"Demasiado mayor para ser un niño, demasiado joven para ser un hombre". La infancia robada de Conor (Lewis MacDougall), un niño de 12 años que se ve obligado a hacer frente al cáncer que padece su madre (Felicity Jones) y al acoso diario al que le somete un compañero de clase, centra Un monstruo viene a verme, la nueva superproducción de Juan Antonio Bayona (El Orfanato, Lo imposible) que irrumpe este viernes en las salas de cine y que ha contado con un presupuesto que supera los 25 millones de euros y un reparto de lujo (Sigourney Weaver, Liam Neeson).
Sin salir del género dramático que le caracteriza, el cineasta catalán explora el terreno de la fantasía con su adaptación de Monster Calls, la exitosa novela de Patrick Ness basada en un primer boceto de la escritora anglo-irlandesa Siobhán Dowd, a quien un tumor le arrebató la vida antes de poder escribir el punto y final a su última obra.
Lágrimas aseguradas. La verdad de Conor es tan dolorosa que la mentira se convierte en necesaria y lo hace en forma de pesadilla. Pasados siete minutos de medianoche un monstruo de madera de tejo –el majestuoso árbol que caracteriza a los cementerios británicos-, visita al pequeño para contarle un cuento de tintes oscuros.
El cineasta catalán explora el terreno de la fantasía con su tercer drama
Pese a que el final de la historia se intuye desde el principio, a Bayona no se le puede negar su capacidad para mantener al espectador entusiasmado, al menos desde el punto de vista técnico. La fotografía es impecable; la elección de los paisajes, propios de Inglaterra, donde está ambientada la historia; el vestuario; los efectos especiales que articulan al monstruo parlante al que da voz el propio Liam Neeson y la forma de plasmar los cuentos inspirándose en el trabajo de Jim Kay, que ilustró la novela de Ness. Y es que, a medida que avanza la trama, los relatos del gigantesco monstruo van fluyendo primero a través de un efecto acuarela, luego con stop motion y después incluyendo a los propios actores.
Para inyectar todavía más carga emocional a los espectadores, el director catalán cuenta con la partitura de Fernando Velázquez, que ha colaborado en toda su filmografía hasta el momento. Si en Lo Imposible (2012) el director contaba la dramática historia de la familia Álvarez Belón, que tuvo que enfrentarse a un tsunami durante unas vacaciones, en Un monstruo viene a verme los problemas son menos extraordinarios, el cáncer y el acoso escolar, pero igual de catastróficos.
¿El 'Spielberg' español?
A medida que avanza la película, el espectador echa en falta profundizar en algunos personajes. Aunque la fortaleza mental de un aparentemente enclenque Conor logra que el público conecte con el personaje desde el primer momento, otras psicologías se van por las ramas del tejo. Es el caso de la abuela (Sigourney Weaver), del padre del niño (Toby Kebbel) e, incluso, el del compañero de clase acosador.
Un monstruo viene a verme es la nueva llamada al Oscar de Bayona, que ya en su anterior largometraje contó con un presupuesto de 30 millones de euros; atrajo al reparto a los actores Naomi Watts e Ewan McGregor y invitó a llorar a un total de 6.117.000 espectadores, una que la convirtió en la película española más vista en 20 años. ¿Superarán Conor y el tejo cuentacuentos el listón? La crítica y los espectadores del Festival de Toronto, donde le llegaron a comparar con el mismísimo Steven Spielberg, puede ser una primera pista.
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