Te van a decir que PSOE y Junts no han pactado el referéndum, sino una mesa para hablarlo. Pero tú sabes como yo que de ahí saldrá algún tipo de autodeterminación, que nos dirán que es democrática, sostenible y que huele bien. Te van a decir que el arreglo es democrático porque lo han votado 12 millones de personas. Entonces, ¿para qué queremos una Constitución? ¡No hay límite a lo que decida la mayoría!
Te van a decir que es constitucional. Digámoslo de una vez: en la Constitución ya cabe hasta el timeline de Pedro Sánchez en Twitter: “Ser malos!”. Basta con ponérselo a Pumpido padre encima de la mesa y que asienta con gravedad. Vamos a ver que dentro de unos meses o unos pocos años, la doctrina del TC será contraria a la letra de la Constitución. Pero es que es así como la entienden: como una coartada, no como un consenso de mínimos para evitar la ruptura civil.
Te van a decir que todo esto es para mantener unida a España. España ya estaba moribunda, pero el acuerdo firmado la abre en canal. Y no la rompe, en primer lugar, por Cataluña, sino por el centro de la nación, ya que expulsa del nuevo acuerdo político a la mitad del país. Todo lo que se contiene en el documento, desde lo consumado (la amnistía) hasta lo incubado (la autodeterminación, la confederación y el concierto fiscal para Cataluña) se hace de espaldas y con el rechazo de la derecha. Elementos esenciales del pacto de 1978 están siendo sustituidos porque el PSOE tiene que seguir en el poder. Es más: el lamentable texto responsabiliza a la derecha (¡a la nacional, por supuesto!) del conflicto catalán. Es evidente que el nuevo régimen que se avecina es exclusivista: los de derechas serán tratados como súbditos e insultados como fascistas. Vamos, lo mismo que ahora pero más.
Los votos de los catalanes decidirán el gobierno nacional, pero nada que se decida en el Congreso afectará a Cataluña
Te van a decir que es todo muy progresista, pero vamos directos hacia la explotación de España por parte de las élites nacionalistas. La secesión no es el escenario más probable, porque todo esto se hace para que el PSOE siga en el poder, y eso será imposible si Cataluña y País Vasco salen de España: a Sánchez le faltarían los votos y las alianzas. Lo que viene es algo peor: la confederación con Cataluña y País Vasco como naciones libres asociadas. Los votos de los catalanes decidirán el gobierno nacional, pero nada que se decida en el Congreso afectará a Cataluña. Los indepes ordeñarán la vaca española cada vez que necesiten leche. Ellos recaudarán y se quedarán sus impuestos, pero sus deudas las pagaremos todos. A cambio, el PSOE seguirá gestionando este edén progresista.
Defiende tu dignidad
Te van a decir que es para mantener las políticas sociales. No perdamos el tiempo explicando que España está en una evidente decadencia económica y social y que el Gobierno trata de disimular sacando del cesto de las estadísticas pequeñas cerezas sin carne. No es lo esencial. Lo esencial es que, sin nación, España será un mero contenedor de individuos sin más vínculo que el que cada uno tenemos con cualquier otro ser humano (salvo que se considere como vínculo el resentimiento que nos va a acompañar durante mucho tiempo). Se estará negando cualquier rastro de fraternidad, solidaridad o caridad, cualquier obligación recíproca. ¿Qué se puede construir en estas condiciones? ¿Qué futuro nos espera?
Te van a decir que no aceptas el resultado electoral. A eso ni contestes, no vale la pena. Sal a la calle y defiende tu dignidad y a tu nación.
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