Una advertencia para el lector: es muy probable que los cinco capítulos de la miniserie Nada, que Disney+ acaba de estrenar, causen en el espectador un hambre voraz y difícil de saciar con los pocos alimentos frescos y listos para cocinar que uno pueda tener preparados en la nevera para emular los platos que verá en la pantalla. Si no es así, y además cuenta con la destreza necesaria para reproducirlos, disfrutará el doble de una de las series más deliciosas y entrañables de este otoño, en la que la carne es tan tierna que se parte con una cuchara.
El protagonista de esta ficción es Manuel Tamayo Prats, a quien da vida el actor Luis Brandoni, un veterano escritor y crítico gastronómico snob, muy cascarrabias, maniático y mentiroso -cuando le conviene- que mantiene una vida burguesa a costa del prestigio que cosechó en épocas pasadas y sobrevive económicamente en un estatus que logra mantener a duras penas entre los artículos sobre los restaurantes a los que va y sus promesas de novelas inacabadas.
El desprecio y la superioridad con la que se mueve por la vida es tan inabarcable como la dependencia que tiene hacia Celsa, una mujer paciente y dedicada que ha trabajado para él durante cuatro décadas
El desprecio y la superioridad con la que se mueve por la vida es tan inabarcable como la dependencia que tiene hacia Celsa, una mujer paciente y dedicada que ha trabajado para él durante cuatro décadas y que se encarga, en esencia, de no permitir que su mundo impostado se desmorone. Su misión consiste, pues, en cumplir con sus recetas a la perfección, planchar las camisas, ser la chófer y también la secretaria que organiza su vida social y familiar. Sin embargo, ese equilibrio se rompe el día que ella falta y él se ve obligado a subsistir sin su ayuda, por lo que inicia un recorrido lleno de obstáculos para aprender a vivir sin ese vínculo, casi materno.
Para él, empieza una situación casi trágica -en su mundo acomodado, claro está-; para el espectador, una suma de situaciones disparatadas que invitan a la sonrisa, para esta redactora de Vozpópuli, en las que lo analógico choca con lo digital, y las viejas costumbres y el elitismo desaforado han perdido algunos puntos en el presente. Con una nueva ayuda en su casa, la de una mujer de Paraguay a quien da vida Majo Cabrera, tendrá que desactivar viejas costumbres y cambiar su perspectiva de la vida.
Nada: entre Fraser y Mejor... imposible
Robert de Niro es el narrador extranjero en la miniserie Nada, un escritor y periodista de fama, ganador en dos ocasiones del premio Pulitzer, que se convierte en el encargado de hablar al espectador de la idiosincrasia de Buenos Aires, de la gastronomía porteña, de sus insultos, su filosofía de vida, las contradicciones de su hospitalidad y también del puesto que ocupa entre las ciudades que nunca duermen, capaz de destronar a Nueva York, donde él vive. Además, también habla de su amigo, con quien comparte dos condiciones: la de ser un "viejo malvado" y la del "placer por la comida".
"Escribo y me gusta comer", se describe a sí mismo Tamayo Prats en una de las muchas entrevistas que concede en la radio o la televisión, movido quizás por calmar su sed de vanidad, al tiempo que desprecia aquello que le da de comer. Y en cuestiones culinarias, a pesar de contar solo con calderilla en su cartera, no se conforma con algo peor que el lomo de vaca para la receta de milanesa que Celsa perfeccionó durante años.
Los argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat son los creadores de esta serie y responsables de la laureada El ciudadano ilustre (2016) y Competencia oficial (2021)
Los argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat son los creadores de esta serie, que ya se puede ver en Disney+. Quien no haya oído hablar nunca de ellos, ha de saber que se trata de los responsables de la laureada El ciudadano ilustre (2016), protagonizada por el célebre actor argentino Óscar Martínez, y Competencia oficial (2021), con Antonio Banderas, Penélope Cruz y también Martínez.
En esta ocasión, firman una comedia amable en la que perfilan con maestría un personaje que se precipita del lado más frívolo de la vida a lo inevitable: la humanidad. Es inevitable que lleguen a la mente figuras de la ficción como Frasier Crane, el famoso psiquiatra snob y elitista de la brillante secuela de la serie Cheers, o el protagonista de Mejor... imposible (1998) un maniático escritor a quien daba vida Jack Nicholson. Todos ellos insoportables, pero todos entrañables, capaces de demostrar que los extremos, muchas veces, se tocan.
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