En el verano de 2020, en plena pandemia, cuando cada película o cada serie que llegaba a una plataforma era un acontecimiento que venía a sustituir o reemplazar la experiencia de la sala de cine, llegó a Netflix la película Orígenes secretos, una suerte de thriller con superhéroes y con algunos toques de humor ambientado en España con sabor castizo y una curiosa mirada al mundo del cómic. Su director, David Galán Galindo, adaptaba así su novela homónima y se posicionaba como uno de los cineastas más refrescantes con este debut en el largometraje.
Ahora, y después de codirigir los dos largos de animación Gora Automatikoa uno y dos, lleva a los cines Matusalén, una comedia que parte de una premisa para muchos familiar: un cuarentón que envejece y que, sin embargo, no madura. El "Alber", interpretado por Julián López, es un rapero que sigue viviendo en casa de su abuelo, donde tiene en su habitación un estudio preparado para grabar la canción definitiva que partirá la pana en la escena hip hop.
Sin embargo, de un día para otro, se ve obligado a regresar a casa de sus padres y empezar una vida más incómoda, en la que se verá forzado a empezar a estudiar una carrera en la universidad para mantener el techo. Matusalén llega este viernes a los cines después de haberse presentado en la reciente edición del Festival de Málaga.
Galán Galindo describe a su personaje como un "Marty McFly", el protagonista de la trilogía de Regreso al futuro, que "no ha aprendido nada" y que se desarrolla "contra todos los manuales de guion", porque en lugar de cambiar, "se mantiene con más fuerza si cabe". De alguna forma, este personaje habla del propio director, un "rapero de los que bajaba al parque con el loro al hombro", tal y como ha señalado durante una entrevista a Vozpópuli.
El "Alber", admirado en otro tiempo y que en la actualidad tiene la impresión de seguir molando, se ve obligado a enfrentarse a las nuevas generaciones, un enfrentamiento simbólico entre la generación X a la que pertenece el protagoniza y la generación Z de sus compañeros de universidad. En este sentido, lo que más le ha sorprendido al director de Matusalén es que, mientras que en otro tiempo "los jóvenes han sido los transgresores y los mayores los carcas", ahora tiene la sensación de que es al revés y de que "son más puritanos que los mayores". "La historia es cíclica pero es un giro de los acontecimientos que no vimos venir", agrega.
"Mis dos grandes pasiones son los cómics y el rap, y parece que la sociedad se empeña en que las dos tengan fecha de caducidad, que no puedes leer en el metro cómics de Spiderman, sino el Expansión"David Galán Galindo, director
Sin embargo, más allá de crisis de edad o de contrastes generacionales, Matusalén reflexiona también acerca de todos los sacrificios que asumió la generación anterior al renunciar a sus aficiones o sus gustos, en la mayoría de los casos para criar a sus hijos. "Somos la primera generación que no está dispuesta a hacer eso, que sigue haciendo lo que le gusta. Mis dos grandes pasiones son los cómics y el rap, y parece que la sociedad se empeña en que las dos tengan fecha de caducidad, que no puedes leer en el metro cómics de 'Spiderman', sino el Expansión".
"Por su puesto no puedes ir con la capucha, ni con cadena ni con las Air Jordan", señala Galán Galindo, que pone el foco en cómo algunos raperos que ya están empezando a cumplir una edad, como Kase O o ToteKing, en todas las entrevistas les preguntan si se ven rapeando con 50 o 60 años. "Me hierve la sangre porque no se lo preguntan a Sergio Dalma o a Sabina. Ven el rap como algo de chavales", lamenta.
'Matusalén' y el universo chanante
Galán Galindo ha destacado que el mundo del hip hop siempre ha tenido en buena estima a los componentes del universo chanante, uno de los motivos por los que contó con Julián López como protagonista de Matusalén, pero también con Raúl Cimas como su mejor amigo, y Carlos Areces como antiguo compañero que trabaja en la universidad en la que regresa a los estudios. Juntos, protagonizan una de las escenas memorables de esta película, en la que el protagonista rapea mientras Cimas baila y Areces hace de dj.
"En nuestra cabeza siempre han estado juntos, pero llevaban sin coincidir desde el programa Museo Coconut, unos 10 años, y además en cine no habían coincidido nunca. Tienen cada uno su estilo de comedia, los tres son muy distintos, no parecen de la misma escuela. No sé qué pasa con los chanantes que los raperos les hemos respetado siempre mucho, porque nos parecía que lo hacían desde el respeto y por eso me acerqué a su universo", cuenta Galán Galindo.
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