reagruparse y reaccionar al ataque aliado; iniciándose un contraataque general sobre las zonas de salto de las tropas aerotransportadas y el corredor abierto por tierra que acabó por ser bautizado como la “carretera del infierno”.

Tan pronto como los ingenieros desplegaron el puente, el avance de los carros de combate continuó, reanudando la ofensiva en el flanco sur dos días más tarde al comienzo de la operación. Gracias a la cobertura de los carros de combate Sherman y Cromwell los paracaidistas de la 101 lograron alcanzar Nimega, reagrupándose cerca de sus compañeros y posicionándose a escasos 400 metros del puente de Arnhem. La ofensiva terrestre también fue detenida por las fuerzas alemanes quienes tras un férreo contraataque lograron hacer retroceder a los americanos a la ciudad, cercando definitivamente a los paracaidistas británicos y polacos.

Blindados Sherman de fabricación americana, modificados por los británicos, de la Guardia Irlandesa

Resultado

En total, la operación Market-Garden se saldó con 15.000-17.000 bajas, incluyendo a los 6.000 paracaidistas que se rindieron en el puente de Arnhem. En el bando del Eje, la Wehrmacht se estima que perdió entre 6.000-9.000 soldados, además de unos 500 civiles holandeses fallecidos. Esta operación supuso un duro revés para la ofensiva aliada en el oeste, retrasando su llegada a Alemania.

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