Cultura

La exhibición en urna de cristal de PJ Harvey y su nuevo disco

Ya se sabe que hay mucho artista que siempre está ideando ir un paso más allá del restringido espacio en el que su creación pueda quedar encerrada. Siempre y cuando consideremos artes como la música, aisladas del resto de creaciones culturales, cosa realmente incorrecta. Pero la cantante y compositora inglesa PJ Harvey, una de las musas de la música independiente desde los años 90, siempre está dispuesta a dar esos pasos hacia el más allá.

Ahora, preparada para la grabación de su noveno álbum, tras el magnífico Let England Shake de 2011, ha anunciado que el mismo se realizará bajo unas condiciones especiales, enmarcado en el montaje artístico que han denominado Recording in Progress.

Éste tendrá lugar en el museo londinense Somerset House entre el 16 de enero y el 15 de febrero, y consistirá en la instalación de una especie de caja de cristal dentro de la cual habrá un estudio de grabación completo en el que PJ Harvey, el productor, los ingenieros y los músicos realizarán todo el proceso de grabación del disco bajo las miradas de los visitantes del museo.

Los cristales de la urna estarán polarizados para los artistas.

Se dará la especial característica de que sólo la gente de fuera podrá ver lo que acontece en el estudio, ya que los cristales estarán polarizados para que los artistas no vean nada y queden aislados, evitando así distracciones.

Evidentemente, una de las intenciones es acercar al público el particular momento que para un músico supone el hecho de plasmar en soporte, digital o analógico, unas composiciones hasta entonces dotadas de vida únicamente durante su interpretación. Y el interés de este público, ya sea por el morbo o por el fetichismo inherente al mundo del rock, parece claro, ya que poco después de ponerse a la venta se agotaron las localidades disponibles.

¿Arte o reality show?

Eso sí, siempre quedará la discusión de si una acción artística de este estilo busca simplemente dar a conocer al público cómo es parte del proceso de creación de algo tan habitual en sus vidas como es la música, o más bien juega con los elementos exhibicionistas, y el morbo que provocan, tan propio de una época en la que los llamados reality shows continúan en primera línea en cientos de variantes en las principales cadenas televisivas de medio mundo.

Conviene en cualquier caso destacar el carácter independiente, inquieto, rupturista y poco dado a la rutina comercial musical de PJ Harvey. Polly Jean Harvey, tras sus primeros pasos en el grupo Automatic Dlamini junto a John Parish, que con el tiempo se convertiría en habitual colaborador de sus discos, editó a mediados de los años 90 tres trabajos que de una u otra manera se convirtieron en piedra angular del rock más rupturista, con un pie en el blues, en el folk o en los elementos más surrealistas del punk.

Dry, Rid of me y To bring you my love hicieron crecer a PJ Harvey hasta saltar fuera del oscuro underground en el que se movía, convertirla en una estrella de la música indie, colaborar con músicos con los que siempre se le ha relacionado, como Nick Cave, y mantener un criterio, prestigio y calidad en toda su posterior carrera fuera de toda duda.

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