Ni el mismo Charles Dickens habría podido imaginar en sus mejores escritos decimonónicos el milagro que se ha vivido en un rincón del centro de Sevilla en las últimas semanas, donde una librería condenada al desahucio ha conseguido sobrevivir gracias a centenares de aportaciones que han cubierto la deuda en tiempo récord.
Y que se trata de un milagro solo hay que verlo en el lema de la propia librería "Caótica", situada a la espalda de la ‘Plaza de la Encarnación’ sevillana, que tiene como frase para reforzar su trabajo la siguiente: "Creemos en los milagros, creemos en las librerías", y eso ha hecho, entre otras cosas, que el dinero que necesitaban para salvar el problema haya llegado, y ahora solo haga falta que se suspenda el procedimiento de desahucio abierto por un juzgado sevillano.
El germen de todo esto hay que buscarlo en 2017, cuando los socios de la cooperativa que gestionan la librería acababan de cerrar un proyecto empujados por la presión inmobiliaria en la Alameda de Hércules sevillana, y encontraron el local que consideraron ideal para comenzar su nuevo milagro, un edificio de cuatro plantas que adaptaron para su idea de futuro.
Maite Aragón, la portavoz de sus compañeros, explica que, entonces, tuvieron la precaución de gestionar un aval bancario que garantizase que, en caso de problemas, el propietario del local pudiese tirar de ese dinero para cubrir algún mes de impago: “Cubría hasta un año, pero por alguna razón no lo usó”, explica la portavoz, todavía muy dolida con los agentes inmobiliarios que los empujaron a irse de su anterior local, y aferrada, junto a sus compañeros, a un sitio que se ha hecho clásico en el centro de Sevilla en solo cinco años.
La carta de la salvación
Con todo, hace unos días se difundió una carta abierta reclamando ayuda y el resultado fue abrumador para los gestores de la librería, con incontables donaciones llegadas desde todos los puntos de España, y con algo más increíble aún: la librería llena de público todo el día, como si fuese Navidad, cuando, precisamente, una de las cosas que más preocupaba a sus responsables era que las malas ventas previsibles del verano terminasen por hundir el proyecto.
“Lo peor es que está viniendo mucha gente a la que estamos diciendo que el libro que busca no está”, dice Aragón, porque cuando vinieron venir nubarrones dejaron de hacer pedidos a las distribuidoras. Pero visto lo visto no solo van a afrontar el otoño con las estanterías llenas, sino que retomarán el proyecto de su cafetería, parado por culpa de la pandemia.
Los temores, no obstante, siguen en el horizonte de los cooperativistas de "Caótica" porque Maite Aragón no obvia que están en una calle que se ha revalorizado mucho, que es más rentable echarlos que mantener el alquiler, pero, sobre todo, que cuando llegue el otoño el proyecto tiene que ser rentable, de modo que las ideas para su librería no paran una vez conseguido salvar el escollo económico.
Maite sonríe cuando se la compara con Kathleen Kelly (Meg Ryan), la propietaria de la pequeña librería de cuentos infantiles de la película "‘Tienes un e-mail", amenazada por la cadena de grandes librerías de Joe Fox (Tom Hanks), y se muestra confiada en que el milagro navideño que han conseguido en plena ola de calor siga vigente cuando se caigan las hojas caducas de los árboles en otoño.
Mientras tanto, se inspira para sacar fuerzas en el libro de Yolanda Morató "Libres y libreras", donde se cuenta la historia de las mujeres del sector del Londres isabelino como pioneras en la industria cultural, igual que ella, y sus cinco socios, han sido pioneros en unir a todo el país en torno a un rincón de Sevilla lleno de libros, de recuerdos y de muchos cosas por delante para contar.
Fermín Cabanillas - EFE
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