Cultura

Miguel Zugaza: "Los museos deben estar al servicio de la sociedad pronto"

El director del Museo de Bellas Artes de Bilbao ofrece en esta entrevista nuevos puntos de vista para pensar la Cultura y mirar la crisis del coronavirus con una perspectiva más amplia 

Una pintura de José de Ribera retrata nuestro tiempo, cuatro siglos antes. El lienzo reproduce la escena de la curación de las santas mujeres del cuerpo herido de San Sebastián. El cuadro, de dos metros de ancho por casi dos de largo, es una de las joyas de colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao y que su director, Miguel Zugaza, elige como metáfora de estos días en los que una epidemia tiene a la mitad de la humanidad confinada. Las mujeres de Ribera hacen lo que los médicos de hoy: asistir, aliviar el dolor de otros.

Miguel Zugaza ha sido el director más joven del Museo del Prado y el que más ha durado en el cargo: quince años. Desde marzo de 2018 dirige el Museo de Bellas Artesde Bilbao, institución de la que ya había sido responsable entre 1995 y 2001, antes de asumir las riendas de la pinacoteca madrileña. Su llegada a la institución coincidió con los 110 años del museo bilbaíno, que Zugaza consiguió mostrar al público una colección de 14.000 obras. Lo hizo con una aire nuevo.

Si alguien conoce cómo gestionar una institución cultural es él. Zugaza llegó al Museo del Prado con 37 años. Bajo su gestión se impulsó la Ley del Prado, aprobada en el año 2003 y que dotaba al museo de mayor autonomía económica y programática. Se creó el Campus el Prado y se renovó el sistema de iluminación. Impulsó y completó la obra de ampliación del claustro de la iglesia de los Jerónimos, incluida como parte de la pinacoteca. Invirtió en la capacidad de autogestión del Museo, para fortalecerlo en tiempos de carestía.

Para Zugaza, cuanto antes se pongan en marcha los museos al servicio de la sociedad, mucho mejor. La ciudadanía necesita recuperar sus espacios de belleza. Habrá que ser pacientes, asegura. Los museos son lugares seguros que pueden garantizar protocolos para conseguirlo, siempre que se haga de forma correcta. La institución que dirige ya está trabajando en una propuesta al respecto.

La forma de compartir, disfrutar e incluso crear cultura pasa por lo público, por la reunión. ¿Cómo afecta la covid-19 la concepción de lo cultural?

La cultura y el arte forman parte de la vida y no tengo ninguna duda de que la vida va a encontrar de nuevo su camino. Lo que nos está pasando no es una simple interrupción, pero tampoco es el apocalipsis. Espero que sirva para detener un poco el ritmo desenfrenado de consumo y destrucción del entorno de la sociedad actual. Y, sobre todo, espero que se vea por encima de todo la victoria moral que ha significado detenerlo todo para proteger a los más vulnerables.

¿Cree que las personas podrían ‘desaprender’ la visita a los museos? ¿Qué baste visitarlos por Internet?

Los verdaderos amantes del arte están deseando volver al museo para reencontrarse directamente con las obras de arte. Ninguna experiencia digital sustituye ese encuentro emocionado y memorable con las obras originales. Al mismo tiempo, es cierto que la experiencia digital ha ocupado un lugar protagonista durante este confinamiento. Hay museos, como el Prado, que lo han hecho fenomenal. El peligro está en trasladar a la sociedad que el arte y la cultura es una forma de entretenimiento cuando debe entenderse como un ejercicio de adquisición de conocimiento y de libertad crítica.

"Nosotros ya nos estamos preparando y abriremos de forma coordinada"

¿Ve posible que los museos abran a partir del 26 de mayo? En el caso del Museo de Bellas Artes de Bilbao en concreto, ¿lo cree así?

Me gusta la idea de que los museos se entreguen al servicio de la sociedad tan pronto. Somos lugares muy seguros y podemos garantizar las medidas que nos propongan las autoridades sanitarias. Nosotros ya nos estamos preparando y abriremos de forma coordinada cuando lo anuncien las instituciones. Tenemos que mostrarnos muy accesibles como lugares maravillosos para el reencuentro social y afectivo. Al principio, hasta el Prado será un ‘museo de barrio’. Tendremos que ser pacientes con el público, esperando que recuperen la confianza y vuelvan a visitarnos.

¿Qué experiencia europea podemos rescatar como un punto de partida en lo que a cultura se refiere?

Me gustó mucho la decisión del alcalde de Berlín de que los museos y las librerías eran lo primero que la sociedad podía recuperar en la vuelta a la normalidad. 

La relación con la muerte, la enfermedad e incluso nuestra propia idea de la cercanía está sometida a una situación inesperada ¿Qué precedente cultural existe para esta crisis?

Me acuerdo siempre de la coletilla que incluía Forges en sus viñetas “Acuérdate de Haití”. El hombre tiene una gran facilidad para la desmemoria. Solo hace falta mirar a nuestro alrededor para encontrarnos con nuestras contradicciones y olvidos. Nuestra falta de hospitalidad con los refugiados sirios es uno de los más sangrantes.

"Tendremos que ser pacientes con el público, esperando que recuperen la confianza y vuelvan a visitarnos"

¿Qué papel ha tenido el Gobierno central, a través del Ministerio de Cultura, en las medidas de apoyo a la cultura? 

La cultura todavía no se había recuperado de los recortes tan dramáticos de la crisis anterior y ahora llega esta aún más incierta. Todos los gobiernos se enfrentan a algo inédito y es difícil acertar, pero la única manera de hacerlo es con profesionalidad y colaboración, especialmente en Europa y España. La dimensión de la crisis va a obligar a más de una batería de medidas, y los presupuestos de los próximos años. 

De la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao, ¿cuál cree que expresa mejor el espíritu de estos tiempos?

Una de sus obras maestras es un gran lienzo de José de Ribera que reproduce la escena de la curación de las santas mujeres del cuerpo herido de San Sebastián, una escena de caridad cristiana que se ha repetido en muchos hospitales y centros de salud del mundo. El cuadro fue de la colección real y Velázquez lo eligió, entre otros, para formar parte de la decoración de El Escorial. La historia contemporánea ha querido que termine en Bilbao y que sea hoy el emblema más elocuente de la solidaridad que ha presidido positivamente el trabajo de tanta gente, de todos esos “santos de la puerta de al lado” de los que ha hablado el Papa.

José de Ribera.  San Sebastián curado por las Santas Mujeres ( 1621)

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