José Mercé ha salido feliz de su concierto en el hospital 12 de Octubre de Madrid. Fue un momento especial, acompañado por Tomatito, para compartir sus canciones frente a una auditorio repleto de pacientes. “Siempre digo que la música cura el corazón, pero en un hospital es mucho más sencillo de comprobar. Escogimos el repertorio más flamenco y más popular. Es bonito ver las caras de los enfermos, comprobar cómo se iban viniendo arriba. Mejor todavía es mirar a los médicos que alucinan con los cambios que se producen en gente que hace un rato lo estaba pasando muy mal”, destaca. Jorge Drexler, Rozalén y Los Secretos son otros de los músicos conocidos que colaboran en este programa.
La experiencia es una iniciativa de la asociación Música en Vena, que lleva siete años llevando directos a los hospitales. María Suárez, socióloga y directora, nos explica su enfoque: “Nos gustaría que la terapia musical alcanzase el mismo estatus que la rehabilitación. Como sabemos, hoy es muy difícil sostener cualquier terapia complementaria en la sanidad pública, ya que en muchos hospitales falta presupuesto hasta para camas. Por eso hemos optado por un programa de mecenazgo inteligente que nos acompañe”, explica. En la sección “Colabora” de su web se detallan las distintas formas de contribuir al proyecto.
¿Arrancaron la asociación con algún modelo concreto de funcionamiento? “En Francia existe un convenio entre los ministerios de Sanidad y el de Cultura, que consiste en que este último paga las terapias musicales. Trabajamos con diversos hospitales, pero desde 2016 hemos puesto en marcha seis estudios clínicos, aliados con el 12 de Octubre y llevados a cabo por sus jefes de servicio. Estamos en cuidados intensivos, hematología, neurología, neonatos, cardiología para los infartos… Los resultados comenzarán a publicarse en enero de 2020. Esperamos que eso haga crecer nuestra credibilidad”, apunta.
Ejemplos concretos
Pregunto cuál es el campo donde los resultados son más claros. “Diría que las pacientes con migraña refractaria, que es la migraña que continúa a pesar del uso de fármacos. Sobre esto ya tenemos datos fiables. Estas pacientes -la enfermedad afecta mayoritariamente a mujeres- tienen una calidad de vida muy baja. Algunas viven con tapones en los oídos y con gafas oscuras, muchas pierden la capacidad para trabajar. Tuvimos un grupo de 30 mujeres para un estudio. Se les daban una hora de música tres días a la semana. Después de 45 sesiones, su percepción del dolor bajaba a la mitad y ya no necesitaban gafas ni tapones. Es resultado muy bueno”, celebra.
"Pensamos que en la UCI va a ser posible reducir la sedanalgesia a través de la música. Queremos demostrar que la terapia musical no es tan distinta de la fisioterapia" (María Suárez, socióloga y directora de Música en Vena)
La asociación funciona con varios niveles. Primero, los donantes de música, que deciden regalar algo de su tiempo y talento ofreciendo conciertos en el entorno hospitalario. Luego están lo que llaman MIR, siglas de “músicos internos residentes”, una broma con la figura del médico interno residente. “Estos son músicos con contrato, menores de 32 años y con estudios superiores. Con ellos realizamos las investigaciones clínicas”.
¿En qué están trabajando los contratados? “Por darte un ejemplo, pensamos que en la UCI va a ser posible reducir la sedanalgesia a través de la música. Me refiero a pacientes en coma inducido con intubación mecánica. La sedanalgesia tiene más efectos secundarios. Queremos demostrar que la terapia musical no es tan distinta de la fisioterapia”, destaca.
El problema de los recortes
Como ha explicado Suárez, Francia nos lleva mucha ventaja, así que su experiencia marca el camino. “Allí se acepta como algo natural la música en un entorno sanitario. Funciona muy bien una asociación, Musique et santé , traducible como “música y salud”, que lleva 20 años de trayectoria. Son un ejemplo para nosotros. La dirige Phillippe Bouteloup, un músico del conservatorio de París que ha escrito e investigado mucho sobre esto. El ministerio de Cultura francés financia los proyectos de la asociación, mientras que aquí es complicado porque cada vez hay más recortes, tanto en cultura como en sanidad”, lamenta.
A pesar de todo, se muestra optimista respecto a un cambio de mentalidad. “Todo el mundo tiene claro que la música es beneficiosa para los enfermos, es algo demostrado. Por eso nuestro reto principal es convencerles de que además reduce costes. Si ahorramos un día de recuperación, estamos ahorrando los cientos de euros diarios que cuesta una cama de la UCI. Cuando se comprenda eso empezarán a mirarnos de otro modo”, añade. Actualmente, Música en Vena trabaja para cerrar una reunión conjunta entre los ministerios de Sanidad y el de Cultura para elaborar un libro blanco con enfoques y estrategias de trabajo, con la participación de las asociaciones de pacientes.
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