Cultura

La Habitación Roja encanta a sus incondicionales en un concierto sexual

El grupo valenciano provoca ardor entre sus fans y luego se baja a tomar una copa con ellos.

De íntimo, cariñoso y casi sexual puede calificarse el concierto de La Habitación Roja en la noche de este viernes en Madrid. El grupo valenciano difícilmente llenaría un campo de fútbol o un palacio de deportes, pero el tamaño del teatro Joy Eslava en el que actuaron es el adecuado para ellos: con apenas unas decenas de personas la sensación era de llenazo, de éxito total. Y es cierto que así fue.

Fue un acto sexual por el contacto físico entre el quinteto y sus fans. Los de L'Eliana llevan 18 años haciendo música juntos, y después de todo este tiempo pueden sentirse orgullosos de haber labrado un grupo de seguidores fiel, entregado, que corea con pasión cada una de sus canciones y conoce al dedillo sus letras. Son hombres y mujeres, algunos parecen niños y otros son más talludos. En todos ellos podía apreciarse una sonrisa de felicidad por poder estar una vez más con sus ídolos, con aquellos que les hacen sentir bien porque cantan historias con las que se identifican. Al acabar su actuación (cosa que hicieron precipitadamente porque los maromos de la Joy tenían que limpiar la sala) bajan a la tierra para hablar con aquellos que les siguen, firmar carteles, bromear y tal vez tomarse una copa juntos. Una maravilla.

Es maravillosa la simbiosis del grupo con sus fans y la fidelidad que estos les profesan

En el plano musical, la actuación fue vista y no vista por las prisas de la sala, con un sonido no muy bueno en los inicios que no permitía percibir la voz del cantante Jorge Martí, quien bromeaba con el público: "¿os ha pegado la policía?". Con "Siberia", los asistentes recordaron sus amores pasados, que aún causan dolor, y con "Febrero" más de uno se sentiría identificado en ese grito descarnado por no perder el amor. Con "Nunca ganaremos el Mundial" todos recordamos que ya lo hemos ganado y con "Indestructibles" se grabó un video del público coreando la canción. Los asistentes disfrutaron como niños con un nuevo revolcón con su grupo fetiche, y volvieron a la calle Arenal con grandes sonrisas en sus bocas a pesar de la pertinaz lluvia. La Habitación Roja marcha ahora a desplegar su amor por México aunque prometió muy pronto (tan pronto como en octubre) volver a tener un escarceo con sus amantes de Madrid.

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