Mucho antes de que el filósofo Iñaki Domínguez tratase de explicar el germen del hipster español en su libro 'Sociología del Moderneo' (Melusina), mucho antes de que el trío de cómicos David Broncano, Quequé e Ignatius Farray fundasen Moderdonia en un pueblo abandonado de La Alcarria, había una moderna de Reus llamada Raquel Córcoles (1986) que se mudó a Madrid a los veinte años para terminar Periodismo y comerse el mundo, pero lo que consiguió comerse fueron varias desventuras.
Decidió contarlas en 'Soy de Pueblo' (Lumen, 2010), un cómic que pronto se convirtió en un manual de supervivencia a carcajadas para las chicas de provincia que trataban de mimetizarse con el entorno malasañero. O con cualquier otro barrio de toda la vida convertido en meca del moderneo como El Raval en Barcelona o Ruzaba en Valencia, donde los precios de los alquileres se han disparado gracias a ese peregrinaje de vecinos con barba y vecinas con el pelo oxigenado que desayunan 'muffins' (porque jamás reconocerán que son magdalenas) , no sin antes alimentar su Instagram Stories con la correspondiente foto y una frase inexplicable del tipo "es bien" o "mola todo".
En 2013, se quedó a gusto publicando 'Los capullos no regalan flores' (Lumen), un recopilatorio de fracasos sentimentales que ya va por la novena edición, con más de 40.000 ejemplares vendidos, y que ha sido publicado en Francia, Portugal, Brasil, Singapur y Malasia. "Se ve que capullos hay en todo el mundo, ¡no hay escapatoria!", reflexiona Córcoles alias Moderna de Pueblo.
Luego llegó 'Cooltureta: la novela gráfica', junto a Carlos Carrero y, hoy, tres años después, recibe a 'Vozpópuli' para presentar 'Idiotizadas' (Zenith), su último cómic, un cuento de "empoderhadas" que servirá a las lectoras y a los lectores a desaprender lo que, según Moderna, nunca deberían habernos enseñado.
La Sirenita Pescada, Zorricienta, Gordinieves y La Bella Durmiente (pero del reloj biológico) son algunas de las historietas propuestas por Córcoles para librar a su generación, y a las venideras, de los "hechizos" a los que el Disney original ha contribuido. "No todo es su culpa, pero es cierto que a las chicas nos ha hecho mucho daño lo que nos han vendido sobre que solo se puede ser feliz con un hombre al lado", considera esta divertida "desidiotizada" que, al tiempo de esta entrevista, aún no tiene muy claro si ha conseguido superar la crisis de los 30. ¿Lo bueno? Que se parte de risa cuando intenta descubrirlo.
Después de publicar 'Soy de Pueblo' y 'Los capullos no regalan flores' te atreves con 'Idiotizadas', una radiografía de calidad de las inquietudes que acechan a los distintos perfiles de treintañeras y a alguna que otra madre que ya pasa los 50. ¿Es tu libro más autobiográfico? ¿Existe de verdad la crisis de los 30?
Todos mis libros son autobiográficos, aunque cada vez domino mejor convertirlos en una ficción entretenida y por eso me permito usar más personajes. Antes, Moderna era única, pero ahora tienen más relevancia otros personajes porque he aprendido a no contar solo cosas que vivo en primera persona. Por otro lado, la crisis de los 30 es una realidad, yo la he pasado, de hecho, acabo de abandonarla… ¡Espero!
Nacimos a finales de los 80, muchas jugábamos al fútbol, a las canicas o a los tazos, pero tampoco nos libramos de mecer muñecos pelones, vestir a rubias oxigenadas de la talla 32 y esperar ansiosas la llamada de los guaperas de Línea Directa. ¿Crees que nos "idiotizan" a través de los juguetes?
Hay muchos catálogos de juguetes machistas, es una evidencia. Hay que intentar no relacionar siempre a las niñas con los bebés y las cocinas… A veces te encuentras con madres que te dicen 'He intentado no comprarle nada rosa, pero luego viene de la guardería y lo quiere todo rosa', así que siempre te queda la duda de si nos encanta el rosa porque todo lo que nos rodea es de ese color y se nos mete en el cerebro.
Creo que tenemos que deshacemos de relacionar las tareas del hogar solo con las niñas y eso también beneficia a los niños, porque a muchos a lo mejor les gustan cosas que históricamente están relacionadas solo con chicas y es muy incómodo reconocerlo cuando se les tacha de 'chicos de segunda'. De todas formas, creo que cada vez hay más conciencia de ello y aunque no cambie de un día para otro, quizá dentro de dos años, diseñar un catálogo como los que hay ahora es una aberración.
La Sirenita pescada, Zorricienta, Gordinieves o la Bella Durmiente (pero del reloj biológico) son cuatro cuentos de "empoderhadas" que sirven para desaprender cosas que, según la autora, nunca deberían habernos enseñado. Además de los juguetes sexistas, ¿Cuáles son las idioti8zaciones más difíciles de erradicar para nuestra generación?
He puesto varios personajes porque precisamente a cada una nos cuesta erradicar una 'idiotización'. Yo, desde que soy pequeña, he desidealizado el tema del amor para toda la vida y de que el día de mi boda será el más feliz de todos, con lo cual, esa 'idiotización' a mí nunca me ha supuesto un problema. En cambio, tengo amigas que hasta que no consigan casarse, no se van a dar cuenta de lo poco importante que es. O, al revés, ¡quizás soy yo la que no sabe apreciarlo, pero es que no me afecta!
En cambio, como cuento en el libro, yo tengo otras 'idiotizaciones', por ejemplo, por el tema del físico o por inseguridades que me cuestan más superar porque sientes que siempre te han tratado como una tontita… cada mujer tiene que ser consciente de a cuáles se tiene que enfrentar para superarlas y para eso son muy útiles las amigas porque son las que te dicen: "Tía, estás haciendo un poco el idiota, ¿no crees?".
Y aparte de amigas, tienes dos hermanas pequeñas, las gemelas Ester y Sandra, autoras de la tira cómica 'Las Rayadas'. ¿Crees que las nuevas generaciones están menos idiotizadas o, por el contrario, el hecho de haber nacido con una cuenta de Instagram debajo del brazo, las convierte en unas esclavas mayores de las apariencias y la delgadez?
Claro. Puede ser muy negativo tener 15 años y vivir soñando solo con ser blogger de moda, pero el problema es que les faltan referentes. Si cada vez salen más mujeres exitosas en más campos, tendremos más mujeres queriendo verse reflejadas en ellas y aspirando a otras cosas. Por otro lado, tienen acceso a contenidos feministas que yo no tuve de joven.
A mí me parecían feministas las historietas de Maitena (Buenos Aires, 1962), en su época eran reivindicativas, pero ahora se ha quedado en algo un poco machista. Igual que cuando miro mis viñetas de hace ocho años… Parecen machistas y es porque seguimos avanzando. Hay muchas chicas jóvenes que asisten a las manifestaciones del Día de la Mujer o contra la violencia machista que están muy concienciadas y son feministas desde muy pequeñas. Las escuchas hablar, ves cómo reaccionan y te quedas alucinada de que vayan diez años por delante en cosas que tú has tardado tanto en darte cuenta.
Tampoco se escapa de tu lupa la madre de Moderna de Pueblo, una señora que roza los 60, con tres hijas y que se ha divorciado después de toda una vida cumpliendo con “su deber” como esposa y ama de casa. ¿En qué aspectos crees que nuestras madres son un modelo a seguir y en cuáles no?
Es que cuando miro a la generación de mi madre, no envidio nada. No sé qué ventajas tenían las mujeres…
Pero, ¿crees que son más infelices que sus hijas?
No digo que no se pueda ser feliz siendo ama de casa, pero cuando esa es la única opción, como si no hubiera otro camino, está claro que te darás cuenta de que mirar a tus hijas y ver cuántas posibilidades hubieras podido tener si no te hubieran educado de la forma en la que se estilaba en tu época es frustrante.
Como tengo tan cerca este referente, no consigo encontrar nada que envidie de su generación. A veces se habla del amor por la familia, pero es que aunque yo sea una mujer trabajadora e independiente, si tengo familia, voy a tener amor ella seguro… Yo me quedaría con la parte buena que podemos seguir teniendo sin la parte mala.
Uno de los grandes dilemas que planteas en el libro es el de tener o no tener hijos. ¿Qué consecuencias puede tener para las chicas de 30 en adelante que se les cuestione constantemente, y no sólo sus abuelas, que no tengan pareja o no piensen aún en tener hijos?
A mí para tener hijos no me presionan mis amigos, al contrario, me presionan para que nos calmemos y no empecemos todas a tenerlos porque una haya decidido tenerlos. Pero sí que me presiona y toca la moral el hecho de encender el ordenador y que todos los anuncios que me aparecen en Facebook, en YouTube o en Instagram sean 'TUS ÓVULOS SE MUEREN ¡REACCIONA!', 'EL TEST DE EMBARAZO MÁS FIABLE' o 'TUS ÓVULOS PODRÍAN TENER 80 AÑOS, VEN A NUESTRA CLÍNICA'… Yo entiendo que se quieran promocionar, pero no tengo que plantearme diariamente el estado de mis óvulos. Tendría que estar regulado por ley porque eso sí que es presión social y no ver a tu abuela una vez al año y que te diga que a ver si le haces bisabuela. No voy a decir cuál es la marca de la empresa por no hacerles publicidad, pero todas sabemos cuál es la firma que nos machaca.
Las pandillas de treintañeros se dividen entre los que hablan de hijos, hipotecas y reformas y los que se decantan por cualquier otro tema que no sean esos y siguen saliendo de fiesta por los locales de moda, aunque a menor ritmo… ¿Cuál es la clave para encontrar el equilibrio y salvar las amistades?
De eso también va el libro. Personalmente me he encontrado en esa situación. O te vas a laa fafueras y tienes hijos o te quedas non-stop por las noches como un zombie pasando los findes con resaca, viviendo al día y sin comprometerte con nada. Cuando estas en un punto en medio, no encajas 100% en ese estilo de vida, pero por otro lado lo de irme a las afueras y tener ya hijos me da pavor. ¿Cómo se reconcilia eso, amiga? Pues queriendo mucho a las personas en concreto y sabiendo que vuestras relaciones valen la pena aunque estéis en puntos de vida diferentes y que aún tenéis conexiones que no dependen de eso. La verdad es que está complicada la cosa, hay que decidirse… ¡Yo ya no sé cuánto tiempo más voy a poder aguantar en un punto medio!
Con lo modernas que nos creemos, ¿piensas que aún seguimos dejando de hacer muchas cosas por amor como narras en el capítulo de La Sirenita Pescada?
Sí. No voy a culpar de todo a Disney, pero es cierto que nos ha hecho mucho daño todo lo que nos han vendido sobre el romanticismo y sobre que solo se puede ser feliz con un hombre a un lado. hablo mucho de las amigas porque precisamente sirven para romper ese estereotipo y porque veo a muchas de ellas, que son un diez de chicas detrás de hombres que no te voy a decir que son un cinco porque ni les conocen, ¡no sabemos que nota son!
Pero no las estoy criticando, es solo que creo que no podemos vivir con esa obsesión. Yo he sido así y me reconozco en ellas. Pero si volviera a estar soltera intentaría no caer en esa desesperación de volver a encontrar el amor, aunque es difícil...
Aunque el formato cómic y tus personajes invitan a la diversión, en el cuento de 'Zorricienta' tratas un tema que lamentablemente se ha puesto en evidencia estos días con el juicio a la 'Manada'. ¿Qué opinas del trato recibido por la denunciante?
Me parece un indicativo de lo atarsados que estamos. Estoy acostumbrada a la cantidad de gente machista que hay en las redes sociales, pero el respaldo judicial o verlo en el poder da miedo. No puede ser que mediaticamente se trate a la víctima como alguien que se lo ha buscado porque nadie entra sola en un portal con cinco chicos.
Es de locos pensar que el plan ideal de una chica es que tener sexo con cinco chicos en un portal y que le roben el móvil y más todavía no tener en cuenta los whatsapps misóginos, pero sí juzgar que ella intente rehacer su vida y no quedarse llorando en casa. Es surrealista. Espero que dentro de tres años esto sea la gran burrada, pero me da pena que aún estemos en ese punto. El hecho de que se hable este tema en los medios de comunicación es buenísimo porque provoca que haya un montón de gente denunciando el tratamiento que se hace del tema y los titulares. Los medios también están aprendiendo y se están dejando de dar titulares machistas.
En un grupo de amigas y amigos, siempre hay personas más obsesionadas con el físico y la delgadez tal y como recoges en el cuento sobre 'Gordinieves'. ¿Cómo se puede uno liberar de esta 'idiotización'?
Es complicado. A mí me dan mucha envidia las mujeres a las que no les importa. No sé como lo consiguen, yo he pasado por eso y me amargaba, me acomplejaba, me sentía insegura y, en definitiva, afectaba a mi felicidad. Nunca me había pasado, no le daba importancia hasta que lo he vivido en mis carnes, nunca mejor dicho. Me ha servido mucho para reflexionar sobre este tema. Es algo megafrívolo que parece culpa nuestra, pero a la vez estamos sometidas a mensajes así constantemente.
A mí me daba vergüenza contar estas experiencias porque se me tachara de frívola o de tontita, pero es que luego levantas la cabeza y todos los mensajes que recibes te dicen que si no eres delgada, no eres una mujer de éxito. Por ejemplo, todos los comentarios sobre Isabel Coixet son sobre su físico. ¿Qué me estás contando? ¿Cuántos directores tenemos que no son atractivos y nadie lo dice? Yo no tengo nada de famosa y también me han atacado por el físico ¡y eso que me escondo detrás de un personaje!
¿Y por qué te escondes detrás de un personaje? Curiosamente, las creadoras de algunos de los personajes femeninos con los que más se identifican o se ríen las chicas, como Barbijaputa o La vecina Rubia, se mantienen en el anonimato. ¿Es solo un juego o es una forma de protegerse para decir lo que realmente se piensa en público y minimizar las críticas?
Si Barbijaputa diese la cara lo tendría chungo. Hay muchos hombres cabreados con ella, debe recibir bastantes amenazas y que se vinculen a tu persona, da miedo la verdad. Y a La vecina rubia la conozco e intento que salga del armario, pero ella dice que forma parte del misterio. Es un juego que te permiten las redes sociales, en parte es cómodo, pero no poder ir a la presentación de tu propio libro como le pasó a ella, da pena.
Yo hago lo que me apetece a nivel personal, pero es cómodo no tener que dar la cara siempre. Conozco a blogueras que están hartas de poner su cara para todo. Me dicen que no son egocéntricas, que es su trabajo y pienso, ¡ostras! Nunca había caído en que ellas mismas están cansadas de exponerse... Y llego a la conclusión de lo bien que se está detrás de los cómics.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación