Cultura

España tiene hoy más discográficas independientes, pero las grandes concentran más

El mercado musical en España para 2015 estaba dominado por Universal, con el 33,68%; seguido por Warner con 26,73% y Sony, con 25,23%.

En 2002 los españoles destinaron alrededor de 600 millones de euros para la compra de música; en 2012 la cifra fue cuatro veces menor: 140 millones. El 77% de la facturación se esfumó en una década, así apuntaba hace dos años el informe La industria discográfica, en cifras, presentado por la Asociación Internacional de Productores Fonográficos. Sin duda, en el desierto de las industrias culturales, aquellos fueron los peores años, una cifra confirmada por la Mercado de la música grabada en España, presentada por Promusicae con datos de 2015. En otras palabras: la industria va camino de sobreponerse.

El año 2014 marcó el primer balance positivo (paró la sangría) y 2015 el inicio de una recuperación (160 millones de euros), una tendencia positiva empujada, en buena medida, por las plataformas de streaming como plataformas legales de consumo de música, que han supuesto un canal más de ventas. El 49,4% de la facturación de la industria musical se sostiene sobre formatos digitales y, más concretamente, la transmisión o difusión de música en línea. En los primeros seis meses de 2015, el streaming experimentó un crecimiento del 11%, casi el total de la expansión del mercado en España.

Según las cifras publicadas Promusicae –que engloba 90%  del total de mercado de música español - el streaming supone oxígeno para la industria. El ascenso de lo digital en su conjunto es revelador si se tiene en cuenta que en 2004 apenas suponía un 2% de media del mercado global (1,6 millones de euros). Hoy los ingresos por venta de música en estos formatos representa más de la mitad. El mundo no es el que era hace cinco años, por varios aspectos: la transformación tecnológica, la pérdida de poder adquisitivo a causa de una severa crisis económica y la piratería como bestia negra de la industria cultural.  

El  informe de la Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI) lo certifica: actualmente hay 28 millones de personas que pagan no más de diez euros mensuales por tener acceso a millones de canciones. Muy lejos de los escasos ocho millones de abonados de 2010.  Aunque no existen cifras concretas que apunten a una reducción del número de discográficas en España, estas parecen experimentar un proceso parecido al mercado del libro: la concentración de sellos en manos de las grandes compañías a la vez que proliferan las plataformas independientes. El mercado musical en España para 2015 estaba dominado por Universal, con el 33,68%; seguido por Warner con 26,73% y Sony, con 25,23%. Las otras discográficas que aparecen dentro de los porcentajes de participación del mercado apuntan hacia Discmedi; Concert Musica, Nuba Records, Pep’s Music. Ninguna sobrepasa el 3%.

Por otra parte, se consolida el fenómeno de discográficas independientes que tiene su expresión en la cooperativa discográfica Marxophone, donde edita su música, entre otros, Nacho Vegas; o sellos asociados a determinados artistas como Tronco Records (sello discográfico creado por Jarabe de Palo en 2008). Incluso, en este caso fuera de España, se han dado casos como el de la Filarmónica de Berlín, que decidió desvincularse de la industria discográfica y lanzar un nuevo sello.

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