En 1973 comenzó la llamada primera crisis del petróleo, que llevó al mundo a una situación de retroceso generalizado. La música, de una manera u otra, se hizo eco de la misma. Pero posiblemente el disco de Supertramp Crisis? What crisis? se convirtió en un icono de la época. Parafraseando con humor mordaz la coletilla que por entonces trataban de repetir muchos políticos, el disco, publicado en 1975, era una visión algo oscura, pero siempre desde la ironía, sobre la pérdida de valores éticos en tiempos de penuria así como el aislamiento en que se refugiaba mucha gente. Pero, como en ellos ha sido muy habitual, la portada trataba de conjugar la aspiración lícita de las personas por tratar de seguir con sus vidas a pesar de lo que ocurría a su alrededor. La imagen en color del hombre sentado bajo su sombrilla tratando de sentirse ajeno a un entorno angustioso y caótico, reflejado en blanco y negro, se convirtió de alguna manera en el espejo de unos ciudadanos que no entendían muy bien el juego de poder económico en el que ellos eran parte del trato.
Una canción de este disco sirvió durante mucho tiempo como sintonía de ‘Informe Semanal’.
Tras dos primeros discos más ortodoxos dentro del llamado entonces popularmente rock sinfónico o rock progresivo, con el anterior álbum, Crime of the century, Supertramp habían conseguido, con gran éxito popular, la unión de ese rock con las tonadas puramente pop que tango buscaban sus principales compositores, Roger Hodgson y Rick Davies. Sin embargo, Crisis? What crisis? no consiguió buenas críticas y alejó aún más a ese grupo de seguidores que no veían con tan buenos ojos las veleidades comerciales de la banda. No tuvo ningún éxito claro, aunque con el tiempo canciones como Ain’t nobody but me o A soapbox Opera devinieran clásicas en su repertorio. Tal vez en España la más conocida fuera Another’s man woman, ya que su parte central instrumental sirvió durante mucho tiempo como sintonía del programa Informe Semanal.
Es cierto que la música puede considerarse un aditivo simplemente lúdico en nuestras vidas, pero siempre en ella encontraremos motivo para la reflexión o la evasión. Y son épocas en las que lo necesitamos. Tanto como una sonrisa.
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