Cuando Donald Trump se enfrentó a Hillary Clinton, en las elecciones de 2016, la inmensa mayoría de actores, músicos y celebridades de Estados Unidos se posicionaron de parte de la candidata demócrata. Lo mismo ocurrió poco antes con el Brexit, en el que la farándula artística y deportiva optó en bloque por el "Remain". Abundan los manifiestos, manifestaciones y ruedas de prensa rechazando a el soberanismo -al que llaman 'extrema derecha'-, pero la eficacia de las celebridades es cada vez más estéril. ¿Estamos ante una coreografía impotente, una versión desenchufada de los debates militantes del siglo XX? La rueda de prensa de Mbappé en la Eurocopa rechazando "los extremos" (suponemos que a Marine Le Pen y a Jean-Luc Melénchon) es el último capítulo de la saga.
Compañeros como Dembelé, Giroud y Thuram también han llamado al voto masivo para que no se repitan los resultados de las europeas. También Thierry Henry y el entrenador de la selección, Didier Deschamps. Por lo visto,los franceses votan mal y tienen que venir los ricos a corregirlo. Seguramente estamos ante el mayor posicionamiento de una selección deportiva contra la soberanía nacional de su país. Resulta llamativo que ningún medio (o casi ninguno) comente que tanto Mbappé como Dembelé llevaron en las camisetas del París Saint-Germain publicidad del Qatar, un régimen homófobo y misógino que restringe los derechos de los homosexuales, las mujeres y en general la libertad de expresión. ¿Por qué Mbappé no ha denunciado nunca nada de esto? ¿El despotismo es menos despotismo cuando tú cobras millones de los déspotas?
Otro factor decisivo es la estrecha relación de Mbappé con el presidente Emmanuel Macron, que durante años le ha mimado y convencido de que permanezca en la Ligue 1 francesa. Le interesa tenerle cerca porque el presidente lleva años utilizándole como mascota cultural. Es mucho más fácil cincelar la imagen de un futbolista y venderle como símbolo de la Francia multicultural que solucionar los problemas que las 'banlieue' (barrios periféricos), saturados de delincuencia y desarraigo. La jugada de Macron para las olimpiadas de París era juntar a unos cuantos iconos multirraciales para intentar vender al mundo lo que ya no le compran en su país, pero el voto popular le estropeó el plan.
Mbappé y el globalismo
Las jóvenes estrellas son así: recordemos a Rosalía en un jet privado vestida de Louis Vuitton y posteando en su Instagram "Fuck Vox". Damos demasiada importancia a posicionamientos de estrellitas cuyas opiniones sobre asuntos relevantes casi nadie se toma en serio. ¿Qué importa que Piqué diga en una entrevista que está a favor de un referéndum por la independencia si luego pasea por un campo de fútbol con su hijo y él enfundados en la camiseta de la selección española? ¿Por qué molesta tanto que Carvajal invite a un palco a Santiago Abascal si tiene todo el derecho? ¿No debería ser más importante el abrazo que se dio con Yamine Lamal como símbolo de una España donde conviven personas de todo tipo? Guiar nuestras decisiones políticas por lo que diga un futbolista de élite no parece un plan sensato. El fútbol debería servir para unir países, no para señalar al vecino que está votando.
En 2022 Mabppé pidió que la identidad del PSG fuese "más francesa", incómodo con los jugadores latinos
En las horas posteriores a la rueda de prensa de Mbappé,las redes sociales dejaron en evidencia a la estrella millonaria. La web TyC Sports publicó en 2022 que una de las condiciones que puso Mbappé para quedarse en el PSG era darle una identidad "más francesa" al equipo. El campeón del mundo con Francia en Rusia 2018 quería más compatriotas en el vestuario y ese fue motivo de "la marcha del argentino Angel Di María y de las dificultades de Mauro Icardi, a quien Galtier le dijo que no le tendría en cuenta, y Leandro Paredes, que empezó a mirar ofertas". La llegada de Messi y Neymar no arregló las cosas. A Mbappé le molestaba la abundancia de latinos.
Sobre su aterrizaje en Madrid, ha trascendido que Mbappé vivirá en un chalé de once millones de euros en La Finca, la urbanización con mayor seguridad de la Comunidad de Madrid. Allí todas las calles son privadas, evitando los riesgos que sufren las zonas de aluvión migratorio de la Europa actual.
