Desde la implantación del IVA cultural del 21% el pasado mes de septiembre, la industria musical española ha dejado de recaudar un 27,51% por venta de entradas y organización de conciertos.
Así lo informaron a los medios de comunicación los presidentes de la Asociación de Promotores Musicales (APM) y la Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo (ARTE), Pascual Egea y Emilio Santamaría, quienes piden al gobierno una reducción impositiva. "El sector no aguanta así hasta final de año", afirman.
Cerca de un 25 por ciento de las empresas del sector han desaparecido o reducido su número de trabajadores, lo que se traduce en la destrucción directa de 500 empleos.
Si bien es cierto que desde la rectificación tributaria el sector de la música popular ha aumentado la recaudación en 9 millones de euros, los representantes de los promotores calculan que la hacienda pública ha perdido 2,7 millones al reducirse los ingresos del impuesto de sociedades, del IRPF y de la Seguridad Social de los trabajadores y del IRPF por derechos de autor.
Los grandes eventos musicales, insisten, generan consumo en hoteles, restaurantes, discotecas, transportes y comercios, y suponen un atractivo cultural para la marca España. La reducción de conciertos afecta directamente a las ciudades que se benefician de los ingresos que producen. Por ejemplo: el Festival Primavera Sound deja en Barcelona unos 65 millones de euros, el Festival Sonar un total de 50 millones, el Festival de Benicassim 21 millones, el Festival BBK Live 17 millones y el Viñarock unos 20 millones.
Menos conciertos, menos ganancias
Las administraciones públicas han dejado contratar artistas para conciertos. Por este motivo, tanto la APM como ARTE piden al Gobierno -con quien mantienen conversaciones al respecto- que el IVA retroceda del 21% al 8% y que favorezca las condiciones para la actividad de la industria cultural privada, entre ellas, por ejemplo, un régimen más flexible para el uso de recintos y espacios públicos.
Tanto Egea como Santamaría han explicado que para la organización de un concierto hay que pagar al artista, la promoción, la producción, la seguridad, el IVA cultural del 21 por ciento y un 10 por ciento a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Las cifras, insisten, no cuadran.
"Por los artistas noveles nadie se la juega ahora", insistieron los promotores, quienes aseguran que muchos cantantes internacionales como Beyoncé o Robbie Williams se han negado a organizar conciertos en España a causa los escasos beneficios que obtienen. Han señalado también los promotores el descenso drástico del número de conciertos de artistas nacionales, los cuales tienden ahora a realizar sus giras en América Latina.
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